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Stephen Frears: "Isabel II fue extraordinaria, pero es indecente el poder de la monarquía"
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ENTREVISTA

Stephen Frears: "Isabel II fue extraordinaria, pero es indecente el poder de la monarquía"

El veterano cineasta, que acaba de estrenar la miniserie 'El régimen', participará el sábado 16 en el Hay Fórum Sevilla, donde será entrevistado por Marta Medina, crítica de cine de El Confidencial

Foto: El cineasta británico Stephen Frears. (EFE/Domenech Castelló)
El cineasta británico Stephen Frears. (EFE/Domenech Castelló)

Es difícil encontrar a un cineasta vivo con una filmografía tan rica y extensa como la del británico Stephen Frears (Leicester, 1941), cuya carrera se extiende, además, a lo largo de cinco extraordinarias décadas. Pero quizá lo más sorprendente de este creador es su absoluta falta de ego, su negativa a dejar machaconamente su marca indeleble en todas y cada de sus películas, a regodearse en un estilo propio. Desde Mi hermosa lavandería (1985) hasta Las amistades peligrosas (1988), pasando por Alta fidelidad (2000), The Queen (2006), Filomena (2013), Ábrete de orejas (1987) o El régimen (la miniserie de HBO que se estrenó el pasado día 3 protagonizada por Kate Winslet en el papel de dictadora de una autocracia que se desmorona), uno de los grandes activos de Frears es su eclecticismo, su capacidad camaleónica a la hora de hacer cine. Para él solo existe una norma: que la historia que vaya a rodar le resulte interesante.

Aun así, si algo comparten muchas de sus películas es que constituyen una certera radiografía de cómo ha cambiado el Reino Unido durante el último medio siglo. Aunque también se puede mirar al revés: sus filmes han jugado un importante papel a la hora de construir la identidad británica a través del cine.

Frears participará próximamente en el Hay Fórum Sevilla, un importante evento cultural que cuenta con la participación de El Confidencial. El jueves 14 por la tarde, en el teatro de la Fundación Cajasol, se proyectarán con entrada libre y hasta completar aforo algunos de sus trabajos más memorables: The Queen, Las amistades peligrosas y un capítulo de su serie El estado de la unión. Y el sábado 16, a partir de las 20.40 horas y siempre en el teatro de la Fundación Cajasol, Frears será entrevistado por Marta Medina, crítica de cine de El Confidencial.

Antes de esa cita, y a modo de aperitivo, charlamos con Frears. Famoso por su timidez, el cineasta se toma su tiempo para pensar y para responder a las preguntas que se le plantean.

PREGUNTA. Ha hecho películas muy distintas sobre asuntos muy muy diferentes. Pero creo que si hay un hilo conductor en toda su filmografía es su interés por observar a la gente, por describir la realidad. ¿Está de acuerdo?

RESPUESTA. Es algo que me dicen con frecuencia. Yo realmente no busco un hilo conductor a lo que hago.

P. Cuando empieza a rodar un filme, ¿tiene ya una idea en su cabeza de cómo será la película?

R. No, no tengo ninguna visión de cómo será la película. Simplemente, la hago.

En política no importa nada excepto el poder. Vemos a gente luchar por el poder, intentando tenerlo sin dejar sus principios

P. Muchas de sus películas analizan el poder y las relaciones de poder: desde The Queen o Las amistades peligrosas hasta sus dos películas para televisión sobre Tony Blair… ¿Por qué le interesa el poder?

R. Cuando hice la primera película sobre Tony Blair, recuerdo que pensé que en él se encontraba aquello que Shakespeare ya había escrito sobre otros líderes, reyes o reinas. Seguramente, el poder se ha vuelto más y más explícito con el paso de los años. Pero a mí me gusta hacer películas en una especie de estado de inocencia.

P. ¿Qué le fascina del poder?

R. Todo. En política no importa nada excepto el poder, es todo lo que cuenta. En Gran Bretaña vemos constantemente a la gente luchando por el poder, tratando de averiguar si es posible alcanzar el poder sin renunciar a todo, sin abandonar todos sus principios.

P. ¿Qué busca en un guion? ¿Qué le atrajo, por ejemplo, del de Mi hermosa lavandería?

R. No tengo ni idea de lo que busco. Pero me acuerdo de que, cuando leí el guion de Mi hermosa lavandería, hubo momentos en los que me eché a reír. Y luego Hanif (Kureishi) me explicó de qué iba, quién era toda esa gente, me enseñó absolutamente todo. Yo no sabía nada de nada sobre ese mundo. Creo que lo que me atrajo de ese guion fue su dimensión literaria y que era realmente maravilloso.

P. Hace poco volví a ver Mi hermosa lavandería. ¿Es verdad que Daniel Day Lewis le rogó que le diera el papel?

R. Sí, estaba desesperado por hacer ese papel, era el papel que estaba buscando y estaba loco por conseguirlo. Pero yo tenía claro que había que hacer el casting para su papel y el de Omar a la vez, así que tenía que encontrar al actor para ese personaje antes de ofrecerle a Dan el papel de Johnny.

