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El último movimiento en el fútbol (Athletic y Oyarzabal) para descubrir a un mercenario
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dispuesto a pagar la cláusula

El último movimiento en el fútbol (Athletic y Oyarzabal) para descubrir a un mercenario

El Athletic ha hecho un movimiento para asaltar la casa de su vecino -la Real Sociedad- con el mejor armamento que se puede ir al mercado: el talonario. El deseado es Oyarzabal

Foto: Mikel Oyarzabal disputa un balón con el futbolista del Athletic, Óscar De Marcos. (Efe)
Mikel Oyarzabal disputa un balón con el futbolista del Athletic, Óscar De Marcos. (Efe)

Un día se te presenta la oportunidad de trabajo de tu vida que te soluciona el futuro de tres generaciones y, aunque seas feliz donde estás, te planteas que todavía lo puedes ser más porque los problemas materiales dejan de serlo con la tranquilidad de tener una cuenta corriente ilimitada. Es un gran dilema. ¿Se puede cambiar de un trabajo en el que eres feliz porque la oferta que te ha llegado la consideras irrechazable desde el punto des vista económico? En cualquier trabajo u oficio no habría tantos quebraderos de cabeza y se consideraría como un paso adelante o una progresión profesional e, incluso, vital. Pero en el deporte y más concretamente en el fútbol estos episodios se califican como un gesto de traición y al protagonista como un mercenario. El último que se encuentra en esta encrucijada es Mikel Oyarzabal. De la Real Sociedad ha salido este verano otro buen jugador: Odriozola al Real Madrid.

No descarten uno de los bombazos del verano futbolístico. El Athletic de Bilbao ha hecho un movimiento para asaltar la casa de su vecino -la Real Sociedad- con el mejor armamento que se puede ir al mercado para comprar lo que se te antoja: el talonario. Quiere fichar a Mikel Oyarzabal, que tiene una doble cláusula: 50 millones de euros para cualquier club que no sea el Athletic y 60 para los bilbaínos. El club bilbaíno tiene dinero fresco después de ingresar 80 millones de euros por el pago de la cláusula de Kepa Arrizabalaga.

Foto: Julen Lopetegui habla con Keylor Navas durante un entrenamiento de la pretemporada en la gira americana. (Efe)


Ese dineral tiene un primer destino y lleva una carga hostil. En el Athletic han vuelto a reactivar su interés por el joven canterano de la Real Sociedad. Hubo un intento en 2016 cuando los dirigentes bilbaínos contactaron con el padre de Oyarzabal y ahora vuelven con más munición para poner entre la espada y la pared al chico y toda su familia. ¿Quién puede renunciar a una oferta de trabajo que te pone sobre la mesa el doble de sueldo? ¿Y si la oferta es de cinco millones de euros limpios de impuestos? ¿Eres un mercenario o no?

Oyarzabal, en la encrucijada

En esta disyuntiva se encuentra Mikel Oyarzabal y con este problema tiene que batallar el presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, para frenar los deseos que llegan desde Bilbao de pagar la cláusula del canterano. No hay otra solución que reaccionar con una contraoferta y mejorar el sueldo. Lo mismo que le ha sucedido a Florentino con el caso de Luka Modric. Si no se va al Inter de Milán es porque tiene la promesa de una subida de sueldo. Es la ley de la oferta y la demanda, que con el mismo criterio se tiene que aplicar al mundo del fútbol pese a que éste también se rija por el sentimiento, los valores y el romanticismo.

Foto: Kepa, junto a Urrutia, tras renovar el pasado mes de enero por el Athletic hasta 2025. (EFE) Opinión

Si la Real Sociedad no blinda a Oyarzabal -está poniendo todo para conseguirlo-, mañana lo pueden ver besando el escudo del Athletic de Bilbao y se recordará que otros dieron el paso antes: el último fue Íñigo Martinez por el que el Athletic pagó a la Real Sociedad los 32 millones de euros de la cláusula. De nada habrá valido que Mikel Oyarzabal llegara, en 2011, con 14 años al club donostiarra, que se le considere un canterano y en 2015 ya debutara con el primer equipo. A sus 21 años es un caramelo muy apetitoso para el reducido mercado de fichajes en el que se maneja el Athletic de Bilbao.

Por si acaso, la Real Sociedad va poniendo cortafuegos y hace hasta un chantaje sentimental al futbolista porque en medio del incendio publica un vídeo de hace días en el que Oyarzabal, junto con los capitanes y capitanas de fútbol, visita a las obras del estadio de Anoeta para mostrar su admiración por la remodelación del estadio. El cariño profesional, pese a quien le pese, también se puede comprar con dinero y aquí entra la tentación que tiene Mikel Oyarzabal.

Como se puede comprrobar, existen otros equipos en nuestro país que no siempre son Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid que tiran del talonario, pese a quien le pese, y que se lanzan a por sus objetivos sin negociar con los clubes. En este caso, el Athletic no ha desmentido este movimiento por Oyarzabal que se puede considerar hostil para la Real Sociedad. La pelota está en el tejado de Mikel Oyarzabal -con el corazón donostiarra- porque a su puerta ha llamado un club que tiene riqueza.

Foto: Imagen del Stade Ibn Battouta de Tánger distribuida por la Real Federación Española de Fútbol. (Foto: RFEF)

Un día se te presenta la oportunidad de trabajo de tu vida que te soluciona el futuro de tres generaciones y, aunque seas feliz donde estás, te planteas que todavía lo puedes ser más porque los problemas materiales dejan de serlo con la tranquilidad de tener una cuenta corriente ilimitada. Es un gran dilema. ¿Se puede cambiar de un trabajo en el que eres feliz porque la oferta que te ha llegado la consideras irrechazable desde el punto des vista económico? En cualquier trabajo u oficio no habría tantos quebraderos de cabeza y se consideraría como un paso adelante o una progresión profesional e, incluso, vital. Pero en el deporte y más concretamente en el fútbol estos episodios se califican como un gesto de traición y al protagonista como un mercenario. El último que se encuentra en esta encrucijada es Mikel Oyarzabal. De la Real Sociedad ha salido este verano otro buen jugador: Odriozola al Real Madrid.

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