El último duelo: por qué Verstappen tuvo que tirarse al barro y al navajeo contra Hamilton
Fue una carrera dura, hosca y llena de golpes bajos en la que el neerlandés traspasó la línea roja. Verstappen confirma esa irreductible personalidad que se le puede volver en contra
El corazón argumental de 'El último duelo', la última película de Ridley Scott ambientada en la Francia medieval, radica en una principio tan sencillo como cruel y dramático: la justicia y la razón se decantaban a favor de quien sobreviviera al combate. Como en el presente campeonato: ganará el título quien mejor resista los golpes mutuos que Lewis Hamilton y Max Verstappen se están propinando sin cuartel, por encima o por debajo de la cintura. En el GP de Arabia Saudí se vivieron los dramáticos estertores de una dura, hosca y enmarañada pelea que terminará el próximo domingo, tras la victoria del británico y el segundo puesto del neerlandés.
"Tenía que mantener la cabeza. He competido contra muchos pilotos en estos años y de diferentes personalidades, y muchas cosas que han superado el límite para quienes las normas no rigen". Lewis Hamilton, al final de una de las carreras más tormentosas de las últimas décadas en la Fórmula 1. 369,5 puntos para Max Verstappen y Lewis Hamilton a falta del asalto final. La cita saudí confirmó lo que empíricamente se esperaba para la recta final del campeonato: lo peor de la pugna entre ambos estaba por explotar.
Two restarts with two very different dramatic outcomes 💥#SaudiArabianGP 🇸🇦 #F1 pic.twitter.com/U58wV9AK6e
— Formula 1 (@F1) December 5, 2021
Dos pilotos de talento sideral, con dos monoplazas prácticamente idénticos, apoyados por organizaciones de rendimiento implacable. Una combinación explosiva cuya tercera deflagración se produjo en una pista de material inflamable para las carreras. ¿Superaba Max Verstappen todos los límites en el Jeddah Corniche, como señalaba el británico? ¿Qué cuota de responsabilidad pudo tener Lewis Hamilton? Se trató de una lucha navajera y sin cuartel entre dos pilotos en la que triunfó quien contaba con el monoplaza y estrategia más rápida, pero también con la mente y corazón serenos. Todo empezó cuando se acabó todo el sábado.
Como el boxeador que se agarra
Por sintetizar: Max Verstappen ejecutaba el sábado una de las vueltas más electrizantes de las últimas décadas. Salir primero neutralizaba el gran ritmo de carrera que el viernes mostró Mercedes. Su golpe contra el muro arruinaba sus opciones. De aquí que tuviera que tirarse al barro en la carrera. Consciente de su desventaja contra Hamilton y Bottas en la tercera posición, la bandera roja inicial le regaló una oportunidad inesperada cuando los Mercedes entraban en boxes antes de la primera salida. Desde ese instante buscó el cuerpo a cuerpo con su rival, consciente de que Hamilton era quien más tenía por perder. Hamilton, en algunos momentos, tampoco se quedó atrás.
El británico experimentó una vez más que Verstappen no cede en el cuerpo a cuerpo. Nunca, nunca. Con todo lo que ello implica. Al perder la primera posición, Hamilton se vio luego obligado a tener que adelantarle en la pista. Contaba con un monoplaza más rápido y mejores neumáticos al final de la carrera. Verstappen era consciente de ello y, a cada intento de adelantamiento del británico, acudía a los recursos de defensa más extremos para no dejarse superar. Como el boxeador que se agarra a su rival, Verstappen sabía que el cuerpo a cuerpo podía perjudicar a Hamilton ante su temor al posible abandono por contacto entre ambos. Y así cada incidente era a su vez causa del siguiente.
"Hazlo estratégicamente"
Como el polémico contacto entre ambos, duelo con lanza, espada, maza, uñas y dientes si era necesario. "Max, Max, hay que devolver la posición a Hamilton, hazlo estratégicamente", le ordenó su equipo. O sea, que te pase en zona de DRS para adelantarle a continuación, como Sainz con Norris en el GP de Estados Unidos. El británico ya se la había jugado camino de la parrilla de la segunda salida, ralentizando a todo el pelotón para que los neumáticos de Verstappen perdieran temperatura antes de arrancar. Efectivamente, luego le adelantó en la salida. Tocaba devolver el golpe.
"Me intentaba dejar pasar, que creo que es lo que le pidieron (decisión de carrera fruto de otro navajazo del holandés a final de recta), pero antes de la zona DRS, así que luego me podría pasar en la primera curva. Esa era la táctica, pero no soy estúpido. Pero lo peor fue la fuerte frenada que hizo. Esto fue lo peligroso", explicaba Hamilton. Entre la marrullería de uno y la desconfianza del otro, llegó el contacto. "Mientras que se acepta que Hamilton pudo haber adelantado, entendemos por qué no quiso ser el primero en pasar por la zona DRS. La repentina frenada de Verstappen fue determinada por ser errático y, por tanto, la causa predominante de la colisión", sentenciaron los comisarios en la investigación posterior.
Ron Meadows. That's it. That's the Tweet. 🍾🍾 pic.twitter.com/k4ZcGJcAwS
— Mercedes-AMG PETRONAS F1 Team (@MercedesAMGF1) December 5, 2021
Por inferioridad
En total, Verstappen fue sancionado dos veces. La primera, por una absurda maniobra de adelantamiento justo a continuación de ceder la posición al británico. ¿Qué sentido tenía semejante tontería? 15 segundos en total que no variaron su posición final, pero se delataba de nuevo ese cuestionable comportamiento en pista siempre dispuesto a traspasar las líneas rojas. En parte, culpa del errático comportamiento de los comisarios esta temporada para determinar enérgica y claramente unas líneas de comportamiento en pista.
Verstappen reincidía con esa irreductible personalidad que puede traicionarle en momentos decisivos. En realidad, su actuación en el gran premio fue producto de su error el sábado y su inferioridad el domingo. Por contra, Hamilton confirmó a Verstappen que este se enfrenta a un rival maduro y veterano que sorteó todos los golpes. Incluso, con suerte en el que le pudo eliminar de la carrera y del campeonato cuando, en otro golpe bajo, el holandés frenó más de la cuenta.
El último duelo llegará el domingo. Quien de ambos supere a su rival será campeón. Hay que remontarse a 1974 con aspirantes al título igualados a puntos antes de la última carrera (Emerson Fittipaldi y Clay Regazzoni). Esa interminable y salvaje ristra de golpes entre Jacques Le Gris y Jean de Carrouges pueden palidecer ante lo vivido en el pasado GP de Arabia Saudí y lo que puede ocurrir en Abu Dhabi.
El corazón argumental de 'El último duelo', la última película de Ridley Scott ambientada en la Francia medieval, radica en una principio tan sencillo como cruel y dramático: la justicia y la razón se decantaban a favor de quien sobreviviera al combate. Como en el presente campeonato: ganará el título quien mejor resista los golpes mutuos que Lewis Hamilton y Max Verstappen se están propinando sin cuartel, por encima o por debajo de la cintura. En el GP de Arabia Saudí se vivieron los dramáticos estertores de una dura, hosca y enmarañada pelea que terminará el próximo domingo, tras la victoria del británico y el segundo puesto del neerlandés.
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