P. He leído que Daniel Day Lewis estaba tan ansioso por conseguir ese papel que le escribió una carta suplicándole que se lo diera, una carta que terminaba con la amenaza de romperle las piernas si no se lo daba. ¿Es verdad?

R. Iba por ahí diciéndole a todo el mundo que me mataría si no le daba el papel de Johnny. Estaba realmente loco por interpretar a ese personaje.

P. ¿Qué es más importante para usted, un buen guion o una buena edición? Ya sabe que hay quienes sostienen que las películas se hacen en la sala de edición…

R. Las dos cosas son importantes. En el caso de Mi hermosa lavandería el guion era realmente muy bueno. Pero hay situaciones en las que tienes que corregir cosas, y es en la sala de montaje donde las corriges. Si el guion es completo, no lo necesitas. Pero con frecuencia un guion puede tener pequeñas grietas, y esos pequeños agujeros hay que llenarlos en la sala de montaje.

P. Martin Scorsese dice que las películas de superhéroes de Marvel no son cine. ¿Qué dice usted?

R. Creo que tiene razón, desde luego no es ese el cine con el que yo crecí. Las películas que los jóvenes ven hoy no tienen nada que ver con las que yo veía. El mundo ha cambiado completamente, no se asemeja en nada al de mi juventud. Pero no vale la pena quejarse porque el tiempo no va a volver atrás. En lo único que debe concentrarse uno es en hacer películas que a la gente le apetezca ver.

Yo hago películas, pero no son ‘mis’ películas, lo más importante es que las hago para el público. Quiero que la gente disfrute con ellas

P. ¿El juicio de los espectadores sobre una película es importante para usted?

R. Los espectadores son importantes, en primer lugar, en términos económicos. Pero también son importantes a nivel emocional. Mi hermosa lavandería, por ejemplo, no es una película que fuera hecha con la intención de que se hiciera popular. Pero acabó tocando a la gente, acabó haciéndose popular. Y eso es algo absolutamente maravilloso. Yo no me propongo nunca hacer películas buscando que sean populares. Simplemente hago cosas que son buenas y espero que la gente responda a ellas. El público es la única gente que me importa. Yo hago películas, pero no son mis películas, lo más importante es que hago películas para el público. Quiero que la gente disfrute con las películas que hago.

P. ¿No le importa la opinión de los críticos?

R. No, por Dios santo, los críticos no me interesan lo más mínimo. Los críticos son espantosos, terribles.

P. Usted ha trabajado en Hollywood. ¿Es muy diferente a hacerlo en Gran Bretaña? ¿Hay mucha presión?

R. En Hollywood se gasta mucho dinero, y es de ahí de donde viene la presión. Pero en Hollywood son bastante buenos en su trabajo. Antes hacían películas que me interesaban, ahora me interesan menos. Pero Hollywood es un lugar increíble con una industria muy potente. Me gustó trabajar allí.

P. Pero decidió volver a Reino Unido y dejar Hollywood. ¿Por qué?

R. Se pueden hacer dos tipos de películas: las independientes y las de estudio. Los timadores era una película independiente, y cuando hice Alta fidelidad también la quise hacer como si fuera una película independiente. Las películas de estudio simplemente no me salen tan bien. Y, por otro lado, nunca podría dejar realmente Gran Bretaña, es una cuestión geopolítica.

He aprendido de mis fracasos que en los momentos difíciles es importante seguir sintiendo pasión por el trabajo que haces

P. En su carrera también ha tenido algún que otro fracaso. El más sonado quizá sea Mary Reilly, película protagonizada por Julia Roberts y John Malkovich que tuvo críticas desiguales y, sobre todo, hizo una recaudación malísima.

R. Sí, aquella fue una época terrible.

P. ¿Ha aprendido algo de sus fracasos?

R. Sí, por supuesto que he aprendido de mis fracasos. He aprendido, por ejemplo, que en los momentos difíciles es importante seguir sintiendo pasión por el trabajo que haces.

P. Ha hecho películas para la televisión y para el cine. ¿Es muy distinto trabajar para uno u otro medio?

R. No, en realidad no creo que sea muy diferente. Yo solo sé hacer una cosa, y a veces la hago para compañías de televisión y otras para compañías de cine.

P. Muchas películas hoy se hacen directamente para estrenarse en Netflix o en otras plataformas…

R. Lo sé muy bien. Hacer películas hoy en día se ha convertido en algo muy muy difícil.

P. ¿Las salas de cine corren el peligro de desaparecer?

R. A mí me gustan los cines. Yo pertenezco a una generación que creció viendo películas en salas de cine. Pero, por alguna razón, la gente ha dejado de ir al cine. Yo sigo yendo mucho al cine, y la sala nunca está llena.

