"La vida es demasiado corta". Esta familia ha vendido su casa para vivir viajando en un camión

David Gregorio Pastor mira a su hijo sentado frente a la mesa y le suelta una frase que suena a mantra familiar: "Aquí lo que no queremos es que haya excusas para no hacerlo, ¿verdad?". El pequeño, Juan David, de 11 años, le devuelve el gesto a su padre, confirmando que lo tiene claro desde hace tiempo. Lo que viene, saben ambos, va a costar, y las dudas hay que evitarlas. Siempre habrá una excusa, piensa la familia Pastor Picó, para no llevar a cabo el proyecto que están a un paso de empezar, pero ellos se han concienciado día a día para evitarlas. En un mes dejarán su cómodo piso en una urbanización de Villanueva del Pardillo (en la sierra oeste de Madrid) con piscina comunitaria y pista de pádel, y comenzarán una nueva vida viajando por el mundo con la casa a cuestas. Primero en una autocaravana, luego en un camión.

De ahí que haya que de reforzar la mentalización entre todos los participantes en la aventura. Una publicista y experta en marketing de 46 años, Patricia, un fisioterapeuta e ingeniero de 50, David, y dos niños, una de 8, Gracia, y uno de 11 años, Juan David. ¿Puede una pareja de mayores de 40 con dos niños en edad escolar lanzarse a un proyecto como este? Estos madrileños creen que sí, y están decididos a ello. "Queríamos hacer algo por el estilo desde hace años, era un proyecto de vida, pero siempre encontrábamos alguna traba... Antes de la pandemia ya empezamos a empujarnos y con el confinamiento decidimos dar el paso. Como mucha otra gente, nos dimos cuenta de que la vida es demasiado corta para ponerse excusas", comenta el padre. En un año han vendido su casa, ambos acaban de dejar sus trabajos y escolarizarán a los niños, por ahora, en educación a distancia. Todo para dar la vuelta al mundo sin fecha de vuelta.

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A falta de un mes para empezar la marcha, este miércoles de junio la casa (aún) de los Pastor Picó es el mejor lugar para entender lo que supone este cambio de vida. Y de sus ansias por viajar. Habitaciones llenas de cajas, cuadros y recuerdos de todo el mundo a la espera de un nuevo destino, y esa sensación vital entre sus todavía inquilinos que Patricia, la madre, define como "una montaña rusa". "He de decir que el paso definitivo lo di yo. Pero este cambio es imposible que no te influya, son tantas cosas... cada día descubres algo nuevo o en lo que no habías pensado y que se puede convertir en un problema. Un día tienes ganas, otro no tantas, intentas motivarte continuamente. Y yo lo llevo peor, que el viajero y mochilero es él", resume entre risas. Tras su apuesta, aseguran, hay un cambio de mentalidad absoluto que saben que va a costar, pero para cumplir el objetivo se recuerdan una y otra vez que no son ni los primeros ni los únicos en lanzarse.

Su caso es un ejemplo algo particular del 'boom' del 'caravaning', también conocido como 'Van Life' (viajar por el mundo, ya sea por un corto periodo de tiempo, o sin fecha de vuelta, con la casa a cuestas), en nuestro país. Desde principios de la pasada década, en España, un país sin mucha tradición en este sector en comparación con otras naciones europeas o Estados Unidos, las cifras de ventas e interés por este campo se han disparado. De 2013 a 2019 pasaron de venderse unos 1.000 vehículos de este tipo a más de 8.000, según la patronal del sector, y de 2020 a 2022 la fiebre ha ido aumentando. Solo en julio de 2021 se vendieron más de 1.500. La pandemia no ha sido más que un trampolín gigante para sus defensores.

En medio de los confinamientos se popularizaron los llamados 'nómadas digitales', se descubrió otra forma de viajar menos masificada y se generalizó la sensación de fragilidad vital, de "carpe diem" que describe Patricia. Ahora, son miles los que empiezan a mirar el futuro por una ventanilla y les gusta, e incluso se lanzan a vivir en su interior los 365 días del año como una vuelta de tuerca de la 'Gran Renuncia'.

