¿Sorpresa o vileza? Guerra del Yom Kippur o el noble arte del engaño que usó Ucrania

A las 04:30 de la madrugada sonó el teléfono en la casa general David Elazar. Al otro lado de la línea estaba su ayudante de campo. Elazar, en aquel momento, el 6 de octubre de 1973, era el comandante general de las Fuerzas Armadas de Israel. Salió de la cama a toda prisa y en menos de diez minutos descolgó el aparato para avisar a su vez al general Benny Peled, comandante en jefe de las Fuerzas Aéreas:

-. Tenemos informes de que para la noche estaremos en guerra con Siria y Egipto. ¿Estás preparado?

-. Estoy preparado -contestó Peled-

-. ¿Qué es lo que tienes pensado?

La conversación de madrugada denota lo que se le venía encima a Israel porque diez horas antes del ataque de Egipto y Siria, que no sería por la noche, sino antes, nadie estaba preparado. No sólo eso, además es significativo que la primera llamada de Elazar fuera a Peled, comandante en jefe de las Fuerzas Aéreas. ¿Por qué? Sencillamente porque todos tenían en la cabeza en ese momento otra fecha marcada a fuego: el 5 de junio de 1967, cuando fue Israel quien lanzó un ataque por sorpresa contra Egipto con sus cazas hundiendo su fuerza aérea en apenas unas horas.

En 1973, por ejemplo, Israel esperaba un ataque de Egipto, pero tres años más tarde

El 6 de octubre, día del Yom Kippur, la festividad más importante de Israel cuando todo el país estaba paralizado eran ellos los que estaban siendo atacados totalmente por sorpresa. En el peor de los casos esperaban una brecha de al menos cinco días antes de tener que enfrentarse a sus enemigos, una advertencia por parte de su servicios de inteligencia. ¿Egipto atacó a traición a los israelíes como los japoneses a Estados Unidos el 7 de diciembre de 1942 en Pearl Harbor?

Nobleza ucraniana

Aunque en febrero de este año el ejército ruso había desplegado tropas en cantidad considerable sobre la frontera de Ucrania, y existía una tensión internacional latente, la realidad es que el avance sobre la capital Kiev cogió a todo el mundo por sorpresa. Ahora, sin embargo, ha sido Ucrania, en una contraofensiva relámpago con una operación de engaño, de diversión estratégica, quien ha arrasado las defensas rusas haciendo honor a una larga tradición en la guerra que es todo menos noble. A Ucrania se le ha acusado de haber cometido una vileza... Resulta ridículo, más aún si cabe en una contraofensiva.

Así, el señuelo era Jersón, el ataque real, Jarkov. Se ha explicado estos días que no se había visto nada igual desde la Segunda Guerra Mundial, pero en realidad es una constante. En 1973, por ejemplo, Israel esperaba un ataque de Egipto, pero tres años más tarde. Como suena. Después barrerles durante la Guerra de los Seis días en 1967 no contaban con que sus enemigos pudieran rehacerse tan rápido. Pesó también la soberbia sobre su superioridad y la incapacidad para anticipar que a diferencia de seis años antes la clave de una victoria podía no estar en los cielos, por mucho que la moderna teoría militar se base en ella.

Cualquier ataque coge desprevenido porque el agresor no tiene claro antes cómo va a ser

Los mismos errores se repiten una y otra vez, aunque exista lo que Michael I. Handel denomina "la inevitabilidad de la sorpresa": cualquier ataque coge desprevenido al enemigo, porque incluso el agresor no tiene claro hasta pocas semanas antes cómo se va a desarrollar -'The Yom Kippur War and the inevitability of Surprise', M. I. Handel- En el caso de la Guerra de Octubre de 1973, egipcios y sirios tardaron en ponerse de acuerdo en cuanto al 'Día D' y la 'Hora H' del ataque.

Subestimar al enemigo

Habrá que ver con el tiempo cómo fueron esas imprevisiones de última hora entre el ejército ucraniano y la inteligencia de EEUU, por ejemplo. Aún así, como Israel en 1973, o mucho peor, dado el contexto de una guerra ya en marcha, Rusia ha subestimado constantemente la capacidad del ejército Ucraniano y que una agresión sorpresiva se responde con otra. Sólo queda descontar cuándo y dónde.

