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¿De verdad que las mujeres no saben dirigir? Las nominadas al Goya desmontan el mito
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EN LA 37.ª EDICIÓN DE LOS GOYA

¿De verdad que las mujeres no saben dirigir? Las nominadas al Goya desmontan el mito

Las cinco nominadas al Goya en la categoría de dirección analizan para El Confidencial el papel de las mujeres cineastas en el cine español

Foto: De izquierda a derecha: Carlota Pereda, Alauda Ruíz de Azúa, Pilar Palomero, Elena López Riera y Carla Simón. (EC Diseño)
De izquierda a derecha: Carlota Pereda, Alauda Ruíz de Azúa, Pilar Palomero, Elena López Riera y Carla Simón. (EC Diseño)

"Las mujeres no saben dirigir, no tienen carácter". "Las mujeres no son graciosas, no pueden hacer comedia". "La ley de puntos va a favorecer a que se hagan peores películas solo porque las han dirigido mujeres". Cuando en 2018 el entonces director del Instituto del Cine (ICAA), Óscar Graefenhain (PP), anunció el borrador de una nueva Ley del Cine que favorecía a través de los puntos necesarios para las ayudas la presencia de mujeres en los puestos de responsabilidad, hubo muchos que se llevaron las manos a la cabeza graznando y porfiando en un futuro descenso de la calidad del cine español con la implantación de las cuotas y la discriminación positiva. En la nueva legislación, se planteó otorgar como incentivos "tres puntos a los proyectos con una mujer directora, dos puntos en las categorías de guion, fotografía y música, y uno en la producción ejecutiva".

Cinco años después, el apocalipsis no ha llegado. Es más, el cine español ha recogido los frutos de una de las mejores cosechas que se recuerdan desde hace décadas. Con una mayor presencia de las producciones nacionales en las secciones oficiales de los festivales más importantes del mundo —¡hasta un Oso de Oro se ha traído de la Berlinale Carla Simón, algo que no pasaba desde que Mario Camus ganara en 1983 con La colmena—, este 2023 se ha producido un fenómeno inusual: la paridad en el número de hombres y de mujeres nominadas en las categorías de mejor dirección —Rodrigo Sorogoyen, Carla Simón, Carlos Vermut, Pilar Palomero y Alberto Rodríguez— y mejor dirección novel —Alauda Ruiz de Azúa, Carlota Pereda, Mikel Gurrea, Juan Diego Botto y Elena López Riera—. Nunca habían coincidido en la historia tantas directoras nominadas —este año se ha ampliado a cinco el número de finalistas—. Pero no es la primera vez que ocurre este equilibrio entre ambos sexos en las categorías de dirección: en 2021, fueron cuatro y cuatro Icíar Bollaín, Isabel Coixet, Salvador Calvo y Juanma Bajo Ulloa en mejor dirección, y David Pérez Sañudo, Bernabé Rico, Pilar Palomero y Núria Giménez Lorang en mejor dirección novel—.

Echando la vista atrás, encontrar el nombre de una directora en la lista de nominados —¡y no digamos de ganadores!— era tan difícil como encontrar un gamusino pastando. Apenas más allá de Pilar Miró, Ana Díez y Josefina Molina en los 80 y de Isabel Coixet, Icíar Bollaín, Chus Gutiérrez, María Ripoll o Gracia Querejeta en los 90 —¿sabían que Ana Belén estuvo nominada a mejor dirección novel en 1991 por Cómo ser mujer y no morir en el intento?—, el nuevo milenio tampoco trajo un torrente de mujeres cineastas que contasen sus historias y liderasen sus equipos.

¿Qué es lo que ha ocurrido en este tiempo para que cinco directoras se batan el cobre —el material del que están hechas las estatuillas de los Goya— con cinco directores este 2023? En El Confidencial, hablamos con las cinco nominadas para que busquen una explicación a este ¿cambio de paradigma?

Carla Simón, directora de Alcarràs (11 nominaciones)

placeholder La directora de cine Carla Simón. (EFE/Clemens Bilan)
La directora de cine Carla Simón. (EFE/Clemens Bilan)

"Creo que está dando sus frutos este empuje que se ha propiciado desde las leyes audiovisuales, pero también desde la prensa y desde la toma de conciencia de la falta de directoras haciendo cine, pero también desde el hecho de que haya más productoras haciendo películas, lo que ha favorecido que haya más mujeres dirigiendo", defiende Simón. Para la directora catalana, las directoras se encuentran ante una reparación histórica que hace que las mujeres, "que somos la mitad del mundo y que deberíamos haber contado la mitad de las historias desde los inicios del cine", empiecen a contar sus historias. "De hecho, el cine empezó con mujeres dirigiendo en los primeros años", puntualiza. "Cuando se dieron cuenta de que era una posición de poder y de liderazgo, desaparecieron del mapa. Estamos en un momento en el que intentamos llegar a una paridad que todavía no se ha conseguido. Debemos seguir trabajando. Pero esto se ha reflejado en un año en el que hay muchas mujeres nominadas, que esto es como el final de la cadena, cuando llega ese reconocimiento hacia el cine hecho por mujeres".

Sobre las críticas por una supuesta homogeneidad de temáticas —maternidad, familia— en el cine dirigido por mujeres, Simón también plantea una defensa. "A nivel temático, se dice que todas hacemos este cine intimista, y esas películas sobre maternidad, algo que también veo como una reparación histórica de todas esas historias que no se han contado y, sobre todo, que no se han contado desde nuestro punto de vista. Creo que tiene mucho sentido que haya muchas historias contadas por nosotras que tengan muchos puntos en común porque hay una falta de todas esas historias a lo largo de la historia del cine, valga la redundancia. Cuando ya tengamos suficientes relatos sobre maternidad, sobre familias, sobre las infancias de las niñas y adolescentes, podremos empezar a contar otras cosas, como ciencia ficción o lo que sea". Para Simón, los hombres llevan toda la vida del cine contándose sus historias y su masculinidad desde su punto de vista, "así que no se puede esperar que hagamos todo tipo de películas muy diversas; creo que es normal que coincidamos en temas, por esta reparación histórica de la que hablaba y esta falta de relatos sobre cosas que nos preocupan o nos inquietan. Cuando esto esté más establecido, nuestro cine empezará a ser más diverso".