En algunos casos, se hace por necesidad, al puro estilo Nomadland, pero en otros muchos, como el de esta familia madrileña, es por elección. "Siempre dejo claro que nuestro nivel de vida actual es bueno y estamos contentos con lo que hacemos. Es más, eso nos ha permitido ahorrar para llevar a cabo este sueño. El motivo de este cambio es que creemos que hay que aprovechar el tiempo, que no nos damos cuenta de cómo se marcha si no nos enfrentamos a una mala situación", explica David. "Estamos acostumbrados a vidas muy asentadas, más aún cuando hay niños, y optamos incluso por pasar nuestras ansias de hacer cosas a nuestros hijos, que sean ellos los que vivan. Pero nosotros no queremos eso, pensamos que aunque nos cueste cambiar toda esa mentalidad, se puede y es una gran lección para nuestros hijos también".

Principios, voluntad y dinero son tres patas claves que necesitas tener para la aventura que los Pastor Picó están a punto de emprender, ¿pero basta con eso? No sin internet. La red, ya sea a través de foros, webs o vídeos de YouTube se ha convertido en el lugar idóneo para dar a conocer hasta el último detalle de este nuevo estilo de vida. Y sin este medio de comunicación tampoco podrían pensar en cosas tan básicas como matricular a los niños a distancia, pues sistemas como el español CIDEAD (Centro Integrado de Enseñanzas Regladas a Distancia) funciona solo con una conexión al mundo digital. Es decir, una familia clásica como estos pardillanos no hubiera podido ni imaginar su aventura hace algunos años.

El empujón de internet

Tanto David como Patricia han encontrado en el mundo digital la forma de encauzar lo que llevaban años soñando y tener la idea de que emprender esta vida no es una locura o al menos no una insostenible. "Nosotros no queremos vivir del aire, ni perder nuestro estilo de vida. Sí que queremos alejarnos de las estructuras tan férreas en las que vivimos en esta sociedad y ser más flexibles, pero no por ello perderlo todo. Por eso, mirando por internet hemos ido sacando ideas, vamos a montar seguramente una empresa que queremos llamar 'When Then?' (¿Cuándo entonces?) y nos interesa mucho el punto de los viajes organizados. Aprovechar nuestra experiencia y recursos para ofrecer planes a otros viajeros", cuenta el padre.

Patricia, que ha trabajado toda su vida en marketing y publicidad, y conoce el mundo de los medios, cada vez tiene más claro que hay un nicho por explorar en lo que respecta a información para gente que, como ellos, quieren empezar un proyecto similar, que buscan ser los nuevos nómadas. "Hay vídeos en YouTube, hay webs de las que ir rascando, pero no hay un sitio en el que se resuma todo, un lugar que te guíe en un periplo que está lleno de trabas, problemas y burocracia. Creo que puede haber algo que explotar y que mucha gente nos lo agradecería", añade.

En la conversación, la red está presente en cada detalle, los niños la necesitarán para estudiar e incluso cuando sus padres comentan los momentos más duros para emprender el viaje, encuentran soporte ahí. "El otro día buscando por internet di con una ciudad escondida en China que es espectacular, se la pase a Patricia y espero que podamos ir allí y disfrutarla", comenta David. "Estos días no estoy durmiendo muy bien con toda la mudanza y demás, pero si tengo dudas me levantó me pongo un vídeo de algunas personas que viven viajando y cojo fuerzas. Digo, si es que yo también quiero vivir eso", añade Patricia.

Plataformas como Instagram o YouTube se han vuelto claves en la expansión de este fenómeno. Allí hay parejas como Furgo en ruta o Los Mundo, una familia aún más grande que los Pastor Picó (son cinco, una pareja y tres niños pequeños) y que están dando la vuelta al mundo en un camión 4x4. Es decir, un proyecto que suena muy similar a los de los madrileños. "Sí, los conocemos y hablamos con ellos. Al final este es un mundo muy pequeño y más aún en España", comenta Patricia. Estos casos demuestran que la vida nómada es posible y plataformas como YouTube, los blogs o incluso la fotografía de stock son fuentes de ingresos que existen de verdad. "Nosotros no descartamos lo de las redes, pero tampoco queremos ceñirnos a esa única salida. No dejamos esta vida para encadenarnos a otra", añade.