El caso de la Guerra del Yom Kippur o la Guerra de Octubre según la denominan los árabes, es paradigmático: más que un paralelismo con la operación de diversión ucraniana, que ha usado técnicas tan antiguas como emplear maniquís, cañones falsos, etc al igual que emplearon los aliados en el Norte de África durante la Segunda Guerra Mundial, es un ejemplo de lo inevitable de una agresión.

Lo que atenazaba al Alto Mando de Israel en esa maldita madrugada de octubre, en la que culminaban sus celebraciones, era la desagradable sensación de haber advertido el ataque para años más tarde y como represalia inevitable por aquel 5 de junio de 1967. A media mañana, tan solo unas horas antes del ataque árabe combinado de Siria y Egipto, ni Golda Meir, ni Yitzkah Rabin, ni el ministro de Defensa, Moshe Dayan contemplaron ni siquiera la movilización general de las tropas ante lo que ya era una inminente guerra y un inminente fracaso. Para sorpresa del general David Elazar, Dayan rechazó un ataque preventivo.

M. Dayan: "“Estamos en una situación política en la que no podemos hacer lo que hicimos en 1967”

“Estamos en una situación política en la que no podemos hacer lo que hicimos en 1967” por lo que los dos hombres acordaron que Israel centraría su contraataque en Siria. Si la delgada línea de Israel en los Altos del Golán colapsara, los sirios podrían estar dentro de Israel en un día. Es poco probable que un ejército egipcio que intenta cruzar el Sinaí, fuera de la protección de sus SAM, llegue a la frontera israelí -Abraham Rabinovich, ‘The Yom Kippur War’-.

'Allahu Akbar'

Sin embargo, a las 14:00, y no por la noche como habían previsto los israelíes ya de urgencia, se produjo el ataque coordina de Siria y Egipto en los Altos del Golán y la Península del Sinaí respectivamente que tuvieron éxito. “Quince minutos después del inicio del bombardeo, 4.000 comandos y soldados de infantería que componían la primera ola se deslizaron hasta el borde del agua a lo largo del canal donde los esperaban 720 botes de goma y de madera.Protegidos por proyectiles de humo, comenzaron a cruzar el canal, algunos remando, otros propulsados por motores fuera de borda, al canto de "Allahu Akbar" (Dios es grande). El general Shazly había dispuesto que se instalaran altavoces en los puntos de cruce, transmitiendo repetidamente el antiguo grito de guerra, que fue recogido por los soldados”, -‘The Yom Kippur War’-.

Los árabes penetraron con facilidad toda la línea de defensa israelí, que se desmoronó totalmente. Al igual que ha ocurrido ahora con los HIMARS de EEUU en poder de Ucrania, -High Mobility Artillery Rocket Syste- cruciales para la contraofensiva, en 1973 los israelíes también subestimaron el armamento de los egipcios, para lo que ayudaron sus servicios de inteligencia.

HIMARS

Por el contrario el Mossad no interpretó la capacidad tanto de Siria como de Egipto en cuanto a los misiles antiaéreos y armas guiadas por radas como los SAM-6 o la SZ4-23-4. Rusia no contaba su por su parte con los HIMARS de Ucrania. Así, a la sorpresa sobre la capacidad tecnológica de los árabes, se añadió la enorme cantidad de estas armas de las que disponían. Israel, en cambio, no contaba con ninguna ‘sorpresa’ defensiva y lo habían fiado todo de alguna forma a su superioridad aérea.

Una de las mayores lecciones del ataque sorpresa de Egipto y Siria y quizás la mayor razón para que fuera totalmente inesperado, fue que en Israel no concebían que se pudiera lanzar una guerra sin la idea de poder ganarla. Pero Egipto y Siria dejaron claro que merecía el coste, como quizás ahora Ucrania frente a un rival que dispone finalmente de un armamento nuclear que puede arrasarles. La sensación de que una invasión -en un contexto totalmente distinto al conflicto arabe-israelí- no puede ser sino contestada con todos los medios al alcance. La sorpresa es inevitable ¿Ucrania se iba a dejar invadir? La cuestión es dónde y cuándo atacarán de nuevo mientras cuentan con un contexto político que les beneficia, porque al igual que Israel ataco primero, su enemigo, Rusia lo hizo en febrero de este año.

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