El antivirus de Benzema en un Real Madrid con bronca entre Lucas Vázquez y Casemiro

El Real Madrid tuvo más raza que fútbol en la victoria (3-0) contra el Athletic de Bilbao. Los problemas de juego siguen existiendo a pesar de que Zidane le dio otra vuelta al once y un nuevo palo a Gareth Bale. El galés empezó en el banquillo y cuando salió al césped recibió pitos de un sector del Bernabéu que le señalan como uno de los principales culpables de la malísima temporada que tiene al equipo fuera de la pelea por los títulos. Esos pitos se suavizaron con el segundo gol de Benzema. El francés es el antivirus del Real Madrid. Con los tres goles ante el equipo bilbaíno llega a los 21 tantos en la Liga. Un total de 30 en todas las competiciones y a dos de igualar su mejor registro goleador –32 hizo en la segunda temporada de Mourinho–.

[El otro resultado del Real Madrid - Athletic o los pitos a Bale]

Buenas cifras para un delantero que se le acusa de no tener gol o faltarle instinto asesino. Los que siguen sin verle como un 'cazagoles' se agarran a que sólo le ha hecho dos goles a los diez primeros de la Liga. O que la racha le ha venido cuando el equipo ya no se juega nada más que pelear por la segunda plaza. Lo que no se le puede negar es que es el mejor en el tramo fantasma que tiene pasar este Madrid en demolición. El francés ha marcado los últimos ocho goles del equipo. Un dato que habla del amor propio que pone a un final de temporada en el que el club pide acabar con la mayor dignidad posible. Benzema lo está haciendo y estos tres goles al Athletic le sirven para salvar su pescuezo de la limpia que tienen que hacer Florentino Pérez y Zidane.

Bale está sentenciado

Esa reconstrucción va a empezar por Gareth Bale. La decisión está más que tomada por parte de Zidane. Otra cosa es que a Florentino le convenza el dinero que puedan ofrecer por un futbolista que costó 100 millones de euros y hoy está devaluado por su mala temporada y porque Zidane le deja en el banquillo. Dos partidos seguidos sin entrenar en el once –Leganés y Athletic de Bilbao– son la prueba de que el entrenador se está cargando a cámara lenta y sin miramientos al galés. Le está diciendo con hechos que es prescindible y que el nuevo Real Madrid tendrá otro líder, estrella o figura. Eden Hazard es uno de ellos y, como anuncia ZZ, el dibujo también puede sufrir variaciones. Le sobra Bale.

Zidane prefirió jugar con Lucas Vázquez y Marco Asensio en las bandas contra el Athletic. Entendió que era un partido de pierna dura, intenso y para jugadores con coraje. Una tarde para correr hacia delante y para detrás. Para morder y bregar. A Bale no le ve para competir contra equipos intensos y que proponen la pelea. Mejor el ardor y la sangre caliente de Lucas Vázquez que la frialdad de Bale. Es una cuestión de confianza y en el galés la perdió cuando se fue como el entrenador que ganó las tres últimas Champions y no le sirve ahora que necesita gol en un equipo con problemas de definición. La suerte que tiene Zidane es que Benzema le está sacando las castañas del fuego en días en los que el equipo sigue sin precisión, imaginación y le cuesta finalizar las jugadas.

La primera parte la acabó el Real Madrid sin disparar a la portería del Athletic. Un dato más que preocupante. En el descanso tuvo que haber tirón de orejas de Zidane a un equipo que tenía actitud, pero estaba plano de juego y de ideas. La segunda fue un recital del fino Benzema con los tres goles. El más enchufado. Contundente. Rabioso. El más competitivo en una tarde en la que se vio una bronca entre Lucas Vázquez y Casemiro. Una discusión por no ir a un balón. Un ejemplo de los nervios de un equipo que no se encuentra y vive exageradamente de Benzema.