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El 'motor imposible' que puede romper las leyes de Newton ya está en órbita y funcionando
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Lo está siguiendo el NORAD

El 'motor imposible' que puede romper las leyes de Newton ya está en órbita y funcionando

El motor cuántico ‘imposible’ que no necesita combustible está ya en órbita y funcionando. En los próximos meses sabremos si la revolución que promete puede hacerse realidad

Foto: El Quantun Drive de IVO. (IVO)
El Quantun Drive de IVO. (IVO)

El 11 de noviembre pasado, el satélite Barry-1 alcanzó la órbita baja de la Tierra abordo de un Falcon 9 de SpaceX. En su interior llevaba un par de Motores Cuánticos espaciales que en este momento están ya en funcionamiento. Si superan las pruebas de propulsión a las que están sometidos, este tipo de motores —llamados imposibles porque desafían las leyes del movimiento de Isaac Newton— podrían poner patas arriba el sector aeroespacial y la manera en la que viajaremos al espacio en el futuro.

Un motor ‘imposible’

El motor cuántico (Quantum Drive) creado por la empresa estadounidense IVO parte de un concepto llamado Quantized Intertia que fue desarrollado por el físico y profesor de la Universidad de Plymouth, Mike McCulloch.

Foto: Actividad volcánica submarina provocado por el movimiento de placas tectónicas. (NOAA)

Las teorías de McCulloch desafían el concepto de inercia planteado por la primera ley de Newