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Unidas Podemos ata las carteras de Igualdad y Trabajo y descarta Vivienda y Sanidad
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Unidas Podemos ata las carteras de Igualdad y Trabajo y descarta Vivienda y Sanidad

Entre las limitaciones que está asumiendo Pablo Iglesias, se incluyen medidas sobre vivienda —control del precio de los alquileres— y sobre energía —creación de una empresa pública eléctrica—

Foto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, tras la firma del preacuerdo para el Gobierno de coalición. (Reuters)
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, tras la firma del preacuerdo para el Gobierno de coalición. (Reuters)

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias siguen negociando en persona el desarrollo de un gobierno de coalición progresista entre PSOE y Unidas Podemos, que apenas variaría su actual estructura, más allá de que serán tres las vicepresidencias y posiblemente se cree una nueva cartera desgajada de Trabajo para Seguridad Social y otra de Igualdad que se integre en Presidencia. Los ministerios morados, además de la vicepresidencia social que ostentará Pablo Iglesias, serían un total de tres con compartimentos estancos —sin mezclarse cargos de ambos partidos en distintos niveles de responsabilidad de la Administración—. Los ministerios de Igualdad, con Irene Montero como favorita para dirigirlo y confirmada dentro del Ejecutivo, y Trabajo, con la tríada que conforman Yolanda Díaz, Alberto Garzón y Héctor Illueca apareciendo en todas las quinielas, se consideran atados. Por otro lado, se descartan los de Vivienda o Sanidad. Ambos los ofreció ya el PSOE en las fallidas negociaciones del pasado mes de julio.

Unidas Podemos siempre mostró su interés en las materias de igualdad y feminismos para seguir avanzando en los derechos de las mujeres y frenar la ola reaccionaria que trata de encabezar Vox, así como en las competencias relacionadas con el empleo. También lo ha hecho con las relacionadas con vivienda, sin embargo, la resistencia de los socialistas a implementar en el programa de gobierno medidas encaminadas a intervenir el mercado, principalmente el control de los precios del alquiler en las zonas tensionadas, ha hecho que se descarte tener esta cartera, que seguiría dependiendo del Ministerio de Fomento, dirigido por José Luis Ábalos.

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Según fuentes cercanas a las negociaciones, entre las limitaciones que está asumiendo Podemos se incluyen tanto las que tienen que ver con vivienda como las energéticas, dando por hecho que no podrán sacar adelante una de sus medidas estrella, encaminada a bajar el precio de la luz: la creación de una empresa pública eléctrica. El Ministerio para la Transición Ecológica, por tanto, seguirá bajo la batuta de la socialista Teresa Ribera.

Sánchez e Iglesias tienen ya perfilada la estructura de gobierno con el reparto de carteras, y ahora se centran en definir las competencias de cada una y el organigrama que depende de ellas —número de secretarías de Estado, subsecretarías, direcciones generales, etc.—, además de detallar sus respectivas acciones de gobierno. Es por ello que son varias las reuniones agendadas, manteniendo siempre la máxima discreción. Un empeño en el que se han conjurado Sánchez e Iglesias para evitar que la discusión pública pueda hacer descarrilar el acuerdo, así como para despejar las posibles presiones de los poderes fácticos.

El pacto presupuestario que Iglesias y Sánchez cerraron en octubre del pasado año será la base del programa de gobierno, con algunas de las renuncias antes indicadas. En esta línea, una de sus principales banderas será la subida progresiva del salario mínimo interprofesional (SMI) para que al final de la legislatura se sitúe en el 60% del salario medio —alrededor de 1.200 euros—. Objetivo prioritario, por tanto, para un ministerio que recaería en Podemos. Otros objetivos que se están discutiendo con base en aquel primer acuerdo que supuso el primer gran consenso entre socialistas y morados son un aumento significativo de las ayudas a la dependencia; el apoyo a la ley de violencias sexuales propuesta por Podemos; mejorar las becas y reducir las tasas universitarias; desarrollar el modelo de transición energética, o la recuperación del subsidio por desempleo para mayores de 52 años.

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La fiscalidad progresiva será uno de los pilares del acuerdo para financiar políticas sociales que refuercen el Estado de bienestar, incluyendo una subida del impuesto de sociedades y la creación de algún nuevo tributo, que según lo que se está poniendo sobre la mesa podría materializarse en un impuesto de patrimonio a las grandes fortunas o la denominada tasa Google a las grandes tecnológicas, así como un mayor control sobre sicavs y socimis.

