Dani Juncadella y el 'dream team' español con Antonio García en Corvette: "Es algo bestial"

Dani Juncadella es uno de los mejores exponentes del automovilismo español a nivel internacional. Piloto oficial de Mercedes durante casi una década, con algunas de las mejores carreras de resistencia en su haber (las 24 Horas de Daytona y Spa, por ejemplo) y un interminable historial de triunfos en 2024, competirá por primera vez en las 24 Horas de Le Mans.

Recientemente, la marca americana Corvette anunciaba el flamante fichaje del piloto catalán para participar en el Mundial de Resistencia y las 24 Horas de Le Mans. Por si fuera poco, hará pareja en Estados Unidos en las 24 Horas de Daytona y otras de resistencia junto con Antonio García, una de las grandes referencias internacionales en la disciplina, y la némesis de Fernando Alonso en el mundo de la resistencia y los turismos.

Un auténtico dream team español. El Confidencial habló con Juncadella sobre su carrera, su reciente paso a Corvette y otras historias sobre las exigencias para un piloto de élite.

PREGUNTA. No hay muchos pilotos españoles oficiales de marca. Durante muchos años lo has sido de Mercedes. ¿Cómo y por qué el salto a una marca americana, Corvette?

RESPUESTA. A veces, si no conoces el mundo del motor, puede parecer paso atrás, sobre todo en Europa. Mercedes AMG está muy establecido en el mundo de la competición. Pero Chevrolet, Corvette, puede sonar extraño. Sin embargo, en la competición, sobre todo en Estados Unidos, y los que conocemos este mundo, es una marca de las número uno. Es muy fiel a sus pilotos, muy orientada a competir por ganar y ser los mejores. Esto me ha llamado siempre la atención.

La decisión también viene marcada por haber tenido una trayectoria muy larga en Mercedes. Es algo nuevo, diferente, y sin duda creo que es el sitio ideal para una nueva aventura para mí.

P. Por lo que ha visto hasta ahora. ¿Cómo es el salto de una marca tradicional europea, a una marca americana? ¿Cómo respira, y qué diferencias hay con Mercedes?

R. Es muy difícil aún juzgar, es pronto todavía. He probado el coche una vez, y poco más. Cuando llevas once años en una marca y haces un cambio, como dicen en ingles the grass is always greener on the other side. (La hierba siempre es más verde en el otro lado). No siempre todo es un camino de rosas en el otro lado, es como cuando has tenido una relación con alguien y empiezas con una pareja nueva. Al principio todo es novedad. Para mí es muy fácil dejarme llevar por eso.

Pero a nivel humano y emocional es un cambio bastante grande. No es novedad, los alemanes tienen una forma de hacer menos emocional, más rígida, más cuadriculada. Y lo que me llamó la atención para decidirme es que, cuando contacté con ellos, les envíe el currículo, y me dijeron "tu historial está muy bien, pero lo que queremos es conocerte, cómo eres…" Me dije: "qué pasada, llevo muchos años en el deporte, en una profesión donde el factor humano y la inteligencia emocional no tiene valor, pero en este caso no es así". Esto me gustó mucho.

P. Con uno de los mejores currículos en carreras de GT y resistencia va a tener un programa de ensueño: las mejores carreras de resistencia de Estados Unidos, el Mundial de Resistencia, y las 24 Horas de Le Mans…

R. Sí, sin duda, es una pasada. He tenido unos años muy buenos por resultados y rendimiento personal, pero en este mundo hay muchos factores en los que no tienes el control. Ahora entro en una aventura nueva, es la primera vez que corro el WEC y Le Mans, una aventura apasionante con una marca nueva. Es como un proyecto laboral nuevo, hago un poco lo mismo, pero en otro sitio y con gente nueva.

Y, luego, tener a Antonio García ahí... Yo empecé a correr por Fernando Alonso. No sabía quién era Antonio cuando comencé a competir en karts, pero los dos han ido de la mano. Uno ha llegado a la Fórmula 1, y el otro tiene una carrera espectacular en el mundo de la resistencia y, por las razones que fueren, no tuvo la oportunidad de llegar Fórmula 1. Pero es un piloto extraordinario, creo que lleva catorce años en Corvette, diez años más compitiendo a este nivel tan alto... Para mí es un honor y una suerte poder correr con Antonio. Aprovechar todas estas condiciones es lo que más me ha llamado a decidirme por este cambio.

P. Con Antonio García en las 24 Horas de Daytona vais a formar un dream team español, en una marca americana... ¿Es algo muy especial?

