La huida infinita de Rubiales: dimisión sin asumir errores y acusando a "poderes fácticos"

Acorralado, abandonado por sus antiguos aliados y señalado por la FIFA y el Gobierno en pleno movimiento para conseguir inhabilitarlo. Así finalizó la ajetreada etapa de Luis Rubiales como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Habían pasado tres semanas desde que el exmandatario hiciera gestos obscenos en el palco y besara "sin su consentimiento" a la jugadora de la Selección española Jennifer Hermoso durante la celebración de la final del Mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda. En el mismo césped donde España se coronó campeona del mundo y tocó el cielo, Rubiales besó el suelo. Durante la madrugada, la RFEF confirmó la dimisión de Rubiales y el inicio de los procedimientos para convocar elecciones.

De repetir cinco veces "no voy a dimitir" en su esperpéntica asamblea en Las Rozas y atrincherarse en el cargo, a comunicar su adiós a la RFEF y a la UEFA en un comunicado a través de su cuenta de X (antes Twitter), previamente adelantada como cebo de una entrevista con Piers Morgan. El motrileño, apartado por la FIFA de ambos cargos y suspendido de empleo y sueldo por la propia RFEF, viajó hasta Londres para conceder su primera entrevista tras la polémica. Lejos de los medios españoles, el exmandatario mantuvo una conversación de dos horas con Morgan, que verá la luz a lo largo de la semana, en la que confirmó que ponía fin a su mandato de cinco años al frente del fútbol español.

"La decisión la tomé tras hablar con mi padre y mis hijas, ellos ya saben que no es una cuestión mía. La gente de mi confianza me ha dicho: 'Luis, tienes que centrarte en tu defensa y en seguir tu vida. Porque si sigues vas a hacer daño a gente que amas y al deporte que amas, y a todo lo que has construido durante mucho tiempo'. Cuando alguien no está pensando solo en sí mismo, esto es algo que afecta a terceras partes... Es la situación y [dimitir] es lo más inteligente que puedo hacer", narró el exfutbolista, de 46 años. Rubiales, además, confirmó implícitamente que valoró su regreso al cargo una vez acabase la sanción preventiva de la FIFA: "Hay poderes fácticos que impedirán mi vuelta, quedarme a la espera y aferrarme a ello [su posición] no va a contribuir a nada positivo, ni a la Federación, ni al fútbol español", apuntó.

Sus aliados saltaron del barco

No solo abandonó su puesto como máximo responsable federativo, también su cargo de vicepresidente de la UEFA. Aunque Aleksander Ceferin había sido el responsable del fútbol más suave con su figura, las vías de comunicación estaban cortadas. La evidente pérdida de apoyos, tanto del Gobierno como de personalidades como Joan Laporta, se extendió por el mundo del fútbol. En una entrevista con L'Équipe, Ceferin afirmó, en una equidistante condena, que "lo que hizo Luis Rubiales fue inapropiado". Además, el presidente esloveno rechazó suspenderlo de sus atribuciones como vicepresidente de la UEFA al argumentar que tanto la RFEF como la FIFA ya habían tomado medidas.

"Luis Rubiales está suspendido de todas sus funciones, en todas partes. No es necesario suspenderlo dos veces", deslizó Ceferin. En este sentido, el esloveno, otrora muy amigo de Luis Rubiales, remarcó la necesidad de tomar nuevas medidas. "Soy abogado y uno de los vicepresidentes de la FIFA. Su caso está en manos del órgano disciplinario de la Federación Internacional. Cualquier comentario que pudiera hacer sonaría como presión".

Desde aquella última asamblea, Luis Rubiales no había vuelto a aparecer ante las cámaras. En Motril, su familia sí salió a defender la causa, acusando a Jennifer Hermoso de mentir, al entender que el beso fue, como sostiene el propio expresidente de la RFEF, "mutuo y consentido". Desde la presencia de su prima como portavoz familiar al revuelo causado por su madre, Ángeles Béjar, quien pasó varios días encerrada en la iglesia de la localidad en huelga de hambre por la "cacería inhumana" contra su hijo. La madre del dirigente salió por una puerta trasera de la iglesia y acabó en urgencias tras dos días y medio. Ya no reanudaría la acción.

