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Los diez edificios más feos de España
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Un repaso a la fealdad española

Los diez edificios más feos de España

El arquitecto Fernando Caballero ha elaborado esta selección con su propio criterio. Se dice el pecado, pero no el pecador, y una cosa más: hay que cuidar la ética, pero también la estética

Foto: Vista de la estación de Chamartín, en Madrid. (Europa Press/Ricardo Rubio)
Vista de la estación de Chamartín, en Madrid. (Europa Press/Ricardo Rubio)
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El arquitecto Fernando Caballero ha elaborado esta selección con su propio criterio. Se dice el pecado, pero no el pecador, nos ha comentado. Y aquí va esta decena de puñetazos a la vista, paradigma de que no siempre vemos el mundo con buenos ojos. Los hay de todas las épocas, aunque el desarrollismo dejó su huella. En años recientes tampoco ha habido una explosión de bellezas y a varias ciudades les ha tocado apechugar con ingenios que más bien no parecen ser tales. Y es que, como se ha dicho muchas veces, la ética está muy bien, pero hay que cuidar la estética. Y en eso algunos gobernantes, que son los que muchas veces dan el visto bueno final, muy finos no están.

1- Edificio Miracruz, 19. San Sebastián (1888 y 2018)

placeholder El antes y el después del edificio Miracruz. Del edificio de 1888 al de 2018.
El antes y el después del edificio Miracruz. Del edificio de 1888 al de 2018.

Tras ser destruida por los ingleses, la ciudad de San Sebastián que conocemos fue creada hace 150 años por la burguesía madrileña para seguir cerca de los reyes cuando se iban de veraneo. Mal que les pese a muchos, es el origen del de sol y playa español. Un barrio de Salamanca frente al mar. Pero sustituir los gustos de la burguesía madrileña por los propios está haciendo cuesta arriba. Este edificio es posiblemente el mayor despropósito arquitectónico cometido en España en los últimos años, que ya es decir. Por lo que representa: la destrucción del patrimonio histórico y su sustitución por una zafiedad vacía de ideas. Se nota que a los vascos les encanta Torremolinos. Como nos demostró Santi Abascal: cuando se empeñan en ser españoles, nadie les gana. Quisieron dejar de ser el Biarritz madrileño y están construyendo el Torrevieja euskaldún. En San Sebastián, los locales como mi madre, se quejan mucho de la invasión de turistas franceses, sospecho que este edificio es un intento de frenarla, si es así, van por el buen camino.

2- La torre Titania. Madrid (2013)

placeholder Torre Titania. (Wikimedia/Luis García —Zaqarbal—)
Torre Titania. (Wikimedia/Luis García —Zaqarbal—)

Aquí no hay nada que salvar. Todo mal. Es la versión madrileña, mastodóntica y desproporcionada del edificio Miracruz. Es verlo y no parar de pensar en el drama que son los incendios. Hace que duelan los ojos.

3- El Centollu. Oviedo (2011)

placeholder Palacio de Congresos de Oviedo, el Centollu.
Palacio de Congresos de Oviedo, el Centollu.

Como si una nave alienígena hubiese aterrizado en el centro de la ciudad y los nuevos amos hubiesen establecido ahí la sede de su gobierno colonial sobre los seres humanos. Un edificio que no es de este mundo.

4- Centro Comercial Arenas de Barcelona. Barcelona (2011)

placeholder Vista general del centro comercial de la plaza de toros de las Arenas. (EFE/Marta Pérez)
Vista general del centro comercial de la plaza de toros de las Arenas. (EFE/Marta Pérez)

Si el mejor ejemplo de fachadismo en España fue el CaixaForum de Madrid, el peor ejemplo es sin duda el centro comercial Arenas de Barcelona. Ese método tan cuestionado de mantener las fachadas exteriores de un edificio preexistente y construir uno completamente nuevo en su interior adquiere en este caso (una antigua plaza de toros) un aspecto cómico y circense. Un despropósito.

5- Hotel Porta Fira. L´Hospitalet de Llobregat (2010)

placeholder El Hotel Porta Fira, a la izquierda. (EFE)
El Hotel Porta Fira, a la izquierda. (EFE)

Otro símbolo de una época. Su construcción comenzó en 2006, en pleno optimismo de la burbuja inmobiliaria. Es el epítome de las amebas deconstructivistas iniciadas con el Guggenheim de Bilbao. Un zurullo gigante que desafía cualquier canon de belleza. Un viaje injustificado a ninguna parte. Todo lo contrario al museo bilbaíno, que evoca a la historia de la ría, de las fábricas, los barcos y el acero. En cambio, esta torre en L´Hospitalet, feudo histórico del PSC, podría ser la metáfora perfecta de ese partido: desde su característico color rojo, compensado por su pérfido uso turistificador y neoliberal, férreamente organizado en su interior pero con una forma tan líquida y voluble de cara al público como su ideario. Según desde donde se mire cambia tanto de forma como de opinión.

