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El 'Día de la Marmota' de Draghi: más estímulos para fabricar crédito e inflación
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El 'Día de la Marmota' de Draghi: más estímulos para fabricar crédito e inflación

Otra cita con el BCE. Y otra vez que se esperan medidas. Las prometió Draghi en enero y no queda otro remedio que actuar con más rebajas de los tipos y más potencia para el QE

Foto: El presidente del BCE, Mario Draghi, en una sesión en el Parlamento Europeo. (EFE)
El presidente del BCE, Mario Draghi, en una sesión en el Parlamento Europeo. (EFE)

El Banco Central Europeo (BCE) regresa hoy a su particular 'Día de la Marmota'. Cuando suene su despertador este jueves, los miembros del Consejo de Gobierno de la entidad sentirán que eso ya lo han vivido antes, que, una vez más, en unas horas anunciarán nuevas decisiones para intentar estimular el crecimiento, reactivar el crédito y desterrar las presiones deflacionistas. En especial, esa sensación la evocará su presidente, Mario Draghi, que desde julio de 2012 está encadenado a su promesa de "hacer lo que sea necesario para salvar al euro" y que, en enero, anticipó otra remesa de medidas en la cita de marzo. El calendario confirma que esa cita es hoy, y el banquero italiano está otra vez es preso de sus palabras.

Como son sensaciones conocidas, el mercado no las tiene todas consigo. Ya pasó en diciembre. En octubre, Draghi había preparado el terreno para actuar en la última cita de 2015. Y lo hizo, pero menos de lo esperado, con lo que la decepción de los inversores resultó inevitable. Algo así ocurre ahora: de momento se conocen las palabras, que hace seis semanas anticiparon la voluntad de actuar, pero falta lo importante, los hechos; saber cómo saldrá esta vez la 'marmota Phil' de su madriguera. Porque la opción de quedarse dentro -es decir, de no actuar- no existe. Sobre todo, después de que la inflación regresara a terreno negativo en febrero.

El BCE anunciará su veredicto sobre los tipos de depósito a las 13:45 horas; el resto de las novedades se conocerá en la rueda de prensa de las 14:30 horas

¿Qué se espera? Como poco dos medidas. Por un lado, que rebaje los tipos de depósito para situarlos aún más en negativo, en concreto del -0,30 al -0,40%. Y por otro, que refuerce su programa de expansión cuantitativa (QE). Pero de verdad, con más dinero cada mes, no sólo con más tiempo, como hizo en diciembre, cuando alargó su vigencia desde septiembre de 2016 hasta marzo de 2017. Justo un año después que el BCE comenzara a ejecutar el QE, ahora se espera que eleve el volumen de las compras mensuales desde 60.000 millones al mes hasta 65.000, 70.000 u 80.000 millones mensuales.

Hacer lo mismo... ¿para conseguir lo mismo?

Estas medidas, sin embargo, serían más de lo mismo. Por eso los expertos contemplan otras variantes que acompañen esas medidas, aunque hay un problema: el BCE ha llegado ya tan lejos y tiene tantas medidas en vigor -tipos de interés oficiales en el 0,05%, tipos de depósito en el -0,30%, compras de deuda por valor de 60.000 millones al mes, 'barra libre' de financiación bancaria y operaciones de financiación condicionada a largo plazo (TLTRO)-, que su margen cada vez es más escaso. Sobre todo, para intentar promover incentivos que conduzcan a resultados diferentes en la reactivación del crédito y la fabricación de inflación. "Encontrar los instrumentos adecuados nunca ha sido más difícil que en la coyuntura actual", confirman desde ING Research.

Una de las alternativas pasa por incorporar nuevos activos al abanico de títulos que el BCE compra en el QE. Para Patrice Gautry, economista jefe de UBP, "con el objetivo único de estimular el crédito el BCE debe aceptar activos de riesgo como bonos corporativos y bonos emitidos por instituciones financieras en su balance".

La institución monetaria no lo tiene fácil; se juega decepcionar al mercado, pero también complicar todavía más la rentabilidad del negocio de los bancos

Otra pasa por establecer diferentes niveles negativos en los tipos de la facilidad de depósito para desincentivar el dinero sobrante, que actualmente alcanza el volumen más alto desde 2012 al rondar los 700.000 millones de euros, pero intentando limitar el castigo para la banca, cuyo margen de intereses sufre más cuanto más bajen los intereses de depósito. "Los tipos negativos reducen la rentabilidad de la banca, con lo que podría perjudicar a la transmisión de política monetaria si se llega a una situación extrema", avisan desde Pimco.

Actualizando las previsiones

En la cita de marzo, y como hace cada tres meses, el BCE también revisará sus previsiones. Y todo indica que, por las dudas con las que ha empezado 2016, serán a la baja tanto para el crecimiento como para la inflación.

En diciembre, la institución pronosticaba un crecimiento del 1,7% para 2016 y del 1,9% para 2017. En cuanto a los precios, la inflación media prevista para 2016 se situaba en el 1%, para repuntar hasta el 1,6% en 2017.

Además de darle argumentos para justificar las medidas adicionales que lanzará hoy, las nuevas previsiones también le servirán a Draghi para insistir en el mensaje que viene repitiendo desde su llegada a la presidencia del BCE en noviembre de 2011: la necesidad de que las autoridades políticas acometan reformas estructurales y medidas fiscales. Lo dicho. El 'Día de la Marmota'. Otra vez.

El Banco Central Europeo (BCE) regresa hoy a su particular 'Día de la Marmota'. Cuando suene su despertador este jueves, los miembros del Consejo de Gobierno de la entidad sentirán que eso ya lo han vivido antes, que, una vez más, en unas horas anunciarán nuevas decisiones para intentar estimular el crecimiento, reactivar el crédito y desterrar las presiones deflacionistas. En especial, esa sensación la evocará su presidente, Mario Draghi, que desde julio de 2012 está encadenado a su promesa de "hacer lo que sea necesario para salvar al euro" y que, en enero, anticipó otra remesa de medidas en la cita de marzo. El calendario confirma que esa cita es hoy, y el banquero italiano está otra vez es preso de sus palabras.

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