Fernando Alonso: "Algunos momentos de 2023 fueron como entrar en una zona mística"

Antes de iniciar su aventura en 2023 con Aston Martin, Fernando Alonso afrontaba todo un incierto horizonte por descubrir. Así lo expresaba en una entrevista para su propio equipo en una sección de su página oficial (Undercut) destinada a sus miembros del equipo. "Cuando llego a febrero, siento como si hubiera estado fuera del coche por mucho tiempo; todos los años me siento así. No veo la hora de subirme al coche y empezar la temporada. Me siento bien. Estoy listo". Febrero de 2023

¿Listo? Ayer, de nuevo en la misma página oficial de Aston Martin, Alonso confirmaba hasta qué punto lo estaba. Ojo a cada palabra. Cualquier piloto sabe a otro se refiere cuando habla así.

"Hay un par de momentos en tu vida, en tu carrera, en los que conectas con el coche de una forma diferente. Es difícil de explicar, pero eres uno con el coche, confías en el coche, estás haciendo cosas que inicialmente pensabas que no eran posibles: adelantar, o simplemente tomar una curva de una manera que no parecía lógica cuando lo primero que pensaste".

Ahora, lo mejor. "Luego, te encuentras haciendo cosas imposibles con el coche de forma regular. En cada entrenamiento, en cada sesión de clasificación y carrera. Algunas de las actuaciones de este año, como las de 2012, fueron en esa especie de región mística, donde puedes hacer cosas que crees que son contrarias a las leyes de la física". Como aquella sesión clasificatoria del Gran Premio de Mónaco.

"No se puede hacer eso todo el tiempo"

Sin duda, aquel fue uno de los fines de semana más intensos en la trayectoria deportiva de Alonso, por varias circunstancias. Mike Krack reconocía recientemente que no había visto en nadie semejante nivel de intensidad y concentración como el de su piloto en Mónaco. Porque allí pudo haber ganado.

"Vivimos una vida muy diferente de lunes a jueves, y luego de jueves a domingo. Es como si hubiera una persona completamente diferente dentro de tu cuerpo y mente", explicaba en la entrevista el español como antesala de lo que vivió, por ejemplo, aquel fin de semana. "Puedo relajarme y ser como un hombre normal de 42 años al comienzo de la semana y luego, de jueves a domingo, ser un piloto totalmente concentrado".

Como aquel fin de semana, cuando en los clasificatorios Max Verstappen entró en meta golpeando los raíles para exprimir cada milésima para lograr la pole.

En Mónaco, Alonso olió sangre ante la primera oportunidad de victoria desde 2013. Vivido todo con excepcional estado de concentración, atendiendo a sus propios términos. "Te centras más en algunos detalles. Intentas asegurarte de que todo esté absolutamente perfecto ciertos fines de semana porque hueles esa oportunidad (de hacer algo extra), pero ese nivel de intensidad es imposible de mantener por más de unos pocos días. Simplemente destruirá tu energía. Intento hacerlo todos los fines de semana. A veces tienes más concentración, a veces un poco menos".

"En Mónaco quizás di un poquito más, pero no se puede hacer eso todo el tiempo. La Fórmula 1 es un entorno intenso en el que trabajamos. Hay muchos compromisos, tanto dentro como fuera del camino. La experiencia me ayuda a regular eso: saber qué es importante y qué es menos importante".

"Pensé que era demasiado bueno para ser verdad"

Aston Martin ganó dos posiciones frente a 2022 y el español logró ocho podios, un extraordinario éxito salpicado con el bajón sufrido desde el Gran Premio de Canadá. "Fue una temporada increíble. Probablemente hace doce meses, cuando lanzamos el coche, no esperábamos estar en esta posición. Ha sido un viaje increíble", confesaba el español en la entrevista.

"El AMR23 fue rápido desde el principio, pero es un deporte muy exigente y muy competitivo, por lo que tuvimos que seguir desarrollando el coche y centrarnos en el rendimiento". En la entrevista, Alonso comprimía un torbellino de sensaciones vividas en diez meses.

"Fue una temporada muy intensa. Hubo momentos durante los test de pretemporada en los que pensé que era demasiado bueno para ser verdad. Tenía esa sensación interior de que había una oportunidad para mí y el equipo de hacer algo grande juntos. El proyecto parecía cobrar vida. Fue mágico".

​"Estoy disfrutando más que nunca"

Desde los podios consecutivos de la primera parte del año, hasta el desastre de Austin y México, cuando el equipo se estampaba contra la pared de esas expectativas iniciales. Sin embargo, el viaje no ha mermado el espíritu de Alonso.

"Siento que lo estoy disfrutando quizás más que nunca y voy a las carreras con un espíritu diferente. Mucho de ello tiene que ver con el equipo. Es muy joven, muy entusiasta y hay mucha buena energía en el garaje y en Silverstone. El nuevo campus proporciona mucha motivación: es una verdadera declaración de la ambición del equipo".

¿Y esa pérdida de orientación y rumbo técnico? El "aprendizaje para el futuro", así sintetizaba el español esos meses posteriores al Gran Premio de Canadá hasta el último podio en Brasil, con dosis de realismo de un equipo que parecía poder medirse inicialmente con quien está todavía lejos en recursos técnicos y humanos.

"No creo que sea un secreto decir que esos tiempos siempre son difíciles. No existe una receta mágica para mantener alta la motivación y ser feliz. Este es un deporte donde siempre hay frustraciones, malos momentos, momentos bajos y la gente a veces lucha por ocultar su decepción, y eso no tiene nada de malo. Es simplemente parte del deporte y parte de la vida".

"Ahora regulo más que nunca"

Precisamente esta montaña rusa ha tensado los recursos que han permitido a Alonso sortear este tsunami de emociones para gestionar la edad, la competición, y un calendario cada vez más extenuante. "Gracias a mi experiencia, sé qué es importante y qué es menos importante, y sé dónde gastar mi energía y dónde guardarla. Es importante poder centrarse en el rendimiento el domingo, pero también garantizar que haya un buen espíritu de equipo y buena moral en el garaje. Estoy disfrutando cada parte del trabajo".

Alonso chequea permanentemente su propia telemetría personal, ya que se distingue por analizar de forma obsesiva su cuerpo y mente con la misma intensidad que con su monoplaza de carreras.

"Cuando eres joven cometes algunos errores: intentas hacerlo todo, intentas estar en todas partes, pero no puedes hacerlo y luego rendir al máximo y estar al cien por cien cuando llega el momento de conducir el coche. Ahora creo que regulo más que nunca. Sé lo que me afecta, lo que me agota la batería y trato de ser lo más eficiente posible".

Las expectativas irrealmente altas para 2024

¿Y tras las lecciones aprendidas en 2023? Para 2024 ¿Qué? "Cualquier cosa puede pasar en la Fórmula 1. Cuando salgamos a la pista en los test de invierno o en la primera carrera, el año que viene, veremos cómo van las cosas y seremos muy claros con los objetivos que nos propongamos para el campeonato. Esperemos que volvamos a ser competitivos, luchando por puntos y podios regulares, ojalá por nuestra primera victoria (ese sería el sueño), pero no podemos subestimar el desafío".

"Superamos las expectativas este año porque las expectativas eran bajas. Por eso esta temporada parece increíble. Si fijamos expectativas demasiado altas –irrealmente altas– existe el peligro de que suceda lo contrario".