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Las tres cantadas del Madrid ante la Juventus: Keylor Navas, Zidane y Ramos
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Las tres cantadas del Madrid ante la Juventus: Keylor Navas, Zidane y Ramos

La clasificación del Real Madrid ante la Juventus de este miércoles ha dejado algunos puntos negativos sobre la mesa para la directiva blanca, que podrían afectar al presente del equipo

Foto: Keylor Navas, este miércoles tras encajar un gol. (Reuters)
Keylor Navas, este miércoles tras encajar un gol. (Reuters)

La sensación de que el equipo tiene una excesiva dependencia de que Cristiano Ronaldo aparezca para hacer goles o darlos, como sucedió con el pase de cabeza que le dio a Lucas Vázquez en la jugada del penalti de Benatia, crece en el Madrid para satisfacción y preocupación. Porque si no es por el portugués la eliminatoria contra la Juventus hubiera tenido otros derroteros con consecuencias fatales para la única aspiración de seguir vivos en la temporada con la competición de la Champions. Hay en el club un sabor agridulce tras el angustioso partido contra el equipo italiano en el Bernabéu. Alegría por la clasificación, porque el espíritu de pelear hasta el final funcionó, con Cristiano en su mejor momento y el orgullo para no bajar los brazos y no conformarse con la prórroga. Alegría que convive con la preocupación por lo que sucedió, sobre todo en la primera parte, con el juego del equipo y los dos goles recibidos. El balance final coincide con el de los jugadores. Hay que aprender la lección para que no vuelva a suceder, pero si se profundiza el ambiente es de malestar con determinados hechos y jugadores.

Por este orden se podrían numerar lo que se ha denominado como ‘cantadas’. La primera es la que tuvo Keylor Navas en el tercer gol de la Juventus con una preocupante salida en la que se le escapó el balón y acabó en los pies del goleador Matuidi. Un error que no es el primero y recuerda al autogol que se metió en un partido de Liga la pasada temporada, en esa misma portería, contra el Betis. Keylor tiene fallos que confirman que, pese a su alto compromiso y esfuerzo para mejorar, se repiten y dejan dudas. Este verano no puede pasar de fichar un portero, aunque finalmente se quede el costarricense si así lo desea. Pero hay que reforzar la portería. Keylor quedó tocado tras el partido y en el vestuario, cuando todos estaban de pie celebrando la clasificación, el guardameta se quedó sentado en su taquilla cabizbajo y fastidiado. Recibió el consuelo de sus compañeros.

Foto: Zidane, dando instrucciones este miércoles en el Real Madrid-Juventus. (EFE)

Bale titular... y al banquillo

La segunda cantada es la que tuvo Zidane con Bale, al que puso de titular y después quitó en el descanso (junto a Casemiro) para meter a Lucas Vázquez y Asensio. Se valora del entrenador su capacidad de reacción para contrarrestar las virtudes de la Juventus y equilibrar el once para hacerlo más compacto. Pero empieza a circular la idea de que Zidane no acierta con Bale en los partidos importantes y esto le pasa factura a la confianza del galés. ¿En qué posición tiene que jugar? ¿Realmente cree en él? ¿Le ve sirve o ya no para los próximos grandes partidos? Muchas incógnitas entorno a este asunto. No se entiende, tampoco, lo que está sucediendo en los partidos del Bernabéu. Una nueva derrota contra la Juventus y ya son muchos partidos sin ganar en casa: Barcelona, Valencia, Betis, Villarreal... La Liga se tiró, en gran parte por ser un equipo incapaz de hacerse fuerte en el Bernabéu, y la Champions ha peligrado por otro mal partido ante los italianos. El Tottenham también fue capaz de puntuar en la fase de grupos.

Y la tercera cantada es la que protagonizó Sergio Ramos bajando de su palco al túnel de vestuarios para gritar a los compañeros. Algo que puede tener malas consecuencias si el Comité de Control, Ética y Disciplina de la UEFA decide aplicar el artículo 11 del código disciplinario. Sergio Ramos puede ser sancionado con un partido y perderse la ida de las semifinales por conducta impropia. Así actúa la UEFA en estos casos (se le aplicó la misma norma a Xabi Alonso cuando saltó al césped en la final de Lisboa para celebrar el gol de Bale). En el Madrid están a la espera de los acontecimientos y alegan que estaba en las escaleras y no en el campo. Pero están preocupados porque fue partícipe de una discusión con el entrenador de la Juventus y esto es indefendible. Ramos no debió bajar y alguien debería haberle dicho que se fuera para evitar estos hechos. Mejia Dávila (responsable arbitral del club) o Chendo (delegado) no actuaron. Episodio que daña la imagen del club, jugador y provoca una baja considerable para la ida de las semifinales.

La sensación de que el equipo tiene una excesiva dependencia de que Cristiano Ronaldo aparezca para hacer goles o darlos, como sucedió con el pase de cabeza que le dio a Lucas Vázquez en la jugada del penalti de Benatia, crece en el Madrid para satisfacción y preocupación. Porque si no es por el portugués la eliminatoria contra la Juventus hubiera tenido otros derroteros con consecuencias fatales para la única aspiración de seguir vivos en la temporada con la competición de la Champions. Hay en el club un sabor agridulce tras el angustioso partido contra el equipo italiano en el Bernabéu. Alegría por la clasificación, porque el espíritu de pelear hasta el final funcionó, con Cristiano en su mejor momento y el orgullo para no bajar los brazos y no conformarse con la prórroga. Alegría que convive con la preocupación por lo que sucedió, sobre todo en la primera parte, con el juego del equipo y los dos goles recibidos. El balance final coincide con el de los jugadores. Hay que aprender la lección para que no vuelva a suceder, pero si se profundiza el ambiente es de malestar con determinados hechos y jugadores.

Zinédine Zidane Sergio Ramos Cristiano Ronaldo
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