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Andalucía cierra entre los cuñados de Susana, filtraciones y ‘tiros’ de Cañamero
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Andalucía cierra entre los cuñados de Susana, filtraciones y ‘tiros’ de Cañamero

La dirigente socialista hace una dura campaña contra Podemos y deja entrever de nuevo que no pactaría ni con Pablo Iglesias ni con Mariano Rajoy. El PP cree que puede vencer

Foto: Susana Díaz en un paseo electoral por Carmona. (EFE)
Susana Díaz en un paseo electoral por Carmona. (EFE)

Andalucía es para todos un feudo clave. Aunque José María Aznar rompió esa máxima, siempre se ha sostenido que para llegar a la Moncloa hace falta vencer en el sur de España. Es el trampolín definitivo. Hay 61 escaños en juego, vitales para el próximo Gobierno. Por eso, ya en la recta final, el todo vale se ha colado en la campaña. Los andaluces acudirán a las urnas con los cuñados de Susana Díaz y supuestos casos de enchufismo en primer plano para el PP, el PSOE haciendo uso de una extraña filtración que augura que va a cerrarse la pieza política de los cursos de formación y presentándose como otra víctima más de un Ministerio del Interior bajo sospecha y Podemos radicalizado de la mano del número uno por Jaén, Diego Cañamero, acusando a los socialistas de “haberse liado a tiros”.

Destino prioritario para todos los candidatos nacionales, Andalucía ha vivido la campaña con intensidad, a pesar de la erosión y el desgaste ante la que es ya la quinta llamada a los andaluces en solo dos años. Los últimos días han estado envueltos en una gran tensión. PSOE y Podemos han luchado a cara de perro por el espacio de la izquierda, mientras que PP y Ciudadanos han peleado a degüello por el voto moderado. Susana Díaz ha hecho una campaña muy fuerte y severa contra Pablo Iglesias pero también dura con Mariano Rajoy. Quienes en la dirección del PP confían en que sea la baronesa andaluza la que pilote el partido tras las elecciones y promueva una abstención a favor de un Gobierno de los populares deberían tener dudas ateniéndose a la literalidad de sus declaraciones. Otra cosa es que, después del 26-J, cambie el discurso.

Denuncias de enchufismo

Enfrente, el PP andaluz ha atacado con severidad a la presidenta andaluza con los que han bautizado como “el clan de los tiesos”. El ventilador en marcha a todo trapo y la denuncia de que la dirigente socialista ha tejido toda una red clientelar para favorecer con puestos de trabajo a su familia directa. La cadena de informaciones sobre la presencia de familiares de la líder socialista en el expediente de los cursos de formación de UGT donde figuraba su propio marido, José María Moriche, ha sido uno de los principales argumentos del PP buscando el descrédito de la presidenta de la Junta. Ella, que cuando compareció en la comisión de investigación sostuvo que se había casado con “un tieso”, no ha respondido personalmente a ninguna de estas denuncias. La Junta exige al sindicato la devolución de 12 millones de euros, sumando los intereses de demora, por supuestamente haber desviado dinero de la formación a actividades que no entraban en el objeto de la subvención. Entre otras, las nóminas de sus trabajadores. En nueve años de contratos interrumpidos, Moriche aparece en 102 cursos.

Hasta tres cuñados de Susana Díaz han sido utilizados en esta campaña electoral. El marido de una de sus hermanas, Felipe Gallardo, aparecía también contratado por el IFES, la fundación de UGT que organizaba los cursos. La actual pareja de un hermano de Moriche, Anais García, también figura como administrativo en el expediente de marras. Y ese mismo cuñado, Francisco Javier Moriche, fue beneficiario de un curso en una escuela taller gestionada por el ayuntamiento en 2002, cuando la actual presidenta era concejala. En el caso de su cuñada, explican que ella no formaba parte de la familia y que precisamente fue Moriche quien presentó a su hermano la que entonces era una compañera de trabajo. En el tema municipal, el beneficiario en la escuela taller fue designado por el Inem, que entonces pertenecía al Gobierno del PP.

Archivos judiciales

Díaz ha ignorado estos ataques que desde su entorno califican de “guerra sucia”, achacan al nerviosismo del PP andaluz por una quinta derrota consecutiva de su líder andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, que insiste en que la socialista tiene mucho que explicar y vincula su gestión a la de sus antecesores, ahora camino del banquillo por el caso ERE, Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Fuentes cercanas a Díaz insisten en que no todo vale y creen que esto se volverá en su contra. Sus sondeos dan por hecha la victoria en Andalucía. Desde su equipo se han dedicado a difundir votos de mítines llenos “como en los años ochenta” y cuentan cómo incluso han tenido que improvisar y montar un mitin en la calle ante la insistencia de los vecinos. “Se ha echado la campaña a sus espaldas”, presumen con admiración hacia su líder. Desde mayo, con agenda institucional y orgánica, no ha tenido más de un par de días de descanso.