Pilar Palomero, directora de La maternal (tres nominaciones)

placeholder Pilar Palomero, ganadora del Goya en 2021. (EFE)
Pilar Palomero, ganadora del Goya en 2021. (EFE)

"Yo también creo que estamos ahora recogiendo todos lo sembrado con las políticas, con el sistema de puntuación que tanta polémica generó, con el hecho de que haya mujeres que son referentes y que han supuesto un efecto muy positivo en nosotras —y pongo mi propio ejemplo, porque, antes de que existiesen Las niñas, hubo películas dirigidas por mujeres jóvenes como Verano, 1993 o Tres días con la familia—, algo que ha ayudado a que mujeres que estábamos intentando sacar nuestros proyectos adelante desde hacía muchísimos años hayamos sentido un compromiso, un apoyo y una confianza mayor gracias al éxito de estos proyectos", propone. "También creo que estamos viviendo un cambio de mentalidad general en la sociedad que se ha vivido desde hace cinco años a esta parte, lo que esperemos que no sea una moda, sino que sea algo que haya llegado para quedarse. Parece que se quiere que contemos nuestras historias, algo que a lo largo de la historia del cine no había sucedido".

Alauda Ruiz de Azúa, directora de Cinco lobitos (11 nominaciones)

placeholder Alauda Ruiz de Azúa tras recibir el Premio Feroz. (EFE)
Alauda Ruiz de Azúa tras recibir el Premio Feroz. (EFE)

Alauda Ruiz de Azúa ha sido la sorpresa del año, arrasando en el número de nominaciones con su primera película, Cinco lobitos, que trata su propia maternidad. "Creo que esta paridad es una consecuencia de las políticas de cuotas y de apoyo a la dirección por mujeres llevada a cabo en los últimos años, y creo que también tiene que ver con un cambio en la sensibilidad generalizado a nivel institucional, a nivel social y de la Academia; creo que ha ayudado a que veamos esta imagen de la paridad, lo que es muy ilusionante, porque significa que entre todos se pueden cambiar las cosas, pero creo que estamos al principio del camino y hay que ver si esto se normaliza", propone como deseo para el futuro.

Carlota Pereda, directora de Cerdita (seis nominaciones)

Para Carlota Pereda, la mayor presencia de mujeres en los puestos de responsabilidad en el cine tiene que ver con una cuestión generacional, entre otros motivos. "Todas somos más o menos de la misma generación. La primera generación que no ha nacido en una dictadura, algo que creo que nos ha ayudado a formarnos como artistas. Creo que tiene que ver con algo de zeitgeist colectivo, de algo que ha pasado en el mundo con el #MeToo. También con el cambio de paradigma, que ha abierto a los productores y las productoras a apostar por el talento femenino y nos ha dado impulso", celebra.

"Creo que también tiene que ver con las cuotas, que han ayudado a levantar los proyectos. Y creo que tiene que ver también con la pandemia, que ha hecho que coincidamos bastantes estrenos al mismo tiempo". Pero avisa: "Creo que es una puerta que se está empezando a abrir, pero que no debemos darnos palmaditas en la espalda, porque pasa en todos los sitios, sobre todo con las minorías, que, en el momento que se abre la puerta un poquito para algunos, se dice: '¡Ah, pues ya hemos cumplido!', y la puerta se cierra. Es una puerta que hay que mantener abierta entre todas porque, si no, el año que viene habrá una directora. Creo que vamos por buen camino y soy optimista, pero vivimos en un mundo —y el cine español no vive ajeno a la sociedad— en el que pueden pasar muchas cosas".

Elena López Riera, directora de El agua (dos nominaciones)

Elena López Riera, nominada a mejor dirección novel por El agua, es quizá la más cautelosa en celebraciones. "Creo que todavía no tenemos perspectiva histórica como para saber por qué. En mi humilde opinión, creo que queda mucho trabajo por hacer, en muchos aspectos. Creo que es la progresión natural de las cosas, del feminismo, de la gente que ha venido antes que nosotras abriendo el camino. Creo que queda mucho trabajo por hacer, pero creo que es lo normal: pasa en el cine, en el periodismo, en la cultura, en la medicina. Quiero creer que son los resultados de un trabajo previo".

Lo que esperan todas ellas es que esta nueva diversidad no sea tan solo un espejismo.

"Las mujeres no saben dirigir, no tienen carácter". "Las mujeres no son graciosas, no pueden hacer comedia". "La ley de puntos va a favorecer a que se hagan peores películas solo porque las han dirigido mujeres". Cuando en 2018 el entonces director del Instituto del Cine (ICAA), Óscar Graefenhain (PP), anunció el borrador de una nueva Ley del Cine que favorecía a través de los puntos necesarios para las ayudas la presencia de mujeres en los puestos de responsabilidad, hubo muchos que se llevaron las manos a la cabeza graznando y porfiando en un futuro descenso de la calidad del cine español con la implantación de las cuotas y la discriminación positiva. En la nueva legislación, se planteó otorgar como incentivos "tres puntos a los proyectos con una mujer directora, dos puntos en las categorías de guion, fotografía y música, y uno en la producción ejecutiva".

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