R. Sí, es bestial. Con Antonio aún no tengo una relación lo suficientemente grande como para ciertos detalles con él. Me gustaría en estos años al lado suyo aprender de él en todos los ámbitos. Le admiro como piloto y como personal. Como yo, es una bastante introvertida y discreta, quizás no tanto como él. Pero me gusta cómo es su personalidad. Hace poco ruido, pero luego se sube al coche y es una bestia.

Desde el momento que supe que iba a correr con Corvette, lo pensaba, que nos hayan juntado es porque piensan en Corvette que puede funcionar, y eso es muy bueno. Antonio lleva muchos años, y yo sé perfectamente cuál es mi misión y mi labor. Al final, tampoco hago el campeonato americano completo. Yo me uno para las carreras largas. Mi programa fuerte es el WEC y las 24 Horas.

P. ¿Qué tiene de distinto correr en Estados Unidos?

Al final es lo mismo, llegas a un circuito e intentas dar tu mejor versión, en China o en Usa. Pero en Estados Unidos la mentalidad es diferente. Por naturaleza son unos flipaos, unos forofos de la competición, de los pilotos, y siempre con mucho respeto, no es esa afición loca por un piloto, como pasa más en la Fórmula 1. Son aficionados de todos. Y Corvette, al ser una marca americana, tiene una atracción bestial, lo he vivido de primera mano. En la carpa de Corvette había una cola espectacular para que firmaran sus pilotos.

Las reglas, el campeonato, está muy orientado a los aficionados, a que haya espectáculo, sin quitar la base de la competición. Sin hacerlo un circo. Esto es lo que me gusta mucho de Estados Unidos, me daría horas para explicarlo en detalle.

P. A pesar de tu gran palmarés, nunca habías corrido en las 24 Horas de Le Mans. ¿Qué supone hacerlo con la marca que, a pesar de ser americana, paradójicamente es la que más ediciones consecutivas ha corrido allí?

R: Es el comienzo ideal, sin duda. Es algo único, además en el primer año de cambio de reglamento con el LMGT3. El año pasado veía la carrera, y pensaba “madre mía, que no ganen, por favor” (risas) por si al año siguiente no volvían a las 24 Horas, pero sí, y conmigo.

P. ¿Cómo es la vida de un profesional de una marca? Es un mundo de enorme presión ¿Qué cualidades hay que desarrollar para mantenerse en lo más alto de manera permanente? ¿Qué ha aprendido durante estos años en la élite?

R. Primero, he aprendido a tratar mi profesión como un deporte de élite, efectivamente, que es lo que es. Tendrá su dureza física, pero a nivel mental cualquier deporte de élite tiene una exigencia bestial. Lo que más he aprendido en estos últimos cinco años ha sido gestionar el rendimiento mental. Es aquí donde he hecho un gran cambio.

Es lo que aun mucha gente le falta por descubrir en este mundo, porque es un mundo muy resultadista, pero no deja de ser un deporte en el que depende de demasiados factores en los que no tienes el control, también de muchos en los que piensas que lo tienes, no tanto. Aprender cómo llevar esta carga mental, mis emociones, mis retos, mis sueños y expectativas, gestionar todo esto puede salirte bien o mal. Porque al final se han quedado muchos pilotos con igual o mayor talento porque no han sabido gestionar algunas de las cosas que acabo de comentar.

R. Te hemos visto en las redes sociales jugando al póker, una de tus aficiones. ¿Es para ti una cuestión lúdica, mental, de adrenalina?

R. Para mí está sobre todo el tema mental. Me gusta la competición, soy muy competitivo, y siempre me han gustado los juegos de mesa. Al final, me fastidia que el póker tenga esa fama, porque es el único juego en un casino en el que le da igual quién gane. Se llevan una comisión por las partidas, pero no compites contra el casino.

Es un juego de azar, de suerte y destino, pero me encanta a nivel mental. Lo hago como aficionado, pero he leído mucho, de estrategia, y me apasiona. Si lo ves a nivel profesional, es muy difícil competir. Cuando a veces juegos contra ellos, es muy difícil, Me apasiona no por el dinero, es más a nivel mental y competición.

P. Max Verstappen se sube a un simulador y compite en las redes. Tú, incluso, has publicado un libro sobre ello. ¿Cómo vives esta otra faceta de tu condición de piloto? ¿Te ayuda para tu trabajo?

R. Sí, la competición on line se ha estabilizado después del auge del Covid. Creo que es una herramienta muy buena para prepararse a diario, es más asequible de competir y de prepararte para subir a un coche de carrera. Verstappen está totalmente metido en ello, y ya ves el rendimiento que tiene.

La simulación tiene un factor juego y diversión, pero es una herramienta para el profesional. Ahora la utilizo menos porque hago 25 o 30 carreras al año, pero en el futuro va a servir para suplir herramientas como el karting, cuando los precios son desmesurados.