¿Un Gran Premio de Madrid? Porque una cosa es conducir y otra, pilotar un Fórmula 1

La Comunidad de Madrid ha trasladado a Liberty y Stefano Domenicali (CEO de Liberty en la Fórmula 1) su 'interés' en albergar un Gran Premio, como adelantó El Confidencial. El entrecomillado es intencionado, porque la voluntad política existe, pero, si se trata de opciones reales, esa voluntad afronta innumerables desafíos para hacerse realidad.

¿Se trata solo de un brindis al sol promocional para unir el nombre de Madrid a la Fórmula 1, tan de moda globalmente, o el Gobierno de Díaz Ayuso confía en su recorrido político y músculo institucional para culminar tan ambicioso objetivo? Porque la comunidad se lanza a un contexto mundial donde hay tortas para entrar en el calendario, y en momentos donde citas de gran pedigrí histórico ven amenazadas su presencia. Por ejemplo, el Gran Premio de Mónaco.

Domenicali, frotándose las manos

Es de suponer que la Comunidad de Madrid habrá pergeñado una mínima hoja de ruta antes de lanzar sus intenciones a la arena pública. Porque parte de un folio en blanco para responder al cómo, dónde y cuándo de un hipotético Gran Premio. De momento, esto último es de fácil respuesta: no antes de 2027, ya que el de España está renovado con Montmeló y Barcelona hasta 2026. Cabría cuestionar la premura de tan anticipada candidatura, ya que solo favorece a Liberty: dos rivales en puja por idéntico objetivo en el mismo país y con tanta anticipación habrá hecho que Stefano Domenicali se esté frotado las manos para renegociar el próximo contrato en España.

El jefe de la Fórmula 1 solo tiene que dar carrete estos años a un potencial Gran Premio madrileño para apretar las tuercas a ambos candidatos. Curiosamente, Madrid quiere entrar en liza tras las fisuras organizativas mostradas en la pasada edición de Montmeló, lo que hará ponerse de puntillas a las autoridades autonómicas catalanas, que descuidaron aspectos clave del pasado Gran Premio. No sería la primera vez que así ocurre. Ecclestone ya jugó en el pasado con esta rivalidad, aunque con escasa consistencia ante las capacidades de Madrid para convertirse en una alternativa real al margen de su infraestructura turística y de servicios, eso sí, muy potente.

El ejemplo de Miami

Porque responder al cómo (la parte financiera) y al dónde será una tarea titánica. Hay que contar con el necesario consenso social y la disponibilidad de fondos públicos, imprescindibles ambos en semejante aventura. Para ilustrar el primer apartado, está el reciente ejemplo de Miami, proyecto que necesitó casi cinco años para superar la oposición vecinal local, y que obligó, finalmente, a que el trazado terminara ceñido al Hard Rock Stadium. El Gran Premio fue un extraordinario éxito. Pero también costó sangre, sudor y decenas de millones de inversión (privada) adicionales sobre lo inicialmente presupuestado.

En principio, las intenciones iniciales de la Comunidad de Madrid no parecen pasar por un trazado urbano. De ser el caso, los responsables autonómicos ya irían en contra de la tendencia favorecida por Liberty a los circuitos urbanos o semiurbanos como nuevas incorporaciones al calendario de la Fórmula 1: Yeda, Miami y Las Vegas (2023) son ilustrativos. Como lo era el de Vietnam antes de cancelarse. Ahora que se presiona a Mónaco para renegociar las condiciones, Liberty hace pública la candidatura de Niza, también trazado urbano y carta celosamente guardada contra Mónaco que se ha destapado recientemente.

El Jarama: ¿opción realista?

Pero si la Comunidad de Madrid se confía a trazados convencionales, la oferta puede calificarse de inexistente. ¿El Circuito del Jarama? Para empezar, el trazado madrileño no cuenta con el nivel de Grado 1, calificación de la FIA que habilita para acoger un Gran Premio de Fórmula 1. "El circuito madrileño necesitaría numerosísimas modificaciones y una inversión muy elevada para que pueda recibir esa clasificación", explica a El Confidencial un experto oficial en seguridad de circuitos que ha realizado el último chequeo al madrileño para la FIA. "Para empezar, está al límite o por debajo de la longitud que se exige para una carrera de Fórmula 1, con lo que ya empezamos mal". Rodeado de urbanizaciones, el Jarama no tiene prácticamente oxígeno para su ampliación.

