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​A 500 votos del 'sorpasso': el pueblo donde Podemos y PSOE han llegado a las manos
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denuncias, insultos y agresiones en guillena

​A 500 votos del 'sorpasso': el pueblo donde Podemos y PSOE han llegado a las manos

Pablo Iglesias admite que el voto rural en Andalucía es su piedra en el zapato, el freno que le impide despegar. En Guillena (Sevilla) acarician la victoria, el clima es irrespirable

Foto: Susana Díaz, a su llegada a la localidad sevillana de Guillena, el 8 de mayo de 2015, en la campaña de las municipales. (EFE)
Susana Díaz, a su llegada a la localidad sevillana de Guillena, el 8 de mayo de 2015, en la campaña de las municipales. (EFE)

Justo cuando Pablo Iglesias declara en la Ser su rendida admiración al expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero cinco miembros de la plataforma vecinal Guillena Despierta, bocina y megáfono en mano, corean frente al ayuntamiento contra el alcalde socialista de este municipio sevillano. “Loren dimite”, “alcalde ilegítimo”, vociferan pasados de decibelios en el que es conocido como el pueblo de la música. Demasiado ruido. Es un ritual. Cada mañana desde hace 370 días, de ocho a diez, se repite esta escena donde militantes de Podemos e IU se turnan para plantarse frente al consistorio socialista. En esta localidad, según los resultados del 20-D, el PSOE estaría a sólo 565 votos del temido ‘sorpasso’.

Iglesias sabe que Andalucía es su piedra en el zapato, su gran asignatura pendiente. El voto rural, ese que la secretaria general de Podemos, Teresa Rodríguez, le ha dejado muy clarito a su ‘jefe’ que se conquista pateando calles y pueblos y no desde la televisión, sigue siendo socialista. En este pueblo a media hora de Sevilla, dirigentes, militantes y simpatizantes de PSOE y Podemos e IU no cesan de cruzarse en los juzgados. Hay denuncias por peleas, insultos, agresiones... incluidas reyertas entre los vecinos y familias divididas. El ambiente político es irrespirable. La gente, en general, prefiere guardar silencio. Si esa Plaza de España, que alberga el ayuntamiento, fuera ejemplo de lo que tiene que ocurrir en el país tras el 26-J estaría cantado que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias nunca, jamás, iban a entenderse.

Tres décadas de alcalde socialista

“El PSOE lleva aquí 40 años gobernando caciquilmente. Primero fue el Partido Comunista y luego los socialistas pero siempre el mismo alcalde”, explica Juan Carlos Rodríguez, de la plataforma vecinal y militante de Podemos. “Ahora el ilegítimo, ‘el Loren’, está gobernando con mis votos gracias a un tránsfuga”, interrumpe José Antonio Carrascal, ‘El rebaná’. Él lleva seis juicios ganados, todos por el exceso de ruido de su bocina, y 17 multas de la Policía Local a 150 euros cada una. ¿Saben que Iglesias ha dicho que Zapatero fue “el mejor presidente de la democracia”? ¿Se imaginan ustedes diciendo algo bueno del PSOE? “Eso es porque está de propaganda. Es una manera inteligente de buscar votos. No va a hablar mal de su vecino. Es por los indecisos”. De repente uno de los que se manifiestan se transmuta en analista. “Los socialistas no son malos. Muchos del PSOE de Guillena han renunciado al partido. Allí lo que está ahora es la derecha”, concede otro.

“Aquí mientras que esté ‘La Felipona’, tú sabes Susana Díaz, no hay nada que hacer. Son íntimos amigos, el alcalde, ella, (Fernando Rodríguez) Villalobos. Vienen por aquí a tomar café”, retoma Juan Carlos Rodríguez. “Después de las elecciones el PSOE va a dejar pasar al PP”, añade y todos asienten. Pero fueron ellos los que sellaron un pacto con el PP tras las municipales. Cuando se les recuerda, se molestan: “El nuestro fue un pacto por la indignación, por la rebeldía”. Candidatos de Podemos como Sergio Pascual y Auxi Honorato y la diputada andaluza Begoña Gutiérrez han estado en campaña en la localidad.

