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Ande yo caliente y ríase la gente: la guía definitiva para comprar tu abrigo
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Ande yo caliente y ríase la gente: la guía definitiva para comprar tu abrigo

Con este análisis estadístico y detallado sobre los mejores abrigos, pasar frío ya no te impedirá salir a la calle este invierno

Foto: Una mujer mira un escaparate. (Europa Press/Rocío Ruz)
Una mujer mira un escaparate. (Europa Press/Rocío Ruz)
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Las cenas, los regalos y los mazapanes no son lo único que caracteriza esta época navideña. El frío ha llegado definitivamente a la mayor parte del país y las heladas nocturnas han hecho descender las temperaturas, dejando varias provincias en alerta por temperaturas negativas, según la Aemet.

Saber protegerte de las bajas temperaturas es importante para no sentir un frío propio de la Antártida allá donde estés pasando estos días. Es por esto que debemos prestar mucha atención a lo que nos ponemos y a los materiales con que se fabrican nuestras prendas de ropa: todo con el fin de evitar comprar un abrigo que no abrigue. Esta es también la principal motivación de esta guía para encontrar la prenda perfecta para cada persona dentro de las marcas más comunes y accesibles del mercado.

“Lo más importante es tener una materia prima de calidad”, opina José Luis Serrano, CEO de Pedro Gómez, empresa especializada en ropa de montañismo. Ahora bien, ¿qué elementos son claves para elegir el abrigo de invierno perfecto?

En resumen, todo se reduce a dos cosas: las lanas y las plumas. Para Raúl Escudero, gerente de la empresa zamorana Marae, especializada en la confección de abrigos de lana, las “materias naturales” son siempre las mejores, aunque el repertorio de tejidos que encontramos entre las marcas más convencionales es mucho más amplio.

Las lanas

Un abrigo de lana es la prenda perfecta para una mañana de domingo al sol, para un vermú con las amigas, para una tarde en el teatro, para lucirlo y para disfrutarlo. Sin embargo, no es lo más acertado para actividades deportivas o que requieran esfuerzo, especialmente si vamos a pasar frío. Para Escudero, habría que dejar este material a un lado si vamos a enfrentarnos a temperaturas inferiores a los cinco grados. No obstante, sí que tienen “mucho rango” y resultan bastante ponibles “hasta los 20 grados”, aclara el experto.

Otro aspecto a tener en cuenta, si nos decantamos por las fibras naturales, es que sean precisamente eso: naturales. Esto quiere decir que cuanto mayor sea el porcentaje de lana pura que veamos en la composición, mayor será la calidad. Obviamente, una lana merina o una alpaca serán mejores que otras de rango más bajo, pero cuanto menos mezcladas con otros componentes estén, mucho mejor.

¿Cuáles son estos otros materiales? Principalmente, derivados de plásticos como el poliéster o la poliamida. No son los malos de la película, pero sí que empobrecen considerablemente la calidad de la prenda. Marta y Ángel Coloma, gerentes de la empresa de textiles alicantina Garbantex, explican el uso de estos materiales como una forma de “abaratar costes”: “El poliéster se mezcla, sobre todo con la lana, para reforzarla, para poder hacer construcciones más duras (...). Una fibra sintética tiene un precio más económico y se puede mezclar con una fibra natural mucho más alta para crear un artículo medio”.

En la muestra analizada, a partir de la información publicada sobre los abrigos en venta en las páginas web de una selección de marcas, el poliéster domina el terreno, bien en solitario o acompañado de la lana. Su fácil producción, su precio y su resistencia lo hacen muy atractivo para las marcas más accesibles. Es por esto que, en la base del gráfico, se aprecian varios productos de Primark (la reina del fast fashion) o H&M, con porcentajes de poliéster en su composición superiores a otras marcas. Sin embargo, también encontramos productos en su línea con más del 50% de lana y por un precio ligeramente superior.

En el caso de Massimo Dutti, es más habitual que la mezcla de sus prendas se haga con otro derivado del petróleo: la poliamida. Este primo bueno del poliéster ofrece un tacto mucho más suave, presenta una mayor durabilidad y tiene una mayor resistencia al agua, lo que, como no puede ser de otra forma, implica un mayor precio.

Foto: Varios maniquíes, en una tienda de ropa. (Europa Press/David Zorrakino)

También es cierto que la lana, ya de por sí, ofrece un alto nivel de resistencia al agua. "Sí que le puede llover encima, aunque si le cae un chorro muy grande encima, pues [el agua] se va a colar", expresa Escudero. En Garbantex, optan por aplicar en ocasiones un water repellent o repelente contra el agua, por si se diera una situación más extrema de lo normal.

En muchos abrigos de Mango, las etiquetas presentan más cantidad de compuestos distintos, pero en dosis más pequeñas, como si de la etiqueta de un medicamento se tratase. Esto se debe, tal y como explica Marta Coloma, a que muchas veces esos materiales (sobre todo en las prendas que se fabrican en Asia) ya tienen un pequeño porcentaje de fibras de uno u otro origen en el hilo con que se confeccionan los tejidos.