David, el manitas de la casa, ha contactado con estos 'nómadas' para poder, primero, adaptar su autocaravana a un lugar en el que poder vivir los 365 días del año y después para adquirir el gran objetivo del viaje, el camión que será su nuevo hogar. "Tienes que preguntar, porque al final todo te lo has de montar tú e ir aprendiendo sobre la marcha. Hay bastante de segunda mano y demás, pero aquí se necesita bricolaje casero. Yo en la caravana he instalado teles para poder seguir las clases, impresoras, ordenadores... Hemos hecho diferentes apaños en los baños, en la habitación... Y lo que nos queda", comenta. Hay que evitar las excusas. "Obviamente, no es la misma situación, pero queremos que en la medida de lo posible sea una casa como otra cualquiera", añade.

A la espera del camión

La autocaravana ya lleva unos años con la familia y fue la primera toma de contacto con la vida viajera. Con ella se han movido por parte de Europa, y ahora harán algo parecido. "No tenemos puntos definidos a los que queramos ir sí o sí. Uno de nuestros sueños era vivir en Australia o Nueva Zelanda, así que pasaremos por allí el tiempo que haga falta o China también nos gusta mucho. Pero no nos olvidamos de Europa y conocer la cultura", comenta David. Patricia sí tiene un primer destino en la mirilla. "El pueblo de Papá Noel en Finlandia. Se lo prometí a los niños para que se motivarán aún más con esto, y ahora tengo muchas ganas", añade.

Todos estos movimientos por Europa serán a la espera del gran protagonista de este viaje, un camión de la marca MAN hecho a medida para ellos y del que no tienen aún ni foto. "Vi algunos de segunda mano, pero es que es muy difícil encontrar uno que cuadre exactamente con lo que buscas. Así que lo hemos comprado de primera mano y nos lo tienen que entregar en los primeros meses del año que viene. A ver lo que tardan, porque no está siendo nada fácil", añade el patriarca de la familia. Según cuenta, estos camiones no son típicos en España, solo unas pocas personas cuentan con algo así y eso complica aún más las cosas. "Según me han dicho los ingenieros, ellos están aprendiendo como yo, nunca han hecho algo así aquí. Me dicen que quizá para abril lo tengamos", completa.

Esos camiones sí son más típicos en otros países de Europa, mientras en España, asegura el padre, vamos más hacia el barco. "Queremos uno que pueda aguantar los viajes por todo el mundo. Estando con los niños no vamos a pasar por lugares peligrosos, ni mucho menos, pero sí queremos poder hacer cualquier aventura y que el vehículo no sea un problema". Incluso sueñan con poder usar esta casa sobre ruedas para su negocio de viajes. "Seguro que hay gente que pagaría por hacer un viaje con el camión y pasar unos días en él. No lo descartamos", añade la pareja.

Será una forma de sacar rédito a un vehículo que se ha llevado gran parte del presupuesto para este cambio vital. "Aquí la gente habla en 'diezmiles'. Unos faros nuevos, 10.000, unas ruedas, otros 10.000. Hay que tenerlo muy claro antes de meterse con esta historia porque ya te digo que te llevas muchos sustos", termina el padre.

Patricia, por su parte, sigue en su lucha por lanzarse a la piscina. "A mí hace dos días me sacabas de un hotel bueno y no me iba de vacaciones, pero he ido cambiando y viendo que es muy triste que toda nuestra vida gire en torno a pensar el día en que me voy de vacaciones, a ver si trabajo tanto tiempo para cogerme esos días, a ver el cole de los niños... y así una y otra vez". Ahora se centra en la experiencia que le viene. "Si no es ahora, ¿cuándo? Siempre va a ser mal momento para hacer algo así".