El "me la suda" del populista Laporta en el caso Negreira y su madridismo patológico

Joan Laporta vuelve a atacar al Real Madrid en varias direcciones. Lo hace el día después de ser imputado por un posible delito de cohecho en el caso Negreira, con una estrategia previsible y de manual para perpetuarse en el victimismo. El escenario es diferente, pese a que el presidente del Barcelona diga que está tranquilo, sereno y que "será como tantos casos de este juez, que se han tenido que archivar". Con la imputación de Laporta se abre el debate de si es conveniente que dimita y se defienda sin ocupar el cargo de máximo representante del Barcelona.

Lo que hace Laporta es volver a atizar al Real Madrid con el fin de llevar este escándalo a un asunto de lucha de poderes. Se ha enrocado en que el caso Negreira es una campaña de desprestigio al honor del Barcelona y se envalentona metiéndose en el personaje que el barcelonismo más antimadridista le compra. El caso Negreira es un invento de Madrid y del Real Madrid. El Barcelona es una víctima. Esta es su línea de defensa, sin dar más explicaciones convincentes ni sentir vergüenza de que el club durante más de 17 años pagará más de siete millones de euros a José María Enríquez Negreira, el vicepresidente de los árbitros.

A Laporta le interesa que este asunto se enfangue en el ámbito político y se mezcle con el nombre del Real Madrid con unas declaraciones en Catalunya Ràdio contundentes y, de nuevo, polémicas: "Hay una campaña orquestada para desacreditar al Barcelona aprovechando el caso Negreira. Hay un madridismo sociológico en centros de poder de la capital que tienen mucha fuerza. Yo me lo he encontrado y les he vencido. Y eso les afectó. Lo pasaron mal y tienen mucho miedo de que se vuelva a repetir lo que pasó en mi primera época, que fue el mejor Barça de la historia".

Remover el pasado

Laporta habla de que le tienen miedo a él y al Barcelona. ¿Miedo de qué? Esto no va de miedos, se trata de explicar si es verdad que existió corrupción sistémica en el arbitraje para favorecer al Barcelona, algo que no atañe solo al Real Madrid. Son todos los clubes de España los que quieren llegar hasta el final de este asunto por el daño que ocasiona y poder limpiar la competición. Pero Laporta está obsesionado con la capital y el Real Madrid.

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Su estrategia es remover el pasado con el argumento frágil y populista de las ayudas arbitrales al Real Madrid y también las políticas. "Me la suda si me perdonan o no. La mayoría de la gente con poder en el mundo del deporte son del Madrid y hemos de aceptarlo, pero les ganamos y tienen pánico de que les volvamos a ganar. Combaten para mantener su estatus, no les gusta que el Barcelona sea querido. Quieren ensuciar el nombre del Barça y desestabilizarnos", declara Laporta, que en la misma entrevista habla de tener una relación cordial con Florentino Pérez.

Este es el plan de Laporta en el caso Negreira. Atacar al Real Madrid cuando se siente entre la espada y la pared. Lo hizo con beligerancia en el momento que el club blanco se personó en el caso como acusación particular y habló de "un ejercicio de cinismo sin precedentes". Alborotó el caso Negreira poniendo el foco en los lazos del Real Madrid con el régimen franquista. "El Real Madrid es un club que ha sido favorecido por decisiones arbitrales históricamente. Un club que ha sido considerado el equipo del régimen. Cabe recordar que, durante siete décadas, la mayoría de los presidentes del comité técnico de árbitros han sido exsocios, exjugadores o exdirectivos del Real Madrid".

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Agita el avispero del barcelonismo y el antimadridismo con estos ataques al Real Madrid, mezclados con la política, tanto en público como en privado. También en un acto de las peñas barcelonistas en Madrid, la pasada temporada, antes del partido contra el Getafe. "Es un club históricamente muy favorecido con el tema arbitral". Este es el modo de actuación del beligerante Laporta, desafiante, hasta el punto de tener claro que el juez quiere demostrar que el Barcelona ha comprado árbitros y arreglado partidos. "No lo podrán probar porque no es cierto. La sentencia nos absolverá", palabra de un Joan Laporta que no habla del asunto de su dimisión.