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Joaquin Phoenix: "Napoleón fue un hombre hecho a sí mismo y en EEUU les obsesiona esa idea"
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Joaquin Phoenix: "Napoleón fue un hombre hecho a sí mismo y en EEUU les obsesiona esa idea"

El actor interpreta al militar y dictador francés en la película de Ridley Scott, donde prima la relación entre el corso y Josefina y nunca aparece la guerra con España

Foto: Joaquin Phoenix, durante el estreno de la película 'Napoleón' en Londres la semana pasada. (Getty/Gareth Cattermole)
Joaquin Phoenix, durante el estreno de la película 'Napoleón' en Londres la semana pasada. (Getty/Gareth Cattermole)

"Encontré la corona de Francia en el arroyo, la recogí con mi espada y la limpié". Al igual que Napoleón se atribuye en la película de Ridley Scott (en cines el 24 de noviembre) la regeneración y el triunfo de Francia, Joaquin Phoenix lleva en sus hombros el peso de haber representado a uno de los personajes más famosos de todos los tiempos, del que hay tanta información que no podemos discernir qué es verdad y qué es pura especulación y leyenda. De cualquier manera, sentado a una mesa redonda con El Confidencial e intentando practicar el poco español que sabe —"Tenéis un acento muy bonito, ¿se dice ustedes o vosotros?"—, parece bastante tranquilo, como el que vuelve de una batalla y ya no corre peligro alguno.

La película de Scott ha tratado de condensar, durante aproximadamente dos horas y media, la historia del corso desde finales de la Revolución francesa hasta su muerte en Santa Elena en 1821. Eso significa que acompañamos a Napoleón durante 25 años en su subida al poder, y aunque las escenas de batallas son muy épicas (marca de la casa), Scott ha querido primar especialmente la tumultuosa relación amorosa entre Bonaparte y Josefina (interpretada por Vanessa Kirby), que terminó abruptamente con la separación de ambos al no poder engendrar un heredero. Para ello, director y actor han tenido que estudiar la correspondencia entre ambos, en la que puede observarse cómo, al menos en el corso, el amor parecía en un principio pasional y obsesivo.

Foto: Ridley Scott, en la presentación en Venecia de 'El último duelo', en 2021 (EFE CLAUDIO ONORATI)

Cuando el guion cayó en sus manos (durante el covid), Phoenix confiesa que hubo momentos en los que se preguntaba qué diablos estaba haciendo. Pese a ello, quedó fascinado por el personaje. "Al final la historia se recicla y Napoleón todavía nos enseña cosas del mundo actual", cuenta, sentado de medio lado, mientras hace trizas el tapón de una botella.

"Es un hijo de la Revolución, pretendía terminar con los reyes porque favorecían a la aristocracia y de pronto llega él y, ya sabes, pone a sus hermanos. Supongo que siempre es interesante ver a esas figuras que comienzan a hacer cosas por el pueblo y luego se van pervirtiendo. Además, Napoleón representa algo diferente para cada cultura: la gente del este de Europa le verá como un liberador y los americanos como alguien hecho a sí mismo, un hombre que vino de la nada y lo consiguió todo, y ya se sabe que en Estados Unidos están obsesionados con esa idea".

placeholder Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby (Josefina) en la 'première' de 'Napoleón' en París. (Reuters/Stephanie Lecocq)
Joaquin Phoenix y Vanessa Kirby (Josefina) en la 'première' de 'Napoleón' en París. (Reuters/Stephanie Lecocq)

Phoenix trata de representar todas las ambivalencias de alguien que es una fuerza de la naturaleza en el campo de batalla y también un hombre tan inseguro como para abandonar una campaña en Egipto y volver a Francia porque le han contado que su mujer le está siendo infiel con otro. Las peleas constantes entre Josefina y él forman parte de toda la película, mostrando una relación bastante turbulenta y, en un principio, ventajosa.

"He leído sus cartas con Josefina y son preciosas, maravillosas. No creo que mucha gente se diga esas cosas en un proceso de divorcio"

"Para mí es una verdadera historia de amor, aunque tendríamos que meternos en conversaciones más largas porque, ¿cómo definimos el amor?", indica Phoenix. "Probablemente en un principio para él fue una unión por necesidad, porque Josefina poseía cualidades que él no tenía (y tenía dinero, claro). Ella, a su vez, reconocía la ambición en él y al final eran parecidos porque eran supervivientes, al fin y al cabo ambos venían de islas pequeñas. Creo que hubo un amor profundo, una gran conexión, aunque al principio la relación fuera por necesidad. Pero ya sabes, después se divorciaron, he leído sus textos y, tío, son preciosos, son maravillosos, no creo que mucha gente se diga esas cosas en un proceso de divorcio. Es una de las cosas que intentamos captar en la película, el hecho de que ellos realmente se querían".

placeholder Joaquin Phoenix y Ridley Scott, durante el estreno de la película 'Napoleón', en el Museo del Prado. (Europa Press/José Oliva)
Joaquin Phoenix y Ridley Scott, durante el estreno de la película 'Napoleón', en el Museo del Prado. (Europa Press/José Oliva)

De hecho, Ridley Scott se deja fuera del tintero algunos hechos fundamentales para el personaje (cualquier mención al código napoleónico o algo que nos toca de cerca, como fue la guerra en España) y da importancia a otros como la campaña en Egipto o la mencionada relación con Josefina. A lo largo de la película pasan demasiadas caras que pueden resultar un poco confusas para el que no está muy familiarizado con la historia.

"Yo quería saber qué le faltaba exactamente a Napoleón y por qué lo buscaba con tanto ahínco"

"Creo que será más confusa para las personas que sepan mucho sobre Napoleón", se ríe Phoenix al respecto. "Ridley no quería dar una lección de historia. Es cierto que cuando me leí al guion al principio era más como una entrada en Wikipedia, no había muchas notas personales. Lo que me interesaba era ponerme a trabajar y conocer la relación entre Josefina y Napoleón. Además, estuve una semana leyendo sobre la batalla de Marengo y al final solo paso con el caballo durante un instante", ironiza.

Le toca finalmente a Phoenix preguntarnos qué hemos sacado en claro de un personaje del que se ha escrito tanto y que, por fin, se ha humanizado. "Esto es lo que creo...", señala él, "cuando estudié sobre Napoleón me di cuenta de que no íbamos a contar la clase de historia en la que alguien tiene algo y lo pierde, sino que me hacía preguntarme todo el rato qué era lo que le faltaba, qué era lo que perseguía con tanto ahínco. En realidad odio las películas que van sobre alguien que tiene algo y lo pierde, yo lo que quería saber era qué le faltaba exactamente, por qué se sentía vacío. Y algo más, que al final se repite constantemente en la historia del ser humano: ¿Por qué tenemos la idea de que luchamos por los demás y por el pueblo si al final acabamos luchando por nosotros mismos?". Silencio absoluto.

"Encontré la corona de Francia en el arroyo, la recogí con mi espada y la limpié". Al igual que Napoleón se atribuye en la película de Ridley Scott (en cines el 24 de noviembre) la regeneración y el triunfo de Francia, Joaquin Phoenix lleva en sus hombros el peso de haber representado a uno de los personajes más famosos de todos los tiempos, del que hay tanta información que no podemos discernir qué es verdad y qué es pura especulación y leyenda. De cualquier manera, sentado a una mesa redonda con El Confidencial e intentando practicar el poco español que sabe —"Tenéis un acento muy bonito, ¿se dice ustedes o vosotros?"—, parece bastante tranquilo, como el que vuelve de una batalla y ya no corre peligro alguno.

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