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¿Qué hace Bradley Cooper dirigiendo Beethoven y Mahler?
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estreno en Netflix el 20 de diciembre

¿Qué hace Bradley Cooper dirigiendo Beethoven y Mahler?

Deutsche Grammophon anticipa con un disco extraordinario la película 'Maestro', en la que el actor y director suplanta a Leonard Bernstein, poniéndose incluso al frente de la Sinfónica de Londres

Foto: Bradley Cooper como Leonard Bernstein, junto a Carey Mulligan, en 'Maestro'. (Netflix/Jason McDonald)
Bradley Cooper como Leonard Bernstein, junto a Carey Mulligan, en 'Maestro'. (Netflix/Jason McDonald)

Bradley Cooper ha llevado a extremos impresionantes la suplantación de Leonard Bernstein (1918-1990). No solo perfilando la semejanza física con una prótesis de nariz y un esmerado proceso de mímesis gestual, sino atreviéndose a dirigir la Sinfónica de Londres desde la posición hegemónica del podio. Así puede comprobarse en unos pasajes del biopic va a estrenarse en Netflix (Maestro, 20 de diciembre), aunque los créditos de Bradley Cooper en calidad de conductor ya aparecen en la edición de la banda sonora que acaba de publicar Deutsche Grammophon.

El sello amarillo fue la casa donde se prodigaron las mayores proezas de Bernstein, tanto en su faceta de compositor —West Side Story, On the Town, repertorio sinfónico…— como en su fabulosa dimensión de director de orquesta, incluidas las plenitudes de Beethoven y Gustav Mahler.

Son los compositores que Bradley Cooper (Resacón en Las Vegas, El francotirador, Licorice Pizza) ha decidido desafiar en el proceso ensimismamiento de Leonard Bernstein. Se le identifica en el disco dirigiendo unos cuantos compases de la Octava sinfonía. Y también aparece como mediador de la Segunda de Mahler en el clímax coral de la obra.

placeholder Otra imagen de la película. (Netflix)
Otra imagen de la película. (Netflix)

¿Es realmente Cooper quien dirige la orquesta londinense? Sí y no. Sí… porque el actor de Pensilvania asciende al podio, mueve los brazos y regula el tráfico. Y no… porque el protagonista, guionista y director de Maestro hace un trabajo de imitación provisto de un pinganillo.

Es el truco que ha desvelado Yannick Nézet-Seguin, artífice genuino de la banda sonora, director de orquesta prodigio y consejero ubicuo de Cooper en la reconstrucción de Bernstein. Juntos han formalizado los detalles más asombrosos del proceso de usurpación. Empezando por el recurso de un auricular que permitía transmitir las órdenes a la orquesta inglesa.

Era Cooper la marioneta de Nézet-Seguin, su pigmalión, pero la disciplina del actor estadounidense lleva el equívoco hasta situaciones inverosímiles. Y no solo por la sincronización entre la batuta y los profesores de la Sinfónica de Londres, sino porque el histrionismo con que Cooper se desenvuelve en el podio convoca a Bernstein en un grado de similitud inquietante.

El histrionismo con que Cooper se desenvuelve en el podio convoca a Bernstein en un grado de similitud inquietante

Se explica así mejor que la portada de Maestro participe de la confusión. No cabe duda de que la personaliza el carisma de Lenny. O no cabe duda hasta descubrirse que la foto premia la suplantación de Bradley Cooper.

La grabación aloja un inventario de las obras más representativas del compositor americano, entre el misterio del repertorio religioso y el efectismo del lenguaje de los musicales. Cooper aparece en unos compases de Candide, pero la incursión en la adaptación de Voltaire se antoja tan anecdótica como las irrupciones en Beethoven y Mahler.

placeholder El director de orquesta Leonard Bernstein.
El director de orquesta Leonard Bernstein.

Es Nézet-Seguin el gran arquitecto del disco. Y el heredero de Bernstein en una concepción de la dirección orquestal que marida el escrúpulo técnico con el exhibicionismo gestual. “Necesito dirigir con todas las partes de mi cuerpo, con los hombros, con la muñeca, con las rodillas”, decía Bernstein para justificar la teatralidad y desmesura con que concebía el oficio.

"Necesito dirigir con todas las partes de mi cuerpo, con los hombros, con la muñeca, con las rodillas", decía Bernstein

Fue un comunicador gigantesco Leonard Bernstein, un divulgador extraordinario, un pianista superdotado, un director de orquesta clarividente y un compositor de la misma brillantez que eclecticismo y musicalidad.

Lo demuestra la grabación de Maestro en sus ambiciones de memoria y de inventario. Y lo confirma la sensibilidad y el sentido del espectáculo con que Nézet-Seguin (Montreal, 1975) dirige a las huestes de la Sinfónica de Londres. Cambia de acera atlántica el maestro canadiense. Y es verdad que su primera gran orquesta le entretuvo en Róterdam (2008-2018), pero la década holandesa no fue sino el preámbulo de una carrera descomunal en Estados Unidos, tanto por su nombramiento como titular en la Orquesta de Filadelfia como por su designación en la gran casa de ópera de NY.

“El Met tiene un director de orquesta gay, sí, e importa”, titulaba el New York Times. Y no porque se hubiera elegido al maestro con criterios de oportunidad sociológico-cultural, sino porque Nézet-Seguin, a diferencia de Bernstein, no tiene que esconderse de su orientación sexual (ni de su marido) ni ocultar la represión con el embrujo del carisma.

Bradley Cooper ha llevado a extremos impresionantes la suplantación de Leonard Bernstein (1918-1990). No solo perfilando la semejanza física con una prótesis de nariz y un esmerado proceso de mímesis gestual, sino atreviéndose a dirigir la Sinfónica de Londres desde la posición hegemónica del podio. Así puede comprobarse en unos pasajes del biopic va a estrenarse en Netflix (Maestro, 20 de diciembre), aunque los créditos de Bradley Cooper en calidad de conductor ya aparecen en la edición de la banda sonora que acaba de publicar Deutsche Grammophon.

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