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Las caravanas toman Almería: la basura y la picaresca desesperan a vecinos y alcaldes
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"NO HAY LIBERTAD"

Las caravanas toman Almería: la basura y la picaresca desesperan a vecinos y alcaldes

La gestión de los residuos es la principal queja. Cada municipio tiene su propia ordenanza, algunos limitan las horas de estacionamiento y otros simplemente vigilan que no desplieguen elementos prohibidos

Foto: Una caravana aparcada en Roquetas de Mar. (M. A. Santiago)
Una caravana aparcada en Roquetas de Mar. (M. A. Santiago)

Las caravanas han tomado Almería. La proliferación de estos vehículos amenaza la paz de muchos municipios. La razón del boom es múltiple: cambios de hábitos por la pandemia y buen tiempo. Para los que unos es una forma diferente de viajar e incluso vivir, para otros se ha convertido en un quebradero de cabeza, especialmente para los alcaldes que estos días ven como sus playas, paseos y calles se convierten en un aparcamiento. La gestión de los residuos que generan estos visitantes así como la picaresca de muchos, que no hacen uso de los sitios habilitados para no abonar las correspondientes tasas, son los dos principales motivos de queja. Además, cada municipio tiene su propia ordenanza, y si desde la Junta detallan que es en verano cuando mayor volumen de multas se imponen, en invierno se registran más imprudencias.

"Ha sido un disparate", describe Gabriel Amat, alcalde de Roquetas de Mar. Hasta hace una semana las caravanas se agolpaban en primera línea de la playa de Las Salinas y La Urba. El Ayuntamiento dio un plazo de siete días para que los vehículos abandonasen el asentamiento. La amenaza de denunciarles surtió, en parte, efecto. Sólo en parte porque las caravanas ahora están en las calles colindantes.

placeholder Hilera de caravanas aparcadas en una calle de Roquetas de Mar. (M. A. S)
Hilera de caravanas aparcadas en una calle de Roquetas de Mar. (M. A. S)

“No hay libertad”, indica Antoine, un francés que ha tenido que cambiar su vehículo de sitio. “Mi mujer y yo estamos tristes por este ataque hacia nosotros, no hacemos mal a nadie”, se explica mientras cuelga su bicicleta en la parte trasera de su caravana. Quien sí atiende a razones es Mike, un alemán que viaja solo: “Entiendo perfectamente la prohibición porque estábamos muy cerca de los vecinos y posiblemente les molestábamos”.

Por su parte los vecinos denuncian que ocupan espacios públicos no acondicionados, rompiendo las arquetas del alcantarillado y arrojando ahí los residuos que generan. Las aguas grises y negras, el denominado 'poti' en el argot de los que viajan en caravanas, acaba en el mar. Y aunque localidades como Carboneras, Agua Amarga, Adra, Cabo de Gata o la propia Roquetas tengan espacios habilitados con duchas e instalaciones para evacuar estos vertidos, muchos prefieren acampar por su cuenta y ahorrarse los 10 o 20 euros que debe abonarse por estacionar en estas áreas o en un camping. Optan por la clandestinidad de los espacios libres.

Foto: El impacto ambiental depende en buena medida de su uso. (Unsplash)

"A mí no es que me molesten que estén ahí, lo que pasa es que algunos son muy guarros y dejan sus bolsas de basura ahí cuando se van”, se queja Laura, una residente de Las Salinas. “Lo peor es cuando tiran sus aguas negras en la propia explanada”, explica Álvaro. “Ahora porque es invierno, pero en verano entre el olor y los insectos es insoportable”, puntualiza.

Mike explica que no opta por un camping porque estacionar ahí su caravana le cuesta entre 20 o 30 euros el día. Cantidades muy elevadas ante su objetivo de pasar dos meses más en Almería. “Nosotros dejamos mucho dinero en la zona para comprar comida y bebida. Eso no lo valoran”, se lamenta. A su lado, Emily, una francesa recién llegada de Marsella, se une a la conversación: “Estoy decepcionada porque ahora ya no sé dónde vamos a dormir”. Ella también se queja de los precios "abusivos" de los espacios habilitados para las caravanas. Jack, un danés que ha llegado a Almería huyendo de las prohibiciones de Portugal, asiente: “La medida es desproporcionada”.

La regulación

La ordenanza de Roquetas de Mar permite “pasar un máximo de 72 horas continuas durante una misma semana en la zonas señalizadas para el estacionamiento exclusivo de autocaravanas a quienes acudan a la localidad de visita turística o en tránsito ocasional”. La norma contempla tres zonas de estacionamiento en los principales núcleos de población del municipio, de modo que está expresamente prohibida la parada en el resto de vías urbanas o declaradas como urbanas. Además, en las áreas acondicionadas, “no se pueden sacar toldos, mesas, tenderos de ropa o verter líquidos o basura de cualquier clase, entre otras restricciones”. Las sanciones oscilan entre los 200 y los 1.000 euros.