“En seguridad, no te quiero ni contar las cosas que se necesitan, desde la ampliación de las escapatorias y sus materiales de construcción, muros de seguridad y verjas homologadas para Grado 1, hasta pintura y paneles luminosos, puestos de comisarios nuevos, planes de seguridad y base de helicópteros, hospital… Ya esto sería una inversión enorme”, explica la fuente consultada. "El 'paddock' también tendría que ser ampliado y los boxes son muy pequeños y antiguos, no sirven y habría que hacerlos nuevos. También, nuevos accesos y 'parkings'… Todo esto supondría una inversión muy, muy grande".

Por comparar, el ejemplo del reciente Gran Premio de Holanda, recuperado en 2021 en el histórico circuito de Zandvoort, remodelado para recuperar el Grado 1. De antigüedad y trazado similares al Jarama, ambos fueron construidos por el mismo arquitecto, John Hugenholtz. Para actualizar sus instalaciones, se invirtieron casi 70 millones de euros por parte, fundamentalmente, de un consorcio de inversores privados, entre los que se contaba Fritz Van Eerd, propietario junto con su familia de los supermercados Jumbo y una de las mayores fortunas holandesas, además de patrocinador de Max Verstappen. Para la reestructuración del Jarama, este sería el orden de magnitud para la reforma necesaria. ¿Alguien que levante la mano?

¿Un circuito totalmente nuevo?

Sin un circuito urbano ni el Jarama, un gran premio en la Comunidad de Madrid requeriría un trazado de nueva planta también con los requerimientos de Grado 1. “Casi doblaría las cifras anteriores, es una inversión enorme y, a futuro, ¿qué haces con ella?”, explica el experto en circuitos internacionales consultado por El Confidencial. La primera pregunta salta inmediatamente. ¿Quién se haría cargo de una inversión que superaría, como mínimo, los 100 millones de euros, además de la infraestructura de comunicaciones? ¿Cómo se amortizaría durante el resto del año y en el futuro? Porque los circuitos de Grado 1 españoles —Montmeló, Jerez, Motorland (Aragón), Valencia (Grado 1D)— dependen de fondos públicos para su supervivencia y mantenimiento.

De un tiempo a esta parte, se está intentando promocionar —sin gran éxito hasta el momento— la construcción de un circuito en Morata de Tajuña, cuyos promotores prometen la presencia de la Fórmula 1 y Moto GP en sus instalaciones, más como un voluntarioso intento de echar la caña de pescar que por contar con suficientes redes de arrastre para la envergadura de un circuito Grado 1. Pero si unos hipotéticos promotores, inversores, empresarios o la misma Comunidad de Madrid quieren lanzarse a la aventura de construir ese nuevo trazado amparado en unas hipotéticas garantías de Liberty para la celebración de un Gran Premio madrileño, mejor tentarse la ropa y los bolsillos antes de lanzarse a la faena.

Recientemente, se conocía el estudio provisional de un trazado semiurbano en las instalaciones de Ifema, en Madrid. Un entorno suficientemente alejado del centro de la capital, pero cercano en términos de comunicaciones y demás servicios. Si la Comunidad de Madrid sigue adelante, más allá del 'interés' mostrado a Liberty, y cuenta con alguna carta oculta, se verá con el tiempo.

Una competencia feroz

En estos momentos, Alemania no cuenta con un Gran Premio. Francia y Bélgica (con el histórico Spa y sus 25 millones de reciente remodelación) están en la cuerda floja. Mónaco, con la mano en la garganta. Según Domenicali, “la Fórmula 1 podría albergar 30 grandes premios en un año” ante la demanda de potenciales candidatos. ¿Qué ofrece —u ofrecerá— la Comunidad de Madrid en semejante y encarnizada competición en la que Liberty sienta, levanta y enfrenta a titulares y suplentes en un despiadado juego de las sillas?

"Me gustaría confirmar nuestro compromiso con ustedes y con este proyecto, así como nuestra voluntad de firmar los acuerdos oportunos para promocionar esta carrera y ofrecer un gran espectáculo deportivo y de ocio. Estamos listos para trabajar con su equipo para llevar la Fórmula 1 a Madrid", reza la candorosa carta del consejero de Presidencia, Justicia e Interior, Enrique López. De momento, la Comunidad necesitará argumentos de mayor calado para demostrar que el suyo no es un brindis al sol, un ejercicio de propaganda política. Sin olvidar que se enfrenta a la experiencia del Gran Premio de España en Montmeló desde 1991. Porque una cosa es conducir y otra, pilotar un Fórmula 1.