Perseguido por los "poderes fácticos"

Sin embargo, el silencio de Rubiales era relativo. Alejado de los focos, en estas semanas no ha dejado de planificar su defensa y sus movimientos, que pasan por desacreditar a Hermoso. Lo hizo a través de un comunicado aprovechando el varapalo del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), que consideró el beso una falta "grave" y no "muy grave", lo que impidió al Consejo Superior de Deportes suspender de manera temporal al exmandatario. "Hubo consentimiento de ambas partes, tanto en los cariñosos abrazos como en el pico y posterior despedida llena de afectuosos gestos mutuos", expresó el exdirigente andaluz en su comunicado.

En los mismos términos se relanzó en su dimisión como máximo responsable del fútbol español. No hubo espacio para la autocrítica o para reconocer errores, tampoco para el perdón, pero sí para exaltar su figura ("Ahí está la gestión de mi equipo y, sobre todo, la felicidad que me llevo por el enorme privilegio de estos más de cinco años al frente de la RFEF", escribió). "Debo mirar adelante, mirar al futuro. Ahora hay algo que me ocupa con firmeza. Tengo fe en la verdad y voy a hacer todo cuanto esté en mi mano para que prevalezca. Mis hijas, mi familia y la gente que me quiere han sufrido los efectos de una persecución desmedida, así como muchas falsedades, pero también es cierto que en la calle, cada día más, la verdad se está imponiendo", zanjó el dirigente.

La decisión de Rubiales trajo consigo las palabras del presidente del CSD, Víctor Francos, en El Larguero: "El Gobierno quiere que se cumplan los cambios estructurales y que se produzcan unas elecciones en tiempo y forma", explicó el representante. "Creo que ha hecho lo que tenía que hacer, que es lo que le habíamos pedido el conjunto de la sociedad española. Creo que es una buena decisión, sobre todo porque beneficia al fútbol y al deporte español", agregó. Por otra parte, cabe apuntar que la renuncia de Rubiales no significa el fin de sus problemas judiciales, los cuales seguirán su curso.

El recorrido judicial que le espera y el futuro de la RFEF

El pasado martes, la futbolista Jennifer Hermoso presentó ante la Fiscalía una denuncia expresa contra el presidente suspendido de la RFEF, Luis Rubiales, por el beso que le propinó en la final del mundial femenino. Dos días después, la Fiscalía de la Audiencia Nacional presentó una querella contra Luis Rubiales por un delito de agresión sexual, previsto y penado en el artículo 178 del Código Penal, y un delito de coacciones, previsto y penado en el artículo 172. Los hechos objeto de la querella se refieren al beso en la boca "no consentido" que Rubiales dio a la jugadora Jennifer Hermoso, "mientras le agarraba la cabeza con las dos manos".

Pedro Rocha, el elegido a dedo por Rubiales antes de la famosa asamblea, tanteó a los presidentes territoriales durante la madrugada sobre los pasos a seguir en los próximos días. Con el Mundial 2030 sobre la mesa, las elecciones a la presidencia de la RFEF se dibujan en el horizonte inmediato. Los estatutos del organismo señalan la necesidad de elegir un nuevo responsable hasta 2024. Rocha, mientras tanto, ha ejercido de nuevo rostro del fútbol español tomando decisiones como la destitución de Jorge Vilda al frente de la Selección femenina o la controvertida continuidad de Luis de la Fuente al frente de la Selección masculina. Hay que recordar que la estructura de la RFEF sigue siendo exactamente la misma que dejó Rubiales, incluyendo la presencia de su mano derecha, Andreu Camps, quien es secretario general de la organización.

Así lo estipula el artículo 31.8 de los Estatutos de la RFEF, que ya está puesto en marcha, como confirmó la entidad. "Si el presidente cesara por causa distinta a la conclusión de su mandato, la junta directiva se constituirá en comisión gestora y convocará elecciones para proveer al cargo; el que resulte elegido ocupará el cargo por tiempo igual al que restase por cumplir al sustituido, siendo además de aplicación, en lo que a este respecta, la norma que prevé el artículo 23.2, del presente ordenamiento", dictan los Estatutos. Algo que la propia RFEF confirmó en un comunicado.

El artículo 23.2 remarca que "en el caso de que, por cualquier circunstancia, no consumaran aquel periodo de mandato, quienes ocupen las vacantes ejercerán el cargo por tiempo igual al que restase por cumplir a los sustituidos, los cuales no podrán presentarse a una nueva elección hasta que transcurra el periodo olímpico para el que fueron elegidos". Las turbulencias en la RFEF no han terminado, habrá elecciones y la lucha de sables por suceder a Luis Rubiales solo está a punto de empezar.