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Dejadnos soñar con ser nosotros también ministros
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MALA FAMA

Dejadnos soñar con ser nosotros también ministros

La meritocracia sufre un ataque coordinado de gente que, casualmente, no tiene ningún mérito

Foto: Una cuadrilla de obreros trabaja en un edificio del centro de Madrid. (EFE/Mariscal)
Una cuadrilla de obreros trabaja en un edificio del centro de Madrid. (EFE/Mariscal)

La madre de uno de ellos había sido ministra en un Gobierno del PSOE. El padre de otro había sido presidente de la Asamblea de Madrid. El padre de otro era vicerrector. Había también, entre sus padres, alto funcionariado, subdirectores de Hacienda, dueños de 'emporios farmacéuticos', un antiguo secretario general de AP (PP). Alguno había heredado de su abuelo un millón de euros y 15 inmuebles. Después de haber pasado por el Liceo Italiano, el Liceo Francés o el Colegio Estudio, y de completar posgrados en Berkeley, un día se juntaron y crearon el partido de la gente: Podemos.

El partido de la gente fue bien. No les gustaba Telepizza, pero iba bien. Lograron cinco eurodiputados, y cada eurodiputado nombró asesores entre sus amigos y amigas. Luego consiguieron entrar en el Congreso y cada cual fue nombrando asesores entre sus amigos y amigas. Como eran jóvenes, y muy sexis, había mucho rock and roll y se cambiaba a menudo de pareja. Cuando se cambiaba de pareja, cambiaba España. La exnovia del líder pasó de primera fila en el Congreso a ocupar un escaño detrás de una columna. Como eran jóvenes, y volátiles, las amistades también cambiaban. Y cuando cambiaban de amigos, nuevamente, cambiaba España. El portavoz de Podemos, hasta entonces mejor amigo del líder, perdió su puesto, que fue a parar a la nueva novia del líder.

placeholder Rafa Mayoral, Pablo Iglesias, Irene Montero, Diego Cañamero, Pablo Echenique, Sofía Fernandez e Íñigo Errejón, en Vistalegre II, en 2017. (EFE/Chema Moya)
Rafa Mayoral, Pablo Iglesias, Irene Montero, Diego Cañamero, Pablo Echenique, Sofía Fernandez e Íñigo Errejón, en Vistalegre II, en 2017. (EFE/Chema Moya)

Tocaron el cielo con un Gobierno de coalición. Recibieron cinco ministerios. No porque hubiera cinco carteras especialmente idóneas para ellos, sino porque había cinco personas que querían ser todas ministros, y los ministerios, a fin de cuentas, se inventan. Una era la novia del líder, que sonó para ministra de Sanidad, pero al final fue ministra de Igualdad. Ya saben: en España cualquiera puede ser ministro de cualquier cosa. Ya ministros de cualquier cosa, nombraron a todos sus amigos, amantes, novios, novias y exnovios secretarios de Estado, asesores o niñeras.

Después de todo esto, y de infinitas purgas, la secretaria de Organización de Podemos, hija de uno de los fundadores ideológicos del propio partido, con estudios en la Sorbona, y estando ya en mayo de 2022, dijo en una charla pública (resumen): "No existe la meritocracia. El esfuerzo no sirve de nada. Solo importa quiénes son tus padres y quiénes son tus amigos".

Hasta ese momento, ni se nos había pasado por la cabeza.

Mérito y talento

Las palabras corresponden a Lilith Verstrynge, y tienen ese punto de obscenidad que no puede reconocer quien habita mansamente el privilegio. Son también una obviedad pésimamente articulada. Lilith Verstrynge debía haber dicho esto: “Hola, soy Lilith, hija de Jorge Verstrynge, ex secretario general de AP y fundador de Podemos, donde yo soy secretaria de Organización. Con esto quiero decir que no creo que una chica cuyos padres sean mozo de almacén y peluquera tenga ninguna oportunidad de llegar a secretaria de Organización de Podemos. Buenos días”.

placeholder La secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge. (EFE/Jorge Zapata)
La secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge. (EFE/Jorge Zapata)

Pero no dijo eso. Dijo algo que la colocaba, para los muchos (no lo duden) que no saben absolutamente nada del origen de Lilith, justo en primera línea de la lucha social, mano a mano, sí, con la hija del mozo de almacén y la peluquera. El partido de la gente, o sea.

A Podemos, el partido de la gente, no lo hubiera votado nadie si desde el primer día hubiéramos sabido quiénes eran de verdad sus miembros. Porque, lo que es disfrazarse de gente, se disfrazaron muy bien.

Podemos tenía que haberse denominado 'el partido de los hijos de las élites', y ver qué pasaba. Incluso 'el partido de los hijos de las élites que va a salvar a la gente'. A lo mejor ahí hasta les hubiéramos votado también.

