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Así se ha 'ganado' Zidane a Florentino: de Guardiola blanco a técnico intocable
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supera los malos momentos

Así se ha 'ganado' Zidane a Florentino: de Guardiola blanco a técnico intocable

Zidane ha manejado sus bazas para convertirse en uno de los entrenadores más exitosos de la historia del club y Florentino continuará con él, aunque no gane esta Champions

Foto: Zidane y Florentino Pérez, en el palco del estadio Santiago Bernabéu. (Reuters)
Zidane y Florentino Pérez, en el palco del estadio Santiago Bernabéu. (Reuters)

Zinédine Zidane llegó al banquillo sin experiencia en la élite y con la urgencia de rescatar un barco que se hundía tras el paso de Rafa Benítez. El técnico madrileño había tenido serios desencuentros con el vestuario, lo que le condenó, pese a la buena sintonía que mantenía con José Ángel Sánchez y, en cierta medida, con el presidente. El francés aterrizó en enero y en poco más de dos años se ha convertido en el segundo técnico más laureado del club, igualando los ocho títulos de Luis Molowny y a seis de Miguel Muñoz. Zidane ha logrado convertirse en el Guardiola blanco que buscaba Florentino Pérez: ha sumado 100 victorias como técnico del Real Madrid, con un porcentaje de triunfos del 71,4%. Solo seis de los 61 técnicos de la historia de la entidad de Concha Espina han superado el centenar de victorias: Miguel Muñoz, Molowny, Beenhakker, Del Bosque y Mourinho. Y en un club con tal cultura, son las victorias y los títulos los que mantienen a los entrenadores en los banquillos. Si este 2018 se llega a verano sin ninguna copa, Florentino mantendrá a Zizou como no hizo con Ancelotti, por ejemplo. ¿Cómo se ha ganado el francés este derecho?

Zizou ha ido afianzando su posición en el club gracias a tres pilares: el éxito de sus resultados deportivos, priorizar su vínculo con el vestuario por encima incluso de las relaciones con los dirigentes, y la veneración y el respeto que le profesan la afición y la prensa. El francés ha pasado por un par de momentos complicados en estas dos temporadas y media. En el primero de ellos, después de perder el año pasado el colchón de puntos que mantenía en Liga, el club sondeó la disponibilidad de otros técnicos de cara a la siguiente temporada y el francés, informado de ello, advirtió la deslealtad en la sala de prensa antes de un derbi ante el Atlético de forma muy elegante: "Hoy estoy aquí, pero uno nunca sabe qué pasará mañana". Zidane terminó alzando la Champions en San Siro y las dudas se convirtieron en elogios, hasta el punto de que renovó su contrato antes de subir la escalerilla del avión de vuelta a Madrid.

Foto: Keylor Navas y Kepa se abrazan después del partido entre el Athletic y el Real Madrid. (Efe)

El otro momento complicado tiene más que ver con la desatención por parte del club a la hora de atender sus peticiones en los fichajes. En verano, Zidane solicitó la contratación de un jugador de corte defensivo, central o mediocentro, y de un '9' de garantías para suplir a Morata. Se encontró con un ejército de 'pavones' que no han aportado al grupo lo que el técnico exigía. El punto de inflexión de esa tensión se escenificó en la rueda de prensa en la que el francés desestimó el fichaje de Kepa Arrizabalaga en enero, jugador que tenía atado Florentino, y que terminó renovando por el Athletic tras las palabras de Zidane.

Respaldado por el núcleo duro del vestuario

En otro tiempo, ese desafío público le habría marcado de cara al futuro, pero Zidane, con dos Champions en el bolsillo y la opción real de una tercera, ha sido inteligente y ha apostado por emular a su predecesor, Carlo Ancelotti, quien ya se posicionó del lado del vestuario en el pulso jugadores-directiva. Zizou siempre ha respaldado pública y privadamente al núcleo duro del vestuario, lo que ha provocado que la plantilla haya mostrado su apoyo incondicional al francés. En diciembre, cuando Cristiano no atravesaba por su mejor momento y el portugués andaba acuciado por la posible multa del fisco, Zidane despidió el año recomendando al club sentarse a negociar con el delantero para que siguiera en el Bernabéu. Unas palabras que incomodaron en la planta noble del Bernabéu porque desde la presidencia se había dado la negativa por respuesta a la mejora del contrato de Ronaldo. Negociación que finalmente se producirá.

Zidane, sin embargo, no ha tenido problemas para enviar a Bale al banquillo cuando su rendimiento no ha estado a la altura de las expectativas. Por más que sea uno de los jugadores 'tutelados' por el presidente, el galés ha pasado al ostracismo y saldrá este verano del club. Mano de hierro en guante de terciopelo. A eso se suman las declaraciones del técnico tensando la cuerda sobre su continuidad al final de temporada, que él mismo cuestionó públicamente, quién sabe si para medir la fuerza que tenía, y que posteriormente se ha encargado de confirmar. Todo con el PSG llamando insistentemente a su puerta.

placeholder Zinédine Zidane, sonriente, abandona la sala de prensa. (EFE)
Zinédine Zidane, sonriente, abandona la sala de prensa. (EFE)

Avalado por los resultados y el vestuario, el trato exquisito de Zidane con la prensa y el público ha terminado por afianzarle en su puesto. La defensa numantina que ha hecho del club ante el antimadridismo ha disparado más si cabe su popularidad entre los aficionados. El francés siempre se ha caracterizado por utilizar un discurso discreto, sin elevar el tono y atendiendo a todos los medios con una sonrisa en la boca. Ese 'savoir faire' ha conquistado a la prensa, acostumbrada hasta no hace mucho a las tensas comparecencias del desafiante Mourinho, y ha devuelto la elegancia al club en su imagen corporativa.

Todo esto ha provocado que incluso en el caso de que el Real Madrid no se alzase con la Champions, que sería la tercera consecutiva (con la dimensión que eso conllevaría a nivel comercial), el puesto del francés no peligre. A diferencia de Ancelotti, al que se le mostró la puerta de salida después de liquidarle un año de contrato por no ganar ningún título y acusado de tener mano blanda con el vestuario, Zidane ha manejado sus bazas para convertirse en uno de los entrenadores más exitosos de la historia del club. Y más inteligentes. Hoy es intocable.

Zinédine Zidane llegó al banquillo sin experiencia en la élite y con la urgencia de rescatar un barco que se hundía tras el paso de Rafa Benítez. El técnico madrileño había tenido serios desencuentros con el vestuario, lo que le condenó, pese a la buena sintonía que mantenía con José Ángel Sánchez y, en cierta medida, con el presidente. El francés aterrizó en enero y en poco más de dos años se ha convertido en el segundo técnico más laureado del club, igualando los ocho títulos de Luis Molowny y a seis de Miguel Muñoz. Zidane ha logrado convertirse en el Guardiola blanco que buscaba Florentino Pérez: ha sumado 100 victorias como técnico del Real Madrid, con un porcentaje de triunfos del 71,4%. Solo seis de los 61 técnicos de la historia de la entidad de Concha Espina han superado el centenar de victorias: Miguel Muñoz, Molowny, Beenhakker, Del Bosque y Mourinho. Y en un club con tal cultura, son las victorias y los títulos los que mantienen a los entrenadores en los banquillos. Si este 2018 se llega a verano sin ninguna copa, Florentino mantendrá a Zizou como no hizo con Ancelotti, por ejemplo. ¿Cómo se ha ganado el francés este derecho?

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