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Precarios e invisibles: así trabajan los guionistas españoles
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Precarios e invisibles: así trabajan los guionistas españoles

Los nominados a los Goya en las categorías de guión se han reunido en un encuentro en la Academia de Cine para debatir sobre la situación del sector

Foto: Un fotograma de 'Barton Fink', la película de los Coen sobre un guionista bloqueado. (Lauren)
Un fotograma de 'Barton Fink', la película de los Coen sobre un guionista bloqueado. (Lauren)

Probablemente cualquier asesor de guiones hubiese eliminado aquella escena por falta de sutileza, pero la imagen no pudo ser más elocuente. Premios Goya 2016. Los nominados al Goya a Mejor guión tenían que entrar por la puerta de atrás a la ceremonia, sin pisar la alfombra roja ni hablar con los medios de comunicación. "Si lo sé vengo en chándal", se quejó Borja Cobeaga, que competía en la categoría a Mejor guión original por 'Negociador', de la que también es el director. Los guionistas aprovecharon el desplante —la organización adujo problemas de tiempo— para protestar por, más allá de la anécdota, la precariedad con la que convive un gremio muchas veces "invisibilizado" y "maltratado" por la industria española. Dos años después, los más optimistas ven un cambio, aunque lento, en positivo. Los menos, un mal endémico y de carácter estructural.

"Yo viví 9 años en Estados Unidos y casi me podía haber quedado allí en la industria y si hay algo pendiente en la nuestra es valorar al guionista", lamenta Pablo Berger, tecla y mando en 'Abracadabra'. Lo hace en un encuentro en la Academia con los nominados en las categorías de guión de los próximos premios Goya, organizado por el Sindicato de Guionistas ALMA, y en el que la mayoría se han quejado de las condiciones laborales de una industria en la que trabajar sin cobrar no es una práctica infrecuente. "Aquí es el único jefe de equipo al que se le pide que trabaje gratis durante un año. ¿Cuántos productores no les pagan el guión y les tienen trabajando en 'spec' [trabajo especulativo, en el que la remuneración no está garantizada]? No hay ningún director de Fotografía, ningún director de Arte, ningún otro jefe de equipo de la primera división del cine español que trabaje sin cobrar. Hay que reivindicar de una vez por todas que el autor, el dueño del mapa del tesoro, es el guionista", incide Berger.

placeholder Siete de los guionistas nominados en los Goya 2018. (Sindicato ALMA)
Siete de los guionistas nominados en los Goya 2018. (Sindicato ALMA)

Y es una situación que viene de largo. Recuerda Fernando Navarro, coguionista con Paco Plaza de 'Verónica', que la primera novela que publicó Fernando Fernán Gómez, allá por 1961, estaba protagonizada, precisamente, por un guionista al que no le pagaban por su trabajo. "'El vendedor de naranjas' va de un guionista intentando rodar un guión. Y siempre el productor, que es valenciano, le lleva una caja de naranjas. Y cuando llega a casa la mujer le dice; '¿Y el dinero?'. Y él le contesta: 'bueno, que me ha traído naranjas'. Así que esa idea del guionista que busca que le paguen ya viene de lejos".

Berger: "Aquí el guionista es el único jefe de equipo al que se le pide que trabaje gratis durante un año"

Él y Paco Plaza tardaron algo más de un año en escribir el guión de 'Verónica'. Más o menos lo mismo que Berger en enseñar una primera versión de 'Abracadabra'. Alejandro Hernández, coguionista de Manuel Martín Cuenca en 'El autor', adaptó la novela de Cercas en unoos cuatro meses, a la vez que trabajaba en el libreto de 'Los últimos de Filipinas'. Después de entre dos y tres años dándole vueltas a la novela de Joan Sales, Coral Cruz invirtió alrededor de siete meses en escribir 'Incierta gloria'. Y, en el caso de Andoni de Carlos, han pasado casi seis años desde que en 2011 planteó el primer tratamiento de 'Handia' —que iba a ser en principio una cinta de animación— hasta que la película ha visto la luz. Tiempos que se dilatan, en los que los más nuevos muchas veces tienen que compaginar trabajos fuera del cine y los más veteranos negociar unos sueldos que, normalmente, terminan de llegar cuando el proyecto entra en capilla. Y donde no hay siquiera tarifas orientativas a las que agarrarse.

placeholder Los guionistas participantes en el encuentro. (Efe)
Los guionistas participantes en el encuentro. (Efe)