6- Estación de Chamartín. Madrid (1975)

placeholder Estación de Chamartín. (EFE)
Estación de Chamartín. (EFE)

Un edificio duro e inhóspito. Uno de los principales ejemplos de la arquitectura desarrollista europea, donde se buscaba separar los niveles de peatones y los de los coches. Este edificio es a la arquitectura lo que los scalextric madrileños fueron a la ingeniería. Las bóvedas de la cubierta son lo más original e interesante del proyecto y la nueva estación que se construirá las conserva y las realzará. Será un edificio mucho más amable y humano.

7- Torres en la plaza del Marqués. Gijón (1967-1975)

placeholder  Torres en la plaza del Marqués de Gijón. (Google Maps)
Torres en la plaza del Marqués de Gijón. (Google Maps)

El siglo XX se caracteriza por la actitud progresista de la tabula rasa y de todo el daño que esa actitud moderna y adanista nos ha causado. El pasado no merece respeto, el futuro nos pertenece. El desarrollismo franquista, con ese complejo de país pobre y ese afán de modernizarlo todo, realizó los mayores crímenes contra el patrimonio histórico de nuestras ciudades. Estas torres, en pleno centro histórico de Gijón, son de los más hirientes. Junto a ellas, la destrucción de los paseos marítimos de La Coruña y de la propia Gijón, convertidos en malas copias de Copacabana, son los principales ejemplos de los desastres urbanísticos que esta forma de pensar nos ha dejado. La rentabilidad económica siempre juega un papel protagonista en esta película y una sociedad que no respeta su pasado y que se apunta siempre a la excusa de acabar con lo viejo por casposo suele obtener resultados como esos. La arquitectura es el espejo físico de como pensamos. Un buen aviso a navegantes.

8- Sede del Colegi d´Arquitectes de Catalunya. Barcelona (1962)

placeholder Sede del Colegi d'Arquitectes de Catalunya.
Sede del Colegi d'Arquitectes de Catalunya.

Otra macarrada desubicada del desarrollismo franquista. Un pobre intento de copiar a Mies van Rohe. Siempre es lo mismo, querer ser lo que no se es, porque lo propio nos acompleja. Solo se salva el mural de Picasso y porque es de Picasso.

9- Edificio en la plaza Santa Teresa. Ávila (2003)

placeholder El edificio es esa cosa de la izquierda.
El edificio es esa cosa de la izquierda.

El último edificio desarrollista de España. Un auténtico fuck the context (todo un lema entre muchos arquitectos) junto a la catedral y las murallas de Ávila. Resulta extraño viniendo de uno de los arquitectos que mejor han trabajado y respetado el contexto histórico en el que se ubican sus proyectos. Pero un edificio es siempre un compromiso entre el cliente, el arquitecto y los contratistas. El resultado de muchos de ellos (sobre todo cuando son polémicos) suele ser un conjunto de malas decisiones de alguna de las partes, donde el arquitecto bastante hace con intentar salvar el proyecto en la medida de lo posible.

10- El Ruedo. Madrid (1989)

placeholder El ruedo, el edificio más incomprendido, en Madrid.
El ruedo, el edificio más incomprendido, en Madrid.

Un clásico incomprendido. La dureza de este edificio casi parece un castigo para sus humildes habitantes. Su arquitecto es el autor de algunos de los edificios más bellos de España. Pero, en este caso, El Ruedo se convirtió en un ejemplo de despotismo ilustrado contemporáneo. Es memorable la bronca en televisión entre el arquitecto y los vecinos.

El arquitecto Fernando Caballero ha elaborado esta selección con su propio criterio. Se dice el pecado, pero no el pecador, nos ha comentado. Y aquí va esta decena de puñetazos a la vista, paradigma de que no siempre vemos el mundo con buenos ojos. Los hay de todas las épocas, aunque el desarrollismo dejó su huella. En años recientes tampoco ha habido una explosión de bellezas y a varias ciudades les ha tocado apechugar con ingenios que más bien no parecen ser tales. Y es que, como se ha dicho muchas veces, la ética está muy bien, pero hay que cuidar la estética. Y en eso algunos gobernantes, que son los que muchas veces dan el visto bueno final, muy finos no están.

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