Es noticia
Soy un 'boomer' y jefe de equipo en una carrera de la 'gen Z': así acabamos en la enfermería
  1. Deportes
  2. Fórmula 1
UNA CONVOCATORIA EXCEPCIONAL

Soy un 'boomer' y jefe de equipo en una carrera de la 'gen Z': así acabamos en la enfermería

El Gran Premio Pistón es la mejor muestra del poder espontáneo de una generación de aficionados crecidos al calor de la redes sociales. Jóvenes de pasión y talento a raudales

Foto: Heinz- Harald Frentzen liderando su grupo en una de las carreras clasificatoria del GP Pistón. (Jorge Riveira)
Heinz- Harald Frentzen liderando su grupo en una de las carreras clasificatoria del GP Pistón. (Jorge Riveira)

Quien les escribe estas líneas peina ya unas cuantas canas en esto de las carreras, y empieza a acostumbrarse a que la gente de su quinta juzgue con cierto desdén a la nueva generación de aficionados a las carreras de coches. Sea porque nos ha pillado mayores con los simuladores de competición, o porque su tono irreverente e imprudente choca bastante con el enfoque purista que gastamos muchos cincuentones como yo, estos recién llegados están con frecuencia bajo sospecha.

Sin embargo, quien tuviera ocasión de asistir al Gran Premio Pistón este pasado fin de semana comprobarían qué erróneos resultan a veces los prejuicios. El evento celebrado en la pista de Karting de Los Santos de la Humosa reunía a las personalidades más relevantes del universo de Twitter (ahora X) relacionados con temática de Fórmula 1 y competiciones de motor virtuales.

Dando un ejemplo de una apertura de miras (que ya podríamos tener hacia ellos a veces los más veteranos) tuvieron el detalle de invitar también a la vieja guardia de los comunicadores de automovilismo. Entre ellos, los dos representantes de El Confidencial que cada día se encuentran con ustedes en esta sección. Es decir, Javier Rubio y un servidor.

Confirmando su gran poder de convocatoria, a la cita acudió también un buen número de pilotos de la absoluta élite: Lucas Ordóñez, Roldán Rodríguez, Albert Costa, Pepe Martí, Mari Boya y un largo etcétera que incluso contaba con Heinz Harald Frentzen, un famoso ex piloto de F1. Ganadores de Le Mans, de Grandes Premios o el mejor talento emergente hispano se mezclaron felices por un día entre los aficionados que componían los 120 participantes del evento. Y ojo, porque otros fenómenos como Alex Palou o Dani Juncadella querían venir a participar, pero compromisos familiares se lo impidieron.

placeholder Óscar Ruiz y Alex Cabello (en los extremos de la imagen), junto a sus colaboradores directos, son el 'alma mater' del Gran Premio Pistón. (Jorge Riveira)
Óscar Ruiz y Alex Cabello (en los extremos de la imagen), junto a sus colaboradores directos, son el 'alma mater' del Gran Premio Pistón. (Jorge Riveira)

Por supuesto, colaborar con una buena causa como recaudar fondos para la Fundación Aladina, que ayuda a niños que sufren de cáncer, es un motivo más que justificado para que los profesionales se mezclen sin complejos entre los amateurs. Sin embargo, otra razón poderosa seducía a las figuras: participar en un evento donde se respira pasión por el automovilismo en estado puro. Hay cosas que no pueden pagarse con dinero y esta fue una de ellas.

Una convocatoria espectacular

El Gran Premio Pistón celebraba este año su segunda edición con cambio de nombre. En 2022 se denominó Twitter GP, pero se modificó para evitar asociaciones de marca con la plataforma y que tuviera su identidad propia. Aunque la comunidad tuitera seguidora de la Fórmula 1 es la que compone la mayoría de sus participantes, se une a gente procedente de otras plataformas de las redes sociales. Una especie de embrión de la Kingsleague futbolística, pero trasladada al mundo de las carreras.

La idea surge de Óscar Ruiz y Alex Cabello, dos pilotos de competiciones en simulador que, sabedores de la enorme comunidad de aficionados surgida alrededor de esta modalidad, decidieron convocar un día a todos sus rivales virtuales para competir por una vez de forma física. ¿Nos cuelgan el sambenito de que los pilotos de simuladores somos unos paquetes en la vida real? Muy bien, demostremos lo equivocados que están. Así nació el evento. A bordo de karts de alquiler como los de cualquier pista española y pesos nivelados, y que gane el mejor.

