ESPOLEADO POR FAINÉ
Pallete encarga a McKinsey un nuevo plan estratégico para levantar Telefónica en bolsa
La operadora prepara una hoja de ruta para el próximo trienio después de que la transformación llevada a cabo desde 2019 no haya tenido el impacto esperado en el mercado
Telefónica ha iniciado los trabajos internos para definir la nueva hoja de ruta 2023-2025, con la que José María Álvarez-Pallete quiere convencer a los inversores del futuro de la operadora. El presidente del grupo de telecomunicaciones ha contratado los servicios de la consultora estadounidense McKinsey para dibujar una nueva estrategia tres años después del lanzamiento del último plan rupturista que, sin embargo, no ha tenido el impacto esperado en la cotización, pese a la reducción de la deuda y la vuelta al pago del dividendo en efectivo.
Según han confirmado fuentes internas, la comisión delegada de Telefónica ha comenzado a evaluar el lanzamiento del plan estratégico 2023-2026, que Pallete quiere tener preparado en las próximas semanas para que sea valorado por el consejo de administración. El calendario inicial es que el órgano de gobierno de la operadora lo valide a finales de noviembre, por lo que la definición del proyecto está ya en fase avanzada, según las mismas fuentes.
Para esta nueva guía, Pallete se ha apoyado en McKinsey, consultor habitual de Telefónica. En concreto, en Alejandro Beltrán, presidente de la sucursal española de la compañía estadounidense, y en Duarte Braga, el socio director del área de Telecomunicaciones, que está asesorando al grupo español en las tendencias del mercado y la visión global de un sector sometido a unas normas de supervisión del siglo pasado, según ha denunciado Pallete en repetidas ocasiones. Mientras tanto, se lamenta el ejecutivo, sus grandes rivales se benefician de la millonaria inversión en redes realizada por las operadoras tradicionales.
Unas quejas que Telefónica y el resto de actores internacionales han elevado a la Comisión Europea y que las penaliza en bolsa. La cotización de la española ha caído un 37%, frente al descenso del 18% del Ibex 35, desde el lanzamiento de su anterior hoja de ruta, en noviembre de 2010. En este periodo, el Euro Stoxx Telecom ha bajado un 16%, mientras compañías como Vodafone y Orange, sus dos grandes competidores en España, han cedido cerca de un 25%.
El mercado no ha premiado lo que Pallete definió como "una nueva Telefónica. Una Telefónica preparada para los próximos 100 años. Una Telefónica comprometida con hacer nuestro mundo más humano y más sostenible. Una Telefónica con el propósito de generar valor para todos sus grupos de interés y la sociedad a largo plazo, creando relaciones de confianza, con crecimiento y eficiencia".
Ese plan tenía cinco decisiones estratégicas: foco en España, Brasil, Reino Unido y Alemania como mercados clave; creación de Telefónica Tech; constitución de Telefónica Infra; el 'spin-off' o segregación operativa de Hispanoamérica, y la redefinición del centro corporativo. Unos catalizadores que tenían como objetivo de fondo llevar a cabo operaciones corporativas para reducir la deuda desde los 37.700 millones, a 31 de diciembre de 2019, hasta los 28.800 millones, de junio de 2022.
Un adelgazamiento gracias a las ventas de los negocios de infraestructuras, como Telxius, por más de 7.000 millones, y la fibra rural en España, o la salida de varios países centroamericanos, como Panamá, Nicaragua, Guatemala y Costa Rica. Sin embargo, la compañía no consiguió dar entrada a un socio que tomase una participación global en el 'holding', por lo que se ha quedado en países como México, Perú y Colombia, de los que le hubiera gustado salir total o parcialmente.
Unas desinversiones que, junto con la fusión con Virgin en Reino Unido, la operación de mayor tamaño en la historia del grupo, han sido los pasos más relevantes de un trienio marcado por la irrupción de la pandemia y la invasión de Ucrania por parte de Rusia, con sus consecuencias en la inflación, el coste de la energía y los tipos de interés. La cotización de Telefónica, que en mayo había recuperado los cinco euros tras un buen 2021 y un buen comienzo de 2022, ha caído hasta los 3,3 euros y no ha conseguido volver al Eurostoxx 50, el índice bursátil que engloba a las grandes empresas europeas.
La postura de Fainé
Este descenso provocará que La Caixa y BBVA, sus dos mayores accionistas, tengan que realizar provisiones o nuevas coberturas con derivados para recoger el valor actual de Telefónica, que se deja ya casi un 10% de su capitalización (menos ya de 20.000 millones) en lo que va de año. Especialmente el 'holding' catalán, que este verano ha reforzado su apuesta por la operadora al invertir más de 100 millones en comprar acciones a más de cuatro euros por título. Ya cuenta con el 1,8%, cuando a finales de 2021 tenía el 1,4%, lo que pone de manifiesto su apuesta por el grupo.
Según fuentes financieras, Isidre Fainé, presidente de La Caixa, se ha quejado en la comisión delegada, el órgano previo al consejo de administración, de que la bolsa no refleja el valor real de Telefónica, por lo que ha animado a Pallete, en el que tiene gran confianza, a dar un paso más para que el mercado reconozca la suma de partes del 'holding'. El presidente se reunió hace unas semanas con la cúpula de Goldman Sachs para conocer su opinión sobre el 'equity story' de la compañía con motivo de unas jornadas sobre telecomunicaciones celebradas en California (Estados Unidos).
Otras fuentes indican que el nuevo plan estratégico no será tan rupturista como el pasado, ya que el grupo creó los pilares en que basar su presente. "Nos corresponde imaginar, diseñar y construir la compañía que queremos ser en el futuro. Lo hemos hecho, la hemos imaginado, la hemos diseñado y queremos empezar a construir el camino hacia ella", dijo Pallete hace tres años en una carta a los accionistas que calificó como, "sin ningún género de duda, la más importante que os he escrito desde que fui nombrado presidente de Telefónica".