Por qué a Haas y Steiner les sobraban razones para cargarse a Alpine y Fernando Alonso

Gran Premio de Japón 2019. Charles Leclerc se tocó con Max Verstappen en la primera curva y el alerón delantero de su Ferrari quedó dañado. Fue llamado a boxes por el equipo a instancias de dirección de carrera, pero el monegasco no hizo caso durante varias vueltas. Hamilton vio el peligro y avisó por la radio. Leclerc siguió porque, alegaba, no notaba una pérdida grave de comportamiento en el coche. Sin embargo, se desprendió parte del alerón, que golpeó y arrancó el espejo de la derecha del británico. Otra parte entró en la toma de aire de los frenos de Lando Norris. La multa a Ferrari fue de 25.000 dólares; Lewis terminó tercero, sin retrovisor.

Gran Premio de Arabia Saudí 2021. En la salida, tras la segunda bandera roja, Hamilton, Verstappen y Ocon se apiñaron en la primera curva. El Mercedes salió con el alerón delantero dañado y así acabó la carrera. Antes, Hamilton cambió las ruedas para lograr la vuelta rápida. "Corrí muchos riesgos", reconoció ante el estado del monoplaza y la pérdida de carga. Ese punto le permitió llegar empatado con Verstappen a la última e intensa carrera de la temporada con el título en juego.

Ambos ejemplos están relacionados con el pasado Gran Premio de Estados Unidos. Casos que ilustran tanto la necesidad de determinadas normas, como también de la elasticidad en su aplicación. En el primero, los riesgos de piezas desprendidas de un monoplaza tras sufrir un incidente, la misma circunstancia que reclamó Haas en Austin. El caso de Hamilton en Suzuka recordó la posibilidad de terminar una carrera con un solo retrovisor, a lo que se opusieron los responsables de la FIA en Austin. Esta razón sirvió para admitir la reclamación de Haas. Por último, el británico terminó con un alerón dañado en Jedahh y sin bandera roja y naranja ante el peligro similar de Leclerc en Suzuka.

¿Tenía argumentos Haas para reclamar el resultado de Alpine y de Fernando Alonso? Con el reglamento y los precedentes en la mano, absolutamente. Porque al margen de que le acompañen las reglas, el equipo americano ha sido perseguido implacablemente en 2022 por los drones de la FIA, como a ese tanque ruso de los vídeos de las redes sociales. Magnussen ha viso la bandera negra y naranja casi tantas veces como la de cuadros, valga la ironía. Tema y polémica aparte, es discutible la gestión de este capítulo por parte de los comisarios, dirección de carrera y la FIA.

"Doce años sin banderas", pero...

Gran Premio de Canadá 2022. Kevin Magnussen fue llamado a boxes con bandera roja y naranja porque llevaba el alerón delantero tocado. Esteban Ocon había avisado por la radio del estado del alerón del Haas. El propio Magnussen reconoció después que ni se había enterado del toque, ni se delataba en el comportamiento del coche. "El lateral está cableado, esta parte no se despega, se lo hemos dicho a la FIA, ellos hacen el reglamento, no era un tema de seguridad, y ni siquiera se movía". Steiner se quejó de que dirección de carrera ni siquiera se puso en contacto con el equipo durante la carrera. La parada en boxes destrozó la carrera del danés.

Gran Premio de Hungría, también este año. De nuevo, Magnussen es llamado a boxes por el mismo problema y tras un toque con Daniel Ricciardo en la primera curva. El piloto alegó que no tenía el menor problema en su coche. Por supuesto, ante la desesperación de Gunther Steiner, que ya había hablado del tema con la FIA después de Canadá, para llamar la atención sobre esa obsesión con sus monoplazas y, sobre todo, con la exigencia ante la integridad de los alerones delanteros "que tienen Zylon".

La gota que colmó el vaso fue el tercer episodio de bandera roja y naranja con el mismo piloto y por el mismo problema. En esta ocasión, en el reciente Gran Premio de Singapur, donde el danés se tocó con Max Verstappen. "Aparentemente, en 12 años no ha habido una bandera roja y naranja", se quejó con razón Steiner, ya que su equipo se llevó las tres de la presente temporada. De nuevo parada en boxes, y tercera carrera frustrada.

No se podía actuar de otra manera

Con semejante bagaje, se entiende que Haas pidiera por la radio durante la carrera, según alegó el equipo, que se tomaran medidas contra Red Bull y Sergio Pérez, y Alpine y Fernando Alonso. Si se trataba de consistencia en el reglamento, nadie como Haas para reclamarla, independientemente del peligro que ofrecieran los dos monoplazas señalados. Porque hasta el momento todos los picotazos habían caído en la cresta del equipo americano. Haas defendió sus intereses, además de buscar los puntos de sus rivales, como finalmente se llevó. Al menos, hasta que se resuelva el recurso de Alpine el próximo jueves.

Por tanto, resultó lógico que Haas reclamara contra ambos tras la prueba, aunque media hora fuera de plazo, como se reconoció en el comunicado oficial. La FIA no atendió la de Checo Pérez, pero sí la de Alonso, a pesar de que dirección de carrera no sacó la bandera correspondiente durante la prueba a Alonso y Pérez. Haas actuó como debía. De la FIA, sus responsables técnicos, dirección de carrera y comisarios, no se puede decir lo mismo.

Porque, además, pincharon en hueso al hacer baldía la épica y destacada actuación de Fernando Alonso. Esto hizo más sangrante la resolución, endeble desde el punto de vista lógico y legal. Como el español admitía en sus mensajes en las redes sociales: "Es uno de esos momentos raros en el deporte, donde siento que todos estamos en la misma página y compartimos la misma opinión sobre las reglas y los reglamentos".