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De la tarta, al tortazo: Fernando Alonso se queda sin regalo de cumpleaños... por ahora
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TODO LO QUE PUDO SALIR MAL, SALIÓ PEOR

De la tarta, al tortazo: Fernando Alonso se queda sin regalo de cumpleaños... por ahora

Todo se torció para Alonso desde los clasificatorios, con un rápido final de carrera y un error inusual. Al menos, Alonso se libró de una posible sanción. La carrera, una incógnita

Foto: Alonso, tras su salida de pista en la carrera sprint. (Formula 1)
Alonso, tras su salida de pista en la carrera sprint. (Formula 1)
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"Bueno, no hemos podido abrir la vuelta, así que no hay mucho que hablar". Y se fue. Tan pronto como comenzó a hablar en el corralito, Fernando Alonso apareció y desapareció, solo para cumplir con el compromiso mediático tras los entrenamientos de la carrera sprint del Gran Premio de Bélgica. La cara le llegaba hasta el suelo. El día de su cumpleaños solo acababa de empezar, para ir de mal en peor hasta acabar por la tarde en la gravilla. Todo lo que podía ir mal, mantuvo el pésimo guion de una jornada totalmente aciaga. Más que un día de tarta, fue de tortazo en tortazo.

Alonso tampoco pudo terminar la carrera sprint, tras una salida de pista en los primeros compases, en un error poco habitual en el piloto español. Para rematar, visita a los comisarios, puya incluida de Nico Hulkenberg, involucrado en el incidente que salvó solo con un warning de aquellos, "Fue el karma…".

Una ficha de dominó tras otra que te cae encima

La controvertida decisión de sacar a Stroll con neumáticos medios en el Q2 con la pista aún húmeda fue producto de la confusión con las reglas de uso de neumáticos para los entrenamientos de la carrera sprint, que estipula que los pilotos han de usar medios en el Q1 y Q2 y blandos en el Q3. El equipo británico tuvo que pasar de intermedios a medios que, más difíciles de ganar temperatura y adherencia, hicieron que el canadiense durara solo unos instantes en la pista. Cuando ondeó la bandera roja, Alonso ni siquiera pudo hacer su intento. Ni quiso hablar a los medios. No imaginaba que lo peor estaba por llegar, aunque en ningún momento mostró la mínima esperanza de puntuar. De hecho, ya lo anticipó al terminar los clasificatorios matinales. Quizás de aquí su precipitación en la prueba, por la tarde.

Aunque se salvaron las sesiones clasificatorias ante los pronósticos de lluvia, esta hizo acto de presencia justo para complicar la carrera sprint. Un fuerte aguacero retrasó la salida, por lo que se dieron cuatro vueltas tras el coche de seguridad y se redujo a solo once de las quince vueltas iniciales. La pista se fue secando poco a poco y los neumáticos de agua se hicieron inútiles y se imponían los intermedios. Tan pronto se retiró el coche seguridad, un buen puñado de pilotos entró en boxes inmediatamente. Pero Alonso tenía a Stroll por delante, fruto de la posición de salida, y entró en el segundo grupo. Las fichas de dominó le seguían cayendo encima.

En su retorno a la pista, el español se desplazó al lado izquierdo de la pista, justo cuando llegaba Nico Hulkenberg, al que desplazó totalmente hacia la hierba. El alemán luego le adelantó arriba, en Le Combes. Agresivo y encorajinado, Alonso se precipitó en su ataque al Haas. Nada había que perder, lo que se apreciaba en el precipitado lenguaje de su monoplaza. "Seguía muy de cerca a Nico en la entrada a Pouhon. Perdí carga aerodinámica, toqué la línea blanca y, simplemente, perdí el coche. Tratar de encontrar grip y adivinar los niveles de adherencia en cada curva fue complicado. Estaba muy resbaladizo, y fue mi error", explicaba el español.

"La verdad es que el día era gris oscuro desde la calificación, no pudiendo hacer una vuelta en la Q2 sales muy atrás, luego detrás del coche de seguridad queríamos poner las intermedias, pero con Lando las puse en la vuelta dos, parando delante perdí varias posiciones. Un fallo mío y puso el coche en la gravilla, hoy íbamos a conseguir 0 puntos sí o sí, así que cero puntos en la gravilla". Niko Hulkenberg parecía haber disfrutado con el desenlace ante el incidente con el español de pocos instantes antes. "Se tragó mi turbulencia, me empujó muy agresivamente en la curva 2, así que creo que el karma le ha golpeado a él". Por si no era suficiente, Alonso fue llamado a declarar ante los comisarios por el incidente, con el peligro de sanción para la carrera, a la que saldrá en novena posición.

Sin sanción, algo es algo

"Alonso estaba saliendo de boxes y se movió hacia la izquierda, lo que provocó que el coche número 27 (Nico Hulkenberg) tuviera que tomar medidas para evitar una colisión", explicaba el comunicado oficial, "Alonso explicó que no tenía visibilidad hacia atrás en ese momento y que se había movido al extremo izquierdo de la pista en ese lugar en cada vuelta para maximizar su visibilidad", apuntaban los comisarios, que asumieron las explicaciones de Alonso. "Si bien los comisarios aceptan estos hechos, el movimiento de derecha a izquierda en este caso, mientras era más lento que los coches que habían permanecido en la pista, provocó la posibilidad de una colisión. Considerando los hechos atenuantes, los comisarios emiten una advertencia". Al menos, un respiro en semejante día de cumpleaños.

El monoplaza de Alonso no sufrió daños, ni siquiera llegó a tocar las protecciones. Ahora, solo resta la carrera, con menor porcentaje de lluvia. Queda la duda de conocer el ritmo del ARM23 en un trazado, a priori, poco favorable para el monoplaza británico, que perdía mucho tiempo en el segundo sector en los clasificatorios del viernes. "Veremos si conseguimos dar alguna vuelta en seco y ver cómo va, porque creo que nadie las ha dado hasta ahora. Ojalá sea una carrera de pasar página tras un sábado que vamos a conseguir cero puntos con los dos coches, y ojalá mañana podamos sumar con los dos". Tras uno de los días más nefastos para Alonso en los últimos tiempos, aún queda la esperanza de que el regalo de cumpleaños llegue con un día de retraso.

"Bueno, no hemos podido abrir la vuelta, así que no hay mucho que hablar". Y se fue. Tan pronto como comenzó a hablar en el corralito, Fernando Alonso apareció y desapareció, solo para cumplir con el compromiso mediático tras los entrenamientos de la carrera sprint del Gran Premio de Bélgica. La cara le llegaba hasta el suelo. El día de su cumpleaños solo acababa de empezar, para ir de mal en peor hasta acabar por la tarde en la gravilla. Todo lo que podía ir mal, mantuvo el pésimo guion de una jornada totalmente aciaga. Más que un día de tarta, fue de tortazo en tortazo.

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