Díaz ha preferido no responder a las acusaciones de los populares, despreciándolas como 'guerra sucia'

La campaña andaluza ha estado también marcada por el archivo desde el TSJA del caso del consejero de Economía, Antonio Ramírez de Arellano. Y por una filtración que ha motivado que el PP registre un escrito ante el Consejo General del Poder Judicial. Fuentes judiciales han desvelado que “en los próximos meses” la juez Núñez Bolaños dictará un auto, pactado con la Fiscalía Anticorrupción, que dará carpetazo a la pieza política en el caso del fraude de la formación. Esa inusual revelación a pocos días del 26-J, llega después de que otro juzgado de Jaén haya archivado igualmente la causa contra los responsables políticos de los cursos en un duro auto que recrimina a la Udef las detenciones masivas. Susana Díaz ha aprovechado además el caso de los audios del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, para insinuar que esa persecución política del adversario podría haberse dado en otros lugares de España además de Cataluña. La presidenta de la Junta se ha presentado como una víctima más de Interior en el caso de los cursos.

Cambio y moderación

De lo que ocurra en Andalucía depende mucho. Si Susana Díaz sostiene la hemorragia y mantiene a raya a Podemos es posible que salve a su partido del hundimiento que supondría el ‘sorpasso’ de Unidos Podemos. Eso sí, posiblemente salvaría al PSOE, no a su secretario general, porque se descuenta que se promoverá una gestora y un relevo de Pedro Sánchez en el próximo congreso federal socialista. Pese a que eso ya está asumido, lo cierto es que en esta campaña han logrado contener la batalla interna y convertirla en una educada guerra fría que, ante el precipicio, ha puesto por delante las siglas socialistas.

Si el PP cumple los augurios de las encuestas y gana espacio en Andalucía estaría más cerca de cumplir ese pronóstico inicial de los 130 diputados que le permitan formar Gobierno a Mariano Rajoy. Además psicológicamente un triunfo en el fortín electoral del PSOE es un buen golpe de efecto.

Para Podemos el resultado andaluz es clave porque, tal y como verbalizó el propio Pablo Iglesias, en esta comunidad es “muy difícil” superar al PSOE y en contraste con Cataluña y País Vasco, es aquí donde tienen “la peor” valoración. Subir los cinco escaños que creen que pueden arañar tras su matrimonio con Izquierda Unida puede ser definitivo para dar el ‘sorpasso’. Su campaña ha sido muy suave frente al PSOE, sin responder a los ataques, hasta que Cañamero rompió esa estrategia. Los socialistas están convencidos de que declaraciones como las del líder del SAT o la salida de Reino Unido de la Unión Europea, que es un tema especialmente sensible en Andalucía por su relación con Gibraltar, han jugado a su favor casi en el minuto de descuento.

En el caso de Ciudadanos subir en Andalucía ‘robando’ votos al PP permitiría a Albert Rivera afianzar sus últimos resultados y fortalecerse en su discurso tras el pacto de investidura con Susana Díaz y el acuerdo sellado con Pedro Sánchez. El partido naranja lleva semanas sacando pecho de su capacidad de diálogo y acuerdo para “mejorar la vida” de la gente. Se ha cobrado su apoyo a la investidura de Susana Díaz arrogándose dos bajadas de impuestos, una en el IRPF y otra en sucesiones y donaciones, en pocos meses. Esto les ha permitido asegurar que ellos han conseguido en tiempo récord lo que el PP no ha logrado en tres décadas en la oposición. Su mensaje en Andalucía estaba servido frente a las llamadas intensas de Rajoy a concentrar el voto moderado en el PP para frenar un Gobierno de Podemos. Ahora queda ver cómo ha influido la campaña en el voto del andaluz indeciso.

Andalucía es para todos un feudo clave. Aunque José María Aznar rompió esa máxima, siempre se ha sostenido que para llegar a la Moncloa hace falta vencer en el sur de España. Es el trampolín definitivo. Hay 61 escaños en juego, vitales para el próximo Gobierno. Por eso, ya en la recta final, el todo vale se ha colado en la campaña. Los andaluces acudirán a las urnas con los cuñados de Susana Díaz y supuestos casos de enchufismo en primer plano para el PP, el PSOE haciendo uso de una extraña filtración que augura que va a cerrarse la pieza política de los cursos de formación y presentándose como otra víctima más de un Ministerio del Interior bajo sospecha y Podemos radicalizado de la mano del número uno por Jaén, Diego Cañamero, acusando a los socialistas de “haberse liado a tiros”.

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