Sin embargo, fuentes de la Policía Local de Adra consideran que "existe un vacío legal". “No se puede prohibir el estacionamiento como tal, no es constitucional”, interpretan. De hecho, la localidad, como confirma el portavoz del Gobierno municipal, José Crespo, no cuenta con una normativa específica. “La Policía Local vela por el cumplimiento de la normativa autonómica y nacional sobre las acampadas, que permite el estacionamiento pero no la acampada fuera de zonas habilitadas”, explica. Además, añade que en la localidad el volumen de visitantes no ha sido muy alto, pero visto lo que ha sucedido en otros municipios espera que ahora no se produzca una especie de "efecto llamada".

placeholder Cartel que prohíbe el estacionamiento de caravanas en Roquetas de Mar. (M. A. S)
Cartel que prohíbe el estacionamiento de caravanas en Roquetas de Mar. (M. A. S)

En el otro extremo de la provincia, en Níjar, la ordenanza municipal no contempla ninguna sanción económica por el estacionamiento de vehículos, solo se limita a dictaminar que la Policía Local podrá retirar “los elementos instalados irregularmente y depositarlos en dependencias municipales”. A partir de entonces, los propietarios dispondrán de una semana para recuperarlos, acreditando su propiedad.

El pasado verano se tramitaron más de 500 multas en el entorno del parque natural de Cabo de Gata, según datos facilitados por la Delegación Provincial de la Junta de Andalucía. Los Agentes de Medio Ambiente certificaron que la mayoría de denuncias fueron por “pernoctar con vehículos habilitados como viviendas, tales como caravanas, autocaravanas o furgonetas ‘camper’, en espacios no habilitados”. Aseguran que en núcleos urbanos como en la capital se sienten “desbordados” y que sus rotaciones “les imposibilitan sancionarlos como es debido”. Según sus estimaciones, calculan que “el despliegue de caravanas en toda la provincia de Almería supera el millar en temporada alta, pero cuando se producen más imprudencias es en invierno que es cuando más se alejan de las zonas acondicionadas”. Asimismo, detallan que “el 30% de las personas denunciadas por cometer alguna de estas infracciones corresponde a la provincia de Almería, mientras que el 70 por ciento restante -con unas 358 multas- son personas foráneas que llegan a la zona en la época estival”.

Competencia desleal

Los 'caravanistas' son conscientes de que gozan de cierta impunidad y campan a sus anchas desplegando mesas y sillas, aparcando otros vehículos secundarios como remolques, bicis y motocicletas o colgando la ropa a secar con cuerdas atadas a los árboles. De ahí las fuertes críticas contra una forma de viajar vertidas desde el sector del camping, que lo consideran una competencia desleal. Un gerente de un importante camping de la provincia defiende que si bien es positiva la llegada de caravanas por la riqueza que generan no duda en cargar contra los que acampan en lugares no habilitados. "No respetan nada". "¿Te quieres ahorrar cinco o diez euros cada tres días para vaciar las aguas negras y vas en un vehículo de 200.000 euros?”, se pregunta.

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“El problema es la policía, el orden. Muchas veces llamas a la Guardia Civil para denunciar la acampada de una caravana en un lugar no habilitado y ellos te responden que eso es cosa del Ayuntamiento, pero llamas a la Policía Local y ellos echan el balón de la culpa a Costas”, denuncia. El gerente, que prefiere no facilitar su nombre, considera que una "multa ejemplarizante" sería una buena solución. “Con que lo hagas tres veces, al día siguiente lo sabe España entera y parte de Europa a través de los mensajes que van intercambiando en las redes sociales”, defiende.

De hecho, la aprobación en Portugal de un decreto con el que se prohíbe expresamente "las pernoctaciones y el aparcamiento de autocaravanas o vehículos similares fuera de los lugares expresamente autorizados" ha provocado, según el empresario, que las caravanas que habitualmente pasaban el invierno en el país vecino este año lo hayan hecho en Andalucía. Además pone el ejemplo de otras provincias, como Málaga, donde la Policía Nacional inspeccionó ocho parcelas y localizó otras 11 reconvertidas en aparcamientos clandestinos sin los mínimos servicios higiénicos y con enganches eléctricos fraudulentos. “No podemos permitir que en Almería se llegue a ese extremo", zanja.

Las caravanas han tomado Almería. La proliferación de estos vehículos amenaza la paz de muchos municipios. La razón del boom es múltiple: cambios de hábitos por la pandemia y buen tiempo. Para los que unos es una forma diferente de viajar e incluso vivir, para otros se ha convertido en un quebradero de cabeza, especialmente para los alcaldes que estos días ven como sus playas, paseos y calles se convierten en un aparcamiento. La gestión de los residuos que generan estos visitantes así como la picaresca de muchos, que no hacen uso de los sitios habilitados para no abonar las correspondientes tasas, son los dos principales motivos de queja. Además, cada municipio tiene su propia ordenanza, y si desde la Junta detallan que es en verano cuando mayor volumen de multas se imponen, en invierno se registran más imprudencias.

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