Foto: Max Verstappen, en uno delos podios que han coincidido en la temporada 2023. (EFE/Sebastiao Moreira)

"Lo que mucha gente no entiende —explica Óscar Ruiz— es que los simuladores nos han permitido vivir nuestro sueño de competir pilotando a mucha gente que por falta de recursos económicos no hemos podido hacerlo con coches de verdad". Y no les falta razón a Óscar y a Alex, su socio en esta aventura, porque competir en automovilismo se ha vuelto más inaccesible que nunca. Pero atención, llegado el momento de verse las caras en el asfalto los pilotos virtuales y los ‘reales’ compiten de poder a poder.

La hora de la verdad

Un tema es un modesto kart de cuatro tiempos y otro bien distinto una bestia de mil caballos con aerodinámica. Aun así, no resulta nada fácil plantar cara a pilotos profesionales y rodar en sus tiempos. Sin embargo, la gracia del evento es que no se trate de una competición reservada en exclusiva a 'jugones'. Mediante una trabajada fórmula de cabezas de serie y pilotos elegidos a través de un draft, en los equipos hay espacio para todos.

El mejor ejemplo de que la fórmula funciona es que Lea y Sarah, las hijas de Heinz-Harald Frentzen, convencieron a su padre para que viajaran a Madrid y les acompañara en esta aventura. Ambas son muy activas en las redes sociales e incluso animaron al gran piloto hispanoalemán a que abriera su cuenta de Twitter. ¿Hay algo más bonito que unos hijos líen a un padre para compartir juntos una afición?

Probablemente no, pero necesitas también ser un antidivo. No todos los pilotos de Fórmula 1 son capaces de bajarse de su pedestal y arriesgarse a que los aficionados le mojen la oreja. Spoiler: Frentzen demostró que sigue yendo rápido como un avión.

placeholder Javier Rubio de El Confidencial antes de la salida de su carrera. A su izquierda, Lea, hija de Heinz-Harald Frentzen. (Jorge Riveira)
Javier Rubio de El Confidencial antes de la salida de su carrera. A su izquierda, Lea, hija de Heinz-Harald Frentzen. (Jorge Riveira)

El equipo de El Confidencial

Cuando los organizadores me pidieron que ejerciera de jefe de uno de los equipos, no me lo pensé dos veces, más aún cuando entre mis pilotos tenía a Javier Rubio, mi compañero de sección. Por hacerles corta la historia les diré que quedamos últimos, pero también recordando que jamás me he sentido tan orgulloso y feliz en una derrota. Mis ocho pilotos estuvieron todos sensacionales, pero tuvimos el infortunio de que Arturo Hernández, uno de los mejores clasificados de nuestro equipo sufrió una fuerte embestida y acabó en la enfermería.

Foto: Carlos Sainz y Lucas Cruz, ante el que podría ser el último Dakar de Audi y la oportunidad de ganar. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Bajo el sistema de puntuación agregada cuando un piloto no termina una carrera penaliza de forma definitiva. Pero vayamos a lo importante. Cómo no estar orgulloso de ver como tu piloto con su collarín cervical que, en lugar de marcharse a casa, se queda hasta el final apoyando a sus compañeros. Para los registros, destacar que Javier Rubio era el piloto de mayor edad de todos los presentes, (no le gustará mucho que lo recuerde). Pero destacar también que se marcó un tiempazo a un segundo escaso de pilotazos como Albert Costa, que lideró el equipo que se alzó con el triunfo final. (esto seguro que sí le gustará)

La paradoja de este evento es que, aunque se denomine Gran Premio Pistón, no hay premio alguno. El premio, en realidad, es participar y vivir un ambiente de afición al automovilismo realmente único. Con gestos como el de Antonio Manuel García, que ha donado su recién estrenado casco réplica de Fernando Alonso para contribuir a la recaudación de fondos para la Fundación Aladina O del propio Albert Costa, que ha donado también para subastar su mono ignífugo con el que ganó en Le Mans. Por cierto, se cubrieron los objetivos y se recaudaron casi 6000 euros para la Fundación. De modo que un boomer como yo se muestra enormemente feliz con que los aficionados de la generación Z le hagan formar parte de su mundo.

Quien les escribe estas líneas peina ya unas cuantas canas en esto de las carreras, y empieza a acostumbrarse a que la gente de su quinta juzgue con cierto desdén a la nueva generación de aficionados a las carreras de coches. Sea porque nos ha pillado mayores con los simuladores de competición, o porque su tono irreverente e imprudente choca bastante con el enfoque purista que gastamos muchos cincuentones como yo, estos recién llegados están con frecuencia bajo sospecha.

Fórmula 1
El redactor recomienda