Los plumíferos

Aunque todos tengamos uno guardado en el armario, hablar de un buen plumas son ya palabras mayores, y no son tan económicos. Baste un ejemplo para entenderlo: para salir en Nochevieja en Córdoba, puede bastar con un abrigo de lana. Pero si decides que quieres comerte las uvas al lado del London Eye, chirimiri incluido, opta mejor por un plumífero.

Su composición es un poco más compleja, ya que algunos tienen más piezas que un Playmobil. De todas formas, nos quedamos con las tres principales: la cubierta, el relleno y el forro.

Para el caso de la cubierta de los plumíferos, el plástico es nuestro aliado, ya que nos tapará de los elementos y es mucho más resistente que cualquier otro material. Eso sí, “dentro del nailon y el poliéster, hay calidades”, apunta Serrano. Para él, un tejido técnico (así es como se denominan estas confecciones que salvan del agua y de otros elementos, como el fuego) “es mejor cuanto mayor gramaje tenga, ya que aumenta la resistencia”. Sin embargo, para un ojo inexperto, es difícil determinar si un abrigo tiene más o menos fibras en su composición.

En este caso, lo más recomendable es usar el tacto: un abrigo de mayor calidad tiene más fibras, lo que confiere al tejido un aspecto más homogéneo y suave que los de peor calidad, en los que casi puede notarse el entrelazado de los hilos.

Si bien derivados del petróleo como el poliéster o el nailon son fundamentales para los exteriores o los forros de los plumíferos, tenemos que huir de ellos a la hora de encontrar un buen relleno. ¿Una guata de poliéster no es buena? Pues sí que lo es, pero, tal y como expresa Serrano, no deja de ser un plástico: “Un relleno de poliéster no va a transpirar. Lo que sí va a pasar es que vas a empezar a sudar y se te va a empapar el cuerpo”.

Por tanto, para el relleno, el plumón y la pluma deben ser tu prioridad: “La pluma nunca va a hacer que entres en calor, pero sí va a conseguir que mantengas una temperatura corporal constante (...). El plumón va a filtrar el aire, a fin de cuentas, para que no te llegue”, señala.

En los abrigos estudiados para este artículo, el poliéster reina sobre cualquier otro tejido en general, pero lo hace con más fuerza en proveedores especializados en ropa deportiva, como Decathlon. Al igual que ocurre con la poliamida, con un precio y calidad superiores. El nailon, por el contrario, está presente en un 42,4% de las prendas de Uniqlo, la firma japonesa que quiere “que todo el mundo tenga acceso a prendas sencillas y con un buen diseño”.

Otros aspectos a tener en cuenta

La estafa de lo sostenible. De las prendas analizadas, gran parte contaba con elementos reciclados, como lana o poliéster, lo que les otorga el apelativo de sostenibles. Pero Coloma y Escudero coinciden en que la moda sostenible "es un sinsentido". Para Coloma, se trata de una “bajada de calidad” debido al reprocesado y triturado que se tiene que hacer de las materias primas para poder volver a emplearlas. El empresario expresa que “eso solo es sostenible hasta cierto punto”, ya que con los materiales reutilizados se creará de nuevo una prenda de usar y tirar. "La verdadera sostenibilidad es que una prenda te dure cinco años o más", reivindica Escudero.

Foto: Una etiqueta de Conscious en unos pantalones de H&M que ya no podrán anunciarse así en Europa. (Reuters/Shannon Stapleton)

El cambio climático. Desde Garbantex reconocen que "han notado muchísimo" las consecuencias de que en invierno las temperaturas sean cada vez más altas. Pero esto no ha provocado que vendan menos tejidos gruesos, sino que necesiten proveer dos grosores distintos: uno para “prendas más livianas” y otro, “el de siempre”.

Puede haber hilo y no (buena) puntada. Escudero considera que una de las cosas más importantes a la hora de que una prenda quede perfecta es un “exhaustivo control de calidad”. En ocasiones, “hay empresas que han utilizado tejidos buenos, pero se han equivocado con una u otra cosa en el patronaje o la máquina de coser y te acabas encontrando con costuras que se abren”.

La moda es muy subjetiva. Hay quien prefiere la calidad a la cantidad y hay a quien le ocurre al contrario. Hay quien no puede permitirse un abrigo de calidad y se tiene que conformar con el que se adapta más a su bolsillo. Sea como sea, nuevo o de segunda mano, de tu madre o tu abuela, ya no tienes excusa para pasar frío este invierno.

Metodología

Para obtener los datos, se hizo un scrapeo de las páginas de las marcas seleccionadas con Python, para posteriormente analizarlo con el mismo lenguaje. Los abrigos de Zara, Mango, H&M, Massimo Dutti y Primark solo no incluyen plumíferos, mientras los de Decathlon y JS solo pertenecen a este tipo. Los abrigos de Uniqlo sí que cuentan con artículos de las dos categorías

Las cenas, los regalos y los mazapanes no son lo único que caracteriza esta época navideña. El frío ha llegado definitivamente a la mayor parte del país y las heladas nocturnas han hecho descender las temperaturas, dejando varias provincias en alerta por temperaturas negativas, según la Aemet.

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