Yo solo veo películas en el cine, no en la tele. Me gusta ir al cine. Es el único modo de ver películas que conozco. Soy un tipo bastante ridículo

P. ¿Ve más películas en el cine que en la televisión?

R. Yo solo veo películas en el cine, no veo películas en la televisión. Me gusta ir al cine. Es el único modo de ver películas que yo conozco y me gusta mucho. Pero puedo entender que haya a quien le parezca ridículo. Soy un tipo bastante ridículo.

P. Su filmografía muestra muy bien los enormes cambios que ha experimentado Gran Bretaña en los últimos 50 años…

R. El Reino Unido ha cambiado completamente, gracias a Dios. Ahora es muchísimo mejor, aunque en este preciso momento estamos atravesando un mal periodo. Pero, sin duda, la situación ahora es mucho mejor que cuando yo era niño.

P. Usted nació en 1941, en plena II Guerra Mundial

R. Sí. Y supongo que es por eso por lo que siempre me ha fascinado la guerra, no se me ocurre otro motivo.

P. Sin embargo, nunca ha hecho un filme bélico…

P. Crecí viendo películas de guerra, las películas que se hacían en mi infancia eran películas bélicas. Acabé harto de ellas, no las soporto.

Isabel II fue una mujer extraordinaria, pero me parece indecente el dinero y el poder que tiene la monarquía británica

P. Ha vivido la mayor parte de toda su de su vida bajo el reinado de Isabel II, sobre quien gira su película de 2006 The Queen. ¿Echa de menos a la reina tras su fallecimiento en septiembre de 2022?

R. No, no la echo de menos, no pienso en ella. Pero eso no quita para que me parezca que fue una mujer extraordinaria.

P. ¿Se plantea hacer una película sobre su sucesor, el rey Carlos III?

R. No. La verdad es que no estoy muy interesado en la monarquía, aunque es algo difícil siendo inglés, los ingleses tenemos el cerebro lleno con todos los miembros de la realeza. Pero la monarquía no me interesa especialmente, y no la apoyo. He hecho algunas películas sobre sus miembros, pero eso no significa que apoye la monarquía, me parece indecente el dinero y el poder que tiene.

P. ¿Qué opina del Brexit?

R. Ha sido algo catastrófico. Muchas personas, entre las que me incluyo, ya dijimos en su momento que iba a ser un desastre. Y lo ha sido. Ser europeo era estupendo y, de repente, dejamos de serlo. Dejar la Unión Europea fue algo absolutamente estúpido, las personas responsables de ello deberían estar en la cárcel.

P. ¿Cree que los británicos se arrepentirán en algún momento del Brexit?

R. Ya se han arrepentido. Abandonar la UE fue una decisión absolutamente ridícula.

P. Vivimos tiempos de cultura de la cancelación, algo que está afectando a cineastas como Polanski o Woody Allen. ¿Qué le parece?

R. Me parece algo espantoso, no creo que cancelar a nadie sea una buena idea. Si alguien comete errores, por supuesto que tiene que afrontarlos. Pero por lo general se aprende de los errores que se comete, de las cosas que se hacen mal, siempre que te den la oportunidad de aprender, y cancelarte te deja sin esa oportunidad.

P. ¿Qué se trae ahora entre manos?

R. Acabo de terminar un trabajo importante para HBO con Kate Winslow sobre una dictadora, una mujer dictadora de la Europa del Este. (Se trata de la trepidante miniserie El régimen, que se estrenó el pasado día 3).

P. ¿Y ya está leyendo guiones para su próximo proyecto?

R. Sí, hay uno muy bueno sobre la señora Margaret Thatcher.

P. Pues no se me ocurre nadie mejor que usted para llevar a Thatcher a la pantalla…

R. No depende de mí, depende de las finanzas. También hay un guion sobre Billy Wilder que me encantaría hacer. Aún hay buen material por ahí con el que trabajar. Pero cada vez es más difícil hacer este trabajo.

R. Pero sus películas suelen tener presupuestos bastante contenidos…

R. Sí, soy un cineasta barato. Es bastante humillante, pero es la verdad. La cantidad de dinero que se desperdicia en películas es terrible, yo intento ajustar el presupuesto todo lo posible. Quizá por eso he logrado sobrevivir tanto tiempo en esta industria.

Es difícil encontrar a un cineasta vivo con una filmografía tan rica y extensa como la del británico Stephen Frears (Leicester, 1941), cuya carrera se extiende, además, a lo largo de cinco extraordinarias décadas. Pero quizá lo más sorprendente de este creador es su absoluta falta de ego, su negativa a dejar machaconamente su marca indeleble en todas y cada de sus películas, a regodearse en un estilo propio. Desde Mi hermosa lavandería (1985) hasta Las amistades peligrosas (1988), pasando por Alta fidelidad (2000), The Queen (2006), Filomena (2013), Ábrete de orejas (1987) o El régimen (la miniserie de HBO que se estrenó el pasado día 3 protagonizada por Kate Winslet en el papel de dictadora de una autocracia que se desmorona), uno de los grandes activos de Frears es su eclecticismo, su capacidad camaleónica a la hora de hacer cine. Para él solo existe una norma: que la historia que vaya a rodar le resulte interesante.

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