Recogí todo, tomé una copa con los trabajadores, y me lleve ese cuadro, que era personal, a mi casa

Guillena (Sevilla, 12.506 habitantes) el 13 de junio de 2015 se coló en los telediarios. La Guardia Civil tuvo que escoltar y sacar a los concejales. Lorenzo Medina, siete años de alcalde y 38 de edad, ya había desocupado su despacho. Señala dos alcayatas y un hueco en la pared: “Recogí todo, tomé una copa con los trabajadores, me lleve ese cuadro, que era personal, a mi casa”. Medina tomó el testigo de Justo Padilla en 2009. El eterno regidor del municipio, primero de IU y después del PSOE, había gobernado durante más de tres décadas. Se fue poco antes de que una nueva condena, esta vez por dar competencias de policía local a un alguacil, lo condujera a la cárcel. Hubo otras condenas por irregularidades urbanísticas.

El PSOE perdió la mayoría absoluta en las últimas municipales. IU, Guillena Sí se Puede y el Partido Popular habían suscrito un pacto para hacerse con el poder. Sumaban 9 concejales frente a los 8 socialistas. En el último momento, Javier Pisonero, edil de la marca blanca de Podemos, se desmarcó y votó al regidor socialista. Previamente, durante la asamblea de consulta a las bases, un vídeo muestra como defendía la alternancia política. Sobre él se dice de todo. No hay denuncia pero los miembros de la plataforma vecinal dan por sentado que cobró una suculenta cantidad. Tenían una orden de embargo sobre su domicilio y otro exhorto de unos grandes almacenes. El afectado, que vive alejado y prácticamente escondido en una pedanía del municipio, lo niega todo. Achaca su cambio de voto y su pase al grupo mixto como edil no adscrito a convicciones ideológicas. Su padre fue el primer candidato del PSOE en Guillena en 1979. Él mismo fue militante socialista. Otro detalle, es otro militante socialista, expulsado del partido por sobrepasarse verbalmente con Podemos, el que está fundando Ciudadanos.

Un "régimen clientelar"

Lejos de aplacarse, el rencor se palpa en las calles en esta nueva campaña. La candidata y concejal del PP, Carolina González Vigo, fue testigo de la tensión en el arranque de la campaña. El propio alcalde, ataviado con la camiseta roja del ‘Sí’, salió con otros cinco compañeros a pegar carteles. Los de las camisetas moradas, de Podemos, como miembros de un ejército enemigo, peleaban por el espacio del centro cívico para colocar ‘La sonrisa de un país’. En carteles han ganado. El rostro de Alberto Garzón también cubre buena parte de los muros encalados. En el recinto ferial, bajo varias caras del líder de IU, han escrito en rojo “Habran los ojos”, con una sonora h. "A los viejos los asustan y les dicen que Podemos los va a dejar sin pensiones", cuenta 'El Rebaná'.

El paro en el municipio alcanza una tasa insoportable del 42%. Unas 2.000 personas pasan los días al sol. Pinchó la construcción y se arruinaron muchas pequeñas empresas que habían nacido en el municipio al calor de las grandes urbanizaciones que hacen las veces de ciudades dormitorio de Sevilla. “Mi yerno lleva cuatro años parado. Y menos mal que mi hija es fija en una guardería en Sevilla desde hace 20 años. Cuatro años sin trabajar. Es fontanero. Ahora tampoco ha salido en lo de la piscina, eso está todo dado”, explica una señora en Alimentación la Real, una pequeña tienda próxima al consistorio. Surge una tertulia improvisada de mujeres que no dan sus nombres. “Aquí mucha gente ha perdido sus casas y hay muchas familias que no tienen nada, ni derechos”, añade otra mujer de mediana edad. “Ese esfuerzo que hacen en pelearse deberían de volcarlo en la gente”, concluye. “Desde unos años lo que más se ve en las puertas del colegio son los hombres. Antes no. Hay muchos parados y ellas pues se colocan más fácilmente, de asistentas, limpiando”, cuenta una tercera vecina.

"Hay mucho desengaño y mucha corrupción porque después de Adolfo Suárez todos han robado", dice María

“La gente está harta, indignada, pues claro. Pero esa crispación que tienen ellos, eso no. La verdad. En el pueblo se vive con normalidad. No se crea todo lo que dicen”, apostilla la mujer que está tras la caja. “El televisor no deja de hablar de política, y venga política y todos son buenos”, añade una señora mayor que acaba de entrar. “Lo que hay es mucho desengaño y mucha corrupción porque después de Adolfo Suárez todos han robado”, cuenta María, la única que da el nombre de pila. “Yo en la cárcel no los metía. Que devuelvan el dinero, ya verás como España es una balsa de aceite”, dice combativa. “Yo lo que oigo aquí es a mucha gente preguntarse: ¿a quién voto? La gente en este pueblo, como en otros, está muy desilusionada de la política”.