Podemos tenía que haberse denominado 'el partido de los hijos de las élites', y ver qué pasaba

La idea, en fin, terminal de Podemos es que si tus padres, tu barrio, tu universidad no son de alta alcurnia, prestigiosos, muy conectados, no vas a llegar a nada, por lo que lo mejor es no intentarlo siquiera, votarles a ellos y esperar entre 10 años y un siglo a que acaben de enchufar a todos sus amigos y amantes y, luego, después de estudiarlo con mimo, crearán mágicamente una sociedad donde haya (redoble) 'igualdad de oportunidades total'. Mientras este paraíso de la 'igualdad de oportunidades total' llega, bajen los brazos, pobres del mundo, y púdranse.

Como Lilith Verstrynge no ha conseguido nada en la vida que no crea vinculado a su origen social, no cree que tú puedas conseguir nada en la vida con tu origen social de mierda.

Da un dato, Lilith, Podemos, los voceadores de esta buena nueva pésima, que son muchos en los últimos años. Dicen que, de las 100 grandes fortunas de España, alrededor de 70 son heredadas. ¿Y?

Foto: Oficina de Empleo. (iStock) Opinión

La meritocracia no consiste en situar a tu familia entre las 100 primeras fortunas de España; consiste en sacarla de entre las 100 más pobres.

La meritocracia es un ideal según el cual todos veríamos siempre reconocidos aquilatadamente nuestro esfuerzo y nuestros logros. La igualdad de oportunidades es otro ideal, y en él se eliminarían las ventajas que unos tienen sobre otros en la persecución de un objetivo, normalmente relacionado con la retribución (trabajo) o el honor (premios).

Meritocracia e igualdad

Yo creo que la meritocracia y la igualdad de oportunidades son excluyentes. Donde hay mérito, no hay igualdad de oportunidades. Subo la apuesta: yo creo que la meritocracia es lo único que tienen los pobres y la igualdad de oportunidades, lo propio de los ricos. Así, decirles a los pobres que no se esfuercen, porque va a dar igual, amén de cínico, es triunfalmente reaccionario. Lilith Verstrynge y Podemos no quieren que un chaval de Pan Bendito llegue a diputado. A diputado solo pueden llegar ellos.

Decirles a los pobres que no se esfuercen, que va a dar igual, es cínico y triunfalmente reaccionario

Lo cierto es que el esfuerzo y el mérito sí funcionan, como sabemos todos. Del mismo modo que sabemos todos que los hijos de un expresidente del Gobierno, de un banquero o del más rico del pueblo van a tenerlo siempre más fácil.

El mérito no es hacer algo bien; el mérito es superar dificultades. Donde no hay dificultades, solo hay talento. En una sociedad (imposible) milimétricamente diseñada desde la igualdad de oportunidades, nadie tendría ningún mérito. Veríamos de forma natural quién tiene más talento que otro.

Philip Roth tomó prestadas unas palabras del boxeador Joe Louis para resumir sus 60 años escribiendo novelas: “Hice lo que pude con lo que tenía”. Lo que tienes no lo puedes cambiar; pero siempre puedes hacer algo hermoso con ello.

Foto: Carlos Gil Hernández. (Foto cedida)

Recordemos que mucha gente al final hace algo hermoso: conseguir lo que desea teniéndolo todo en contra. Y eso que desea no es estar entre las 100 primeras fortunas del país, ni tan siquiera ser rico o ser ministro; a veces desea simplemente ser escritor, ser periodista, ser maestro. O, dicho más crudamente: desclasarse.

Recordemos que mucha gente pobre no consigue nada en la vida. Pero recordemos también que mucha gente rica tampoco consigue nada en la vida. ¿Qué ha conseguido, en verdad, Lilith Verstrynge?

Lilith cree que tiene ventaja por ser hija de, pero es al revés. Ella nunca sabrá lo hermoso que es conseguir apenas nada. Ser el primer licenciado de tu familia (mi caso), cambiar el pisucho de joven pareja por la casa en propiedad de la pareja ya en la mediana edad y con hijos, ir a Madrid desde lo más profundo de la provincia y acabar una ingeniería y encontrar trabajo en una gran firma del sector… Poca cosa, sí.

Pero esa poca cosa, amigos, es lo que este discurso miserable intenta arrebatarnos: hasta el más mínimo orgullo.

La madre de uno de ellos había sido ministra en un Gobierno del PSOE. El padre de otro había sido presidente de la Asamblea de Madrid. El padre de otro era vicerrector. Había también, entre sus padres, alto funcionariado, subdirectores de Hacienda, dueños de 'emporios farmacéuticos', un antiguo secretario general de AP (PP). Alguno había heredado de su abuelo un millón de euros y 15 inmuebles. Después de haber pasado por el Liceo Italiano, el Liceo Francés o el Colegio Estudio, y de completar posgrados en Berkeley, un día se juntaron y crearon el partido de la gente: Podemos.

Jorge Verstrynge PSOE Partido Popular (PP)
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