Los máximos responsables de PSOE y Unidas Podemos orientan ahora sus negociaciones tratando de dejar atrás "esquemas pasados" que produjeron choques por el reparto competencial, por lo que buscan aunar la voluntad de ambas partes. Si bien la voluntad de ambos pasa por acabar de definir el acuerdo "cuanto antes", las mismas fuentes cercanas a las negociaciones indican que no se han marcado un 'deadline' para la investidura, y aunque su preferencia es arrancar el año con nuevo Ejecutivo, lo primordial es garantizarse los apoyos necesarios para que salga adelante. En este sentido, la última palabra en el 'timing' recae sobre ERC, cuya abstención es imprescindible para el éxito de la investidura.

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias, antes de participar en la charla de la Unión de Estudiantes Progresistas en la UCM. (EFE)

Si la estructura del Consejo de Ministros del que será el primer gobierno de coalición desde la llegada de la democracia apenas variará, la mayoría de ministros de Sánchez también se mantendrá en sus cargos. Los únicos nombres que peligrarían serían los de Luisa Carcedo (Sanidad), Magdalena Valerio (Trabajo) y Pedro Duque (Ciencia), y no necesariamente porque ostenten carteras que recaerían en Podemos. Respecto a la cartera de Duque, Podemos sí puso como objetivo las competencias de universidades, pero en menor medida las de ciencia. De hecho, en el pacto presupuestario, los de Podemos ya se centraron en arrancar una medida orientada a reducir las tasas universitarias a los niveles previos a la crisis y derogar, vía Presupuestos Generales del Estado, los recortes en educación.

En el segundo escalafón del Ejecutivo, la integración del secretario general de Podemos en la sala de máquinas del poder apunta a la creación de otras dos vicepresidencias. Una económica, en manos de Nadia Calviño, y otra política, que seguiría manteniendo Carmen Calvo, cuya continuidad se da por descontada en la cúpula del PSOE, aunque en el núcleo que lleva las riendas de las conversaciones no se confirman ni ese ni ningún otro nombre.

Cambio de paradigma

Este mismo jueves, Pablo Iglesias marcaba oficialmente un antes y un después, pasando del rupturismo al posibilismo de gobierno. En su primera intervención pública desde que firmó con Pedro Sánchez el preacuerdo para el Gobierno de coalición progresista hace 10 días, Iglesias realizó una adhesión explícita a la Constitución y avanzó que su tarea de gobierno si sale adelante la investidura será "enfrentar el crecimiento de la extrema derecha" en España fortaleciendo el Estado de bienestar.

En el marco de unas jornadas promovidas por la Unión de Estudiantes Progresistas en la Facultad de Derecho de la UCM, donde Iglesias estudió, el líder de Unidas Podemos defendió que "la Constitución del 78, con todos sus defectos, contiene artículos que son la mejor vacuna para defender a las mayorías sociales del auge de la extrema derecha". Reconocía así que a su formación, que nació precisamente impugnando el denominado 'régimen del 78' y proponiendo un proceso constituyente, le hubiese costado asumir estas posiciones hasta no hace mucho. "Ahora, sin embargo, tenemos la sensación de que cuando hay un reforzamiento de las fuerzas reaccionarias" no es el momento del rupturismo sino del posibilismo. Un posibilismo, añadió, que se debe a la nueva correlación de fuerzas, no solo en el Congreso sino también en el hipotético Ejecutivo de coalición, donde Podemos tendrá "una fuerza modesta", al estar en minoría.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias siguen negociando en persona el desarrollo de un gobierno de coalición progresista entre PSOE y Unidas Podemos, que apenas variaría su actual estructura, más allá de que serán tres las vicepresidencias y posiblemente se cree una nueva cartera desgajada de Trabajo para Seguridad Social y otra de Igualdad que se integre en Presidencia. Los ministerios morados, además de la vicepresidencia social que ostentará Pablo Iglesias, serían un total de tres con compartimentos estancos —sin mezclarse cargos de ambos partidos en distintos niveles de responsabilidad de la Administración—. Los ministerios de Igualdad, con Irene Montero como favorita para dirigirlo y confirmada dentro del Ejecutivo, y Trabajo, con la tríada que conforman Yolanda Díaz, Alberto Garzón y Héctor Illueca apareciendo en todas las quinielas, se consideran atados. Por otro lado, se descartan los de Vivienda o Sanidad. Ambos los ofreció ya el PSOE en las fallidas negociaciones del pasado mes de julio.

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