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Fundadores de Knitters

Vuelve la moda de tejer: así está llegando la lana española hasta los jóvenes de Tokio y EEUU

Hacia un futuro mejor

Tomás Muñoz

We Are Knitters vende kits con agujas, lana y patrón en todo el mundo. Ya factura 15 millones y está a punto de abrir su primera tienda física en Madrid

El espíritu emprendedor de Pepita Marín y Alberto Bravo despertó cuando viajaron a Nueva York hace más de una década y descubrieron que allí era tendencia una tradición casi olvidada en España: tejer. Pero no se trataba de una actividad que solo practicasen las abuelas, sino que numerosos jóvenes lo utilizaban para relajar la mente. Desde tiendas con lanas de colores llamativas, hasta cafeterías repletas de gente tejiendo o ‘hipsters’ confeccionando su propia ropa en el metro. Estaba por todas partes. “Aquí está sucediendo algo gordo”, pensaron entonces; y, poco después, presentaron a un concurso universitario su idea de venta ‘online’ de kits de ovillos de lana. El jurado reconoció su propuesta y recibieron 10.000 euros para arrancar el proyecto. Hoy, facturan más de 15 millones.

We Are Knitters (Wak) es el nombre de la compañía que fundaron Pepita y Alberto —literalmente en inglés: somos tejedores— y su leitmotiv es “vender kits de ‘háztelo tú mismo’ que incluyen la lana, las agujas y el patrón”, explican. Además, “tenemos videotutoriales para aquellas personas que no tienen ni idea de cómo empezar, pero también para los que quieren perfeccionar su técnica”, aclaran. Entre las propuestas que ofrecen, sus más de 300.000 clientes anuales no solo encuentran opciones para tejer lana, además tienen a su disposición otros tejidos como el macramé y técnicas como el croché.

Pese a que la empresa ya gozaba de una posición cómoda, el confinamiento provocado por la pandemia supuso un impulso inesperado: “Tuvimos suerte porque nuestra propuesta era íntegramente ‘online’ y se trata de una actividad muy casera”, aseguran los fundadores. No obstante, reconocen que realmente su caso “no es un buen ejemplo a seguir para los emprendedores que creen en los milagros”, ya que su crecimiento fue muy paulatino y es una historia que se ha desarrollado a lo largo de más de una década, con algunos momentos puntuales de crecimiento.

Actualmente, el equipo de We Are Knitters lo conforman 35 personas y próximamente darán el salto al formato físico con la apertura de su primera tienda en Madrid. Una de las claves para alcanzar este crecimiento sostenido en el tiempo ha sido su capacidad “para detectar tendencias”. Ambos subrayan que, “más allá de ser diseñadores de moda”, se consideran buenos ojeadores: “Vemos lo que se lleva cada año y lo ponemos a disposición de nuestros clientes en forma de kit”.

De Madrid a Los Ángeles, Berlín y Tokio

“Cuando lanzamos la empresa, nuestro público objetivo eran chicas con edades comprendidas entre los 25 y los 35 años. Con el tiempo, los usuarios comenzaron a ser de todo tipo, en algunos casos de una edad superior y en otros incluso más jóvenes”, admiten. Pero, a la vez, “las señoras mayores” se han colado entre sus clientes y se han apuntado a la moda de la ‘lanaterapia’.

El equipo lo conforman 35 personas y próximamente darán el salto al formato físico con la apertura de su primera tienda en Madrid

Precisamente, las redes sociales han jugado un papel decisivo en la configuración de la comunidad internacional de tejedores que se agrupa en torno a la empresa. “Antiguamente las señoras creaban su pequeña comunidad alrededor de esta actividad y se reunían uno o dos días por semana para tejer juntas. Nosotros hemos hecho lo mismo, pero a escala global”, sostienen. “En nuestras redes sociales hay miles de seguidores de Madrid, Los Ángeles, Berlín o Tokio que utilizan nuestro ‘hashtag’ #WeAreKniters para compartir sus creaciones o enseñar trucos”. Pepita y Alberto señalan que, en ocasiones, algún ‘follower’ “crea un nuevo diseño, lo comercializamos con su nombre y recibe un porcentaje como colaborador”.

Para llegar hasta los diferentes rincones del mundo, la empresa ha requerido de financiación externa: “Llegamos a un punto en el que manejábamos un importante flujo de dinero, sin llegar a ser completamente rentables. Entonces, en nuestro caso, nos apoyamos en Banco Santander, que comenzó a apostar enseguida por nosotros”.

Para Wak existen todavía dos retos. “Por un lado, estamos trabajando intensamente para ser más sostenibles si cabe. Nuestros tejidos son 100% ecológicos, hemos cambiado todo nuestro empaquetamiento y tendemos hacia el ‘plastic free’, entre otras iniciativas”. Por otra parte, tienen marcado en el mapa un país que aún se les resiste: “Tenemos el enorme desafío de desembarcar en Noruega”. Pese a que el 95% de los ‘knitters’ se encuentra fuera de España —con Estados Unidos como principal destino, pero con gran presencia en Francia o Alemania—, el país nórdico resulta atractivo porque “es donde más lana se consume del mundo y, además, el 99% de la población sabe tejer. Lo llevan en su ADN, es una tradición muy arraigada”, concluyen.

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