El bar arruinado

Aquí la maldad la ha metido la del PP, la nueva”, suelta un parroquiano en el bar junto al ayuntamiento. Paga la cerveza y se va sin dar su nombre. El dueño del local tampoco quiere hablar. “A mi me han arruinado la vida”, concede. Son otros quienes cuentan que el dueño del Bar La Plaza tuvo que ir a un juicio por una pelea y tras la denuncia de agresión de una de las manifestantes. Fue absuelto. Las protestas lo han dejado sin desayunos. El negocio se va a pique. Los trabajadores salen por la puerta de atrás y buscan otros bares para evitar gritos e insultos. “Ya deberían de levantar la mano. La cosa no puede ser para siempre. Ya sabemos su opinión con claridad día tras día. Ahora toca respeto. En esta campaña hay un poquito más de tensión pero no influye en la vida normal”, cuenta Jaime, en la papelería Fombella.

La candidata del PP, Carolina González Vigo, lleva cinco años viviendo en una urbanización de Guillena y lo tiene claro: “Aquí hay un régimen clientelar. Hay mucho personal funcionario y eventual, unas 400 familias dependen del ayuntamiento. Comprobarás que la gente actúa con miedo”. Sobre la alianza con Podemos defiende que “era un pacto para gestionar bien y punto. Sin ideologías. Hay que abrir puertas y ventanas”. Está convencida de que “el PSOE teme que por primera vez Podemos pueda ganarle en unas generales”. “Los del PSOE que no se asusten. Cuando fui candidata en 2011 se plantó un grupo de socialistas en la puerta de mi casa a gritar ‘dónde está, no se ve la ‘hija puta’ del PP’. Eso hicieron. Ponlo, ponlo”, insiste.

El PSOE teme que por primera vez Podemos pueda ganarle en unas generales

“El ambiente cotidiano es normal, no es lo que quieren vender. Luego hay un grupo...”, el alcalde pide que no se exagere. Llevan nueve plenos en un año y el último es el único que se ha podido realizar “con normalidad”. En el resto hubo desalojos, insultos, gritos... Lorenzo Medina ha puesto una demanda por difamación e injurias y ha caído en el juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, el de los ERE y los cursos de formación. “El concejal de Podemos, Antonio Vila, fue concejal desde 1979 a 1991 por IU. Doce años. No es un recién llegado. Todo esto es muy antiguo. Este rencor, este odio... Yo tengo mi conciencia muy tranquila”, explica. Niega que haya clientelismo. Ahora se ha hecho el sorteo de las plazas de mantenimiento de las tres piscinas municipales. Los equipamientos municipales son espectaculares.

Dicen que ese el secreto del éxito socialista. Guillena tiene además dos pedanías. “Para mi esta pelea de la izquierda no tiene sentido. Esta tensión no es nueva y ya es hora de nuevas personas al frente de los partidos la superemos. Espero que esto se acabe”, asegura. “Hay que llegar a un entendimiento y en Podemos van al sometimiento, no al entendimiento. El PSOE tiene que hablar con Podemos y ellos no quieren. Nada más que quieren imponer e imponer”, lamenta. El alcalde no cree que vaya a haber ‘sorpasso’. Recuerda que en las municipales y en las autonómicas ganaron “de largo”. No tanto. En el primer caso por 528 votos. Susana Díaz se desmarcó por 928. Habrá que ver si el voto rural andaluz se cree a Pablo Iglesias, "el de la tele, ese que está todo el día en 'el seis'", dice María, de treinta y pocos años. Y apostilla: "Yo no me creo a ninguno. Soy apolítica". Casi tanto como Manuel, 79 años, el jubilado que varias puertas más abajo en la callejuela del Aire, con una gorra de Canal Sur, declara: "No entiendo de política. Yo soy del Betis y 'del' España".

Justo cuando Pablo Iglesias declara en la Ser su rendida admiración al expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero cinco miembros de la plataforma vecinal Guillena Despierta, bocina y megáfono en mano, corean frente al ayuntamiento contra el alcalde socialista de este municipio sevillano. “Loren dimite”, “alcalde ilegítimo”, vociferan pasados de decibelios en el que es conocido como el pueblo de la música. Demasiado ruido. Es un ritual. Cada mañana desde hace 370 días, de ocho a diez, se repite esta escena donde militantes de Podemos e IU se turnan para plantarse frente al consistorio socialista. En esta localidad, según los resultados del 20-D, el PSOE estaría a sólo 565 votos del temido ‘sorpasso’.

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