El palo a Militao con el que el Real Madrid pretende arreglar los problemas defensivos

Los problemas defensivos del Real Madrid los pretende arreglar Ancelotti con una regañina pública a Militao. El entrenador con fama de tranquilo ha perdido la paciencia, se salta los códigos del vestuario y busca, con desesperación, que el palo al brasileño surta efecto en la plantilla. La reprimenda tiene que llegar a todos los jugadores. Si el mensaje no cala por las buenas, se abandona la vía blanda y se actúa con dureza. Carletto cambia la forma de dirigirse a los suyos. Es el lado desconocido de un entrenador que está harto de las desconexiones en los últimos partidos de Liga. Es extraño que rompa la discreción y abandone la mano izquierda para recurrir al toque de atención en la sala de prensa.

La final de la Copa del Rey y el partido de ida de las semifinales de la Champions se echan encima y al entrenador del Real Madrid se le ha agotado el discurso de puertas para adentro. Lo tiene claro. Reitera cuál es la mejor manera que tiene el equipo de competir y salir airoso de partidos exigentes como el de Osasuna y Manchester City. El secreto de la táctica está en el compromiso y la concentración y aquí está fallando el equipo. Con lo que Ancelotti no tiene reparos en señalar a Militao después del fallo que tuvo contra la Real Sociedad y costó el primer gol. En este caso, el fin justifica los medios.

Decir públicamente que "Militao tiene que despertar pronto" es una regañina a un equipo que repitió en Anoeta los mismos errores que en Montilivi. El problema que tiene Ancelotti es que ya no hay margen de error. Estamos en el momento clave de la temporada y le falla su mejor central. De Militao se espera que sea infalible por el buen momento de forma que llevaba desde los partidos contra el Liverpool y el Chelsea. Pero se ha despistado y su bajón mental provoca la debilidad defensiva.

Basta de regalos

El señalado es Militao, pero se tienen que dar por aludidos otros compañeros que llegaron para darle solidez al equipo y no lo consiguen. Si Militao tiene que despertar, qué se puede decir de Rüdiger y Tchouaméni. El alemán y el francés no dan motivos para estar tranquilos. Contra la Real Sociedad tampoco dieron seguridad defensiva y en ellos se depositó la esperanza de construir un bloque más fuerte, que recibiera menos ocasiones y pocos goles. Ancelotti nombró a Militao en otra noche horrorosa en defensa para que tome nota todo el equipo. Un regalo como el de Militao te puede hacer perder la final de Copa o caer en la Champions. Son los nervios de Ancelotti y es el último recurso del que tira un entrenador que dice que "la defensa es la llave del éxito".

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Ancelotti opta por bajar de la nube a Militao para que en la final de la Copa del Rey aparezca su versión poderosa y fiable. Hace poco era reconocido como uno de los mejores defensas del mundo. El problema no está solo en Militao. No sirve de nada que el central brasileño recupere el acierto y la fiabilidad si los que le rodean no le acompañan. Es un asunto de compromiso y eficacia colectiva defensiva que atañe a todos y no solo a Militao. El brasileño no puede ser el cabeza de turco de la fragilidad defensiva del Real Madrid. En Girona salió un equipo con mala actitud, castigado por los cuatro goles de Taty Castellanos, y en Anoeta dejó de competir a raíz de la expulsión de Carvajal y un plan alternativo.

Militao le ha dado mucho al equipo para llegar a jugar la final de Copa y las semifinales de la Champions. Es cierto que se ha relajado en los partidos contra Girona y Real Sociedad, pero no tiene que haber sido agradable que Ancelotti le haya advertido con tono amenazante en público. Cuando un entrenador tiene que recurrir a este gesto es que algo falla en su manera de motivar y trabajar. Está muy bien que diga que un defensa tiene que ser pesimista para evitar caer en la confianza que provoca los errores. Pero el palo que le ha dado a Militao es injusto. Ancelotti lo hace por la impotencia de ver que su equipo no tiene la solidez que necesita para competir con garantías contra Osasuna y Manchester City. Llegan los días del todo a o la nada.