"Más allá de mínimos, hemos hablado de que hay gente que puede estar un año sin cobrar. En mi experiencia personal, yo creo que esto está cambiando; yo, desde luego, no curro si no cobro", reivindica Cruz. "Quizá hace diez años lo hice, pero creo que tienes que ser tú el primero en valorar tu trabajo. En un guión, cuando más se cobra es al final, cuando se rueda la película, cuando todo está seguro y se tiene todo el dinero, pero mientras tanto que paguen para que puedas vivir, para que puedas pagar facturas y tal. Ahí también está la fuerza y la responsabilidad de cada uno para si te dicen eso de “no, si la película va a quedar muy bien, si la dirige no sé quién, si te va a dar prestigio, o necesitamos el dinero del ICAA”, para decirles 'oye, lo siento, es que para que tú consigas el dinero del ICAA necesitas un guión, y ese guión es una inversión'".

"Es como cuando un estudio de arquitectos se presenta a un concurso; se van a presentar 20 proyectos y durante ese tiempo habrá varios equipos de arquitectos currando y cobrando. Y, después, de esos 20, uno va a ganar. Por lo tanto hay cierta inversión a fondo perdido que hay que hacer. Y yo creo que esto cada vez está cambiando más. Y creo que, en ese sentido, tienes que ponerte un poquito serio y exigente desde el principio y decir 'vale, me meto pero sólo si hay dinero'", propone la guionista, que este 2017 también ha firmado junto a Fernando Franco el guión de 'Morir'.

Varios años atrás, alrededor de 2012, el Sindicato ALMA publicó una tabla con tarifas orientativas para los guionistas. Y no se toparon con la Iglesia, pero sí con la Comisión Nacional de la Competencia. "El Tribunal de la Competencia les metió una multa de 36.000 euros", recuerda Hernández, que por esa época preparaba el guión de 'Caníbal'. "Y eran tarifas orientativas", añaden desde el Sindicato. "ALMA tiene un convenio con la patronal, con FAPAE, pero para los trabajadores por cuenta ajena, que son sobre todo la gente que trabaja en series. Los guionistas normalmente trabajamos como autónomos, así que pensamos en publicar una tabla de mínimos recomendados. Y sólo por eso recibimos una multa del Tribunal de la Competencia. Ahora mismo estamos trabajando con el Gobierno una cláusula que nos permita establecer esos precios mínimos". Y eso que la afiliación a ALMA no sobrepasaba entonces el 5% del sector.

Hace un lustro, el estudio de 'Ingresos de los guionistas europeos en 2012' cifraba los ingresos medios —repetimos, ingresos medios en Europa— en 22.000 euros anuales. "El 57% de los guionistas que respondieron el cuestionario ganaron menos de 30.000€ y solo el 7% ganaron más de 100.000€", explicaron desde Bloguionistas. "También los hubo que ganaron 1.000 € o menos, como el caso de los guionistas griegos, que a falta de producción, sólo cuentan con los derechos de autor generados por las reposiciones. El ingreso medio por contrato de los 72 guionistas que afirmaron trabajar solo para cine, fue de 13.800 €. Firmaron de media 1,5 contratos en 2012. Los 241 guionistas que solo perciben ingresos de la televisión, percibieron una media de 9.900 € por contrato, y firmaron una media de 3, 7 contratos en 2012".

Pero entre caso y caso, las cifras son muy dispares. Hace tres años, un guionista novel conseguía firmar un contrato de 18.000 euros, incluso sin saber si la película iba a salir adelante. Pero no suele ser lo normal. Lo habitual es firmar un contrato por muy poco dinero en el que prometen pagar la mayoría del sueldo cuando la película se haga, con lo que el guionista se arriesga a no cobrar todo. También es habitual firmar por un porcentaje de la taquilla que haga la película. Otro caso es el de un guionista novel que cobra de primeras 5.000 euros por su guión y, si la película se hace, le prometen 10.000 euros más antes del rodaje y otros 10.000 cuando se haya rodado. El problema es que no todos —más bien pocos— guionistas tienen asegurado al menos un proyecto en pantalla al año.

En ALMA han decidido mirar hacia Atresmedia y Mediaset. "Ahora estamos cerca de los 500 afiliados y queremos llegar a tener una presencia importante sobre todo en televisión, que es lo que mueve la industria", prosiguen. "La parte más importante son las cadenas, que se han convertido en las principales productoras tanto de cine como evidentemente de televisión, y son las que están marcando las pautas que luego se están cobrando en las productoras. No sé si tendremos que llegar algún día a hacer un paro, aunque para eso necesitamos que la gente esté unida".

Un paro como el que convocó el Sindicato de Guionistas de América (WGA) en 2007 y que inmovilizó Hollywood y la producción televisiva estadounidense durante más de cien días. Nada que ver con la industria en España. "También es cierto que en Estados Unidos para trabajar necesitas estar sindicado. Aquí no", reconocen en ALMA. "Yo pertenezco al Sindicato Americano por una circunstancia absurda, porque les vendí un guión", apunta por su parte Navarro. "Y esa huelga tan mitificada, para empezar, era de millonarios. Aparcaban en Ferrari o el Porsche y se iban a hacer la huelga. Algo impensable aquí donde la propia precariedad de los sueldos —en Estados Unidos se paga desde 1, 2, 3 hasta incluso 100 millones de dólares—, pero hay que contar qué hay detrás de esa idealización del puño en alto de lo que fue una huelga de millonarios. En España es impensable porque aquí hay una precariedad en los sueldos que, por mucho que se ajusten en las tablas, no están ni a un 1% de acercarse a un sueldo americano".

Mujeres guionistas

En un año en el que tres de los quince nominados al Goya en las categorías de guión son mujeres, ¿cómo interpretan los protagonistas del encuentro esta cifra? En el año en el que las mujeres han reivindicado su lugar en Hollywood, en la industria española también es el año de las mujeres? "No lo es", sentencia Carla Simón. "Mucha gente dice que esta año hay muchas más nominadas. Pero debería haber más, y es una cuestión de que dentro del cine hay menos guionistas, menos productoras, menos directoras. Y ahí queda muchísimo trabajo. Es un proceso largo y necesitamos referentes. Necesitamos políticas que acompañen a todo eso. No sé si los puntos [para acceder a las subvenciones que el proyecto esté dirigido, escrito o producido por una mujer suma puntos] son suficientes".

placeholder Carla Simón en la fiesta de los nominados a los Goya. (Efe)
Carla Simón en la fiesta de los nominados a los Goya. (Efe)

"Respecto a la visibilidad de las mujeres en el cine, yo estudié en Noruega, y allí en el año 1999 hacían 25 películas y 14 las firmaban mujeres", explica Alejandro Hernández. "Yo creo que es una cuestión cultural y que se tiene que dar un apoyo que tiene que acabar enraizado en la sociedad. Se tiene que ver a todos los niveles. Yo, que soy profesor en la Universidad Carlos III, lo veo siempre: las que me entregan los mejores guiones son las chicas. Pero es una pena porque eso, en algún momento del proceso, se pierde. Tenemos un manantial que se escuerre en las tuberías antes de llegar al lugar final. Yo creo que se tienen muy buenas historias y es una putada para el cine español".

Coral Cruz, por su parte, cree que "las mujeres tienen que ser más ambiciosas a la hora de escribir". "Está bien escribir historias pequeñas, pero creo que las mujeres también tenemos que escribir género. Normalmente el género es lo que más repercute en taquilla. Salvo excepciones, como en el caso de Carla, en la que se ha producido un milagro. Si no te haces visible también desde el punto de vista de la rentabilidad, pues no puedes ser considerada. De cara a los productores y de cara a la escuelas, donde yo también he dado muchos años clase, las chicas son muy buenas, pero son muy poco ambiciosas y no se atreven con el cine de género. Escriben películas muy pequeñitas y muy intimistas, que están muy bien, pero que también nos animemos a hacer" historias más taquilleras.

Probablemente cualquier asesor de guiones hubiese eliminado aquella escena por falta de sutileza, pero la imagen no pudo ser más elocuente. Premios Goya 2016. Los nominados al Goya a Mejor guión tenían que entrar por la puerta de atrás a la ceremonia, sin pisar la alfombra roja ni hablar con los medios de comunicación. "Si lo sé vengo en chándal", se quejó Borja Cobeaga, que competía en la categoría a Mejor guión original por 'Negociador', de la que también es el director. Los guionistas aprovecharon el desplante —la organización adujo problemas de tiempo— para protestar por, más allá de la anécdota, la precariedad con la que convive un gremio muchas veces "invisibilizado" y "maltratado" por la industria española. Dos años después, los más optimistas ven un cambio, aunque lento, en positivo. Los menos, un mal endémico y de carácter estructural.

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