El precio que paga Reguilón para salir del Real Madrid (si fuera francés, sería otra cosa)

Del Real Madrid van saliendo, a cuenta gotas, los descartes de Zidane. Se le llama de esta forma a las decisiones que ejecuta el club por mandato de un entrenador que dice que el equipo va a jugar a otra cosa. Han salido cinco jugadores: Marcos Llorente (Atlético de Madrid), Kovacic (Chelsea) y Raúl de Tomás (Benfica). La cesión de Sergio Reguilón, al Sevilla, por una temporada. También la de Odegaard a la Real Sociedad. Las siguientes operaciones serán las de Theo (Milan) y Borja Mayoral (Real Sociedad). De todas ellas puede que la más dolorosa sea la de Reguilón. El canterano con el que nadie contaba hace un año cuando los dirigentes planificaban y buscaban nuevos rumbos en el Madrid post Cristiano Ronaldo. Florentino Pérez puso el proyecto en manos de Julen Lopetegui y el ex seleccionador se sacó un as de la manga. El desconocido Sergio Reguilón se subió al avión para hacer la pretemporada y empezó a ganarse un puesto con trabajo, sacrificio y compromiso.

Nadie daba un euro porque Reguilón pudiera quedarse en el primer equipo cuando el club hacía otros negocios con Theo, cedido a la Real Sociedad, y el fichaje de un lateral derecho: Odriozola. Pocos podrían pensar que Marcelo se iba a fundir en el principio de la temporada. Que no le aguantaría el físico y sufriría un desgaste mental. Por el costado izquierdo se empezó desangrar un Real Madrid que pretendía ser más sólido con el déficit de goles que provocaba la salida de Cristiano Ronaldo. Lopetegui se dio cuenta en Girona, segundo partido de Liga (26 de agosto), que el brasileño estaba tieso. Superado. Sin velocidad. Le faltaba explosividad, agilidad y concentración. Le quitó en la segunda parte y metió a Varane para recomponer la defensa con la presencia de Nacho.

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A Reguilón le dijo el cuerpo técnico de Lopetegui que se fuera preparando que pronto tendría más oportunidades en el equipo visto el estado de forma de Marcelo. Pero el que verdaderamente tomó la decisión de meter en el once al canterano fue Solari con su revolución. Reguilón tenía la energía, frescura y condiciones para darle profundidad y trabajo a la banda izquierda del Real Madrid y le juntó con Vinicius. El brasileño jugaba por delante y la pareja de jovenzuelos se convirtió en lo más atractivo de un Madrid en depresión. La alegría de esos meses, en los que el Madrid de Solari parecía que iba a remontar en la Liga con el triunfo en el derbi de Metropolitano, la daban Reguilón y Vinicius.

Los 48 millones de Mendy

Apostar por Sergio Reguilón era un acto de justicia deportiva. El chaval se ganó por méritos su puesto en el once y era capaz de llegar hasta el final para demostrar a quien le pusiera en duda que no tenía personalidad ni calidad para jugar en el primer equipo. En un Clásico en el Bernabéu se encaró con Luis Suárez y Messi. No se achantó. Tenía esa agresividad y orgullo que conectó con una grada cansada de los desplantes de Isco, las lesiones y la irregularidad de Bale, el bajo rendimiento de Marcelo, los despistes de Kroos, la desaparición de Modric… Reguilón tiró la puerta del primer equipo.

Zidane regresó al banquillo para los últimos once partidos y no le dio ni bola. Considera que tiene que jugar más en otro equipo y se gasta 48 millones de euros en un lateral francés: Ferland Mendy. Una mala noticia para un Sergio Reguilón que quería seguir, como fuera, en el Madrid. Regresa a su punto de partida. Con Lopetegui en el Sevilla. Se marcha cedido y quién sabe si volverá algún día porque Theo Hernández fue otro de los fichajes prometedores y va a acabar traspasado al fútbol italiano. Florentino Pérez no perderá la vista a Reguilón y espera que su caso sea como el de Carvajal. Cuando éste se marchó a Alemania y regresó con mejor formación para hacerse el dueño del lateral derecho. Pero el precio de los 48 millones de euros, una cifra alta, va a complicar mucho un regreso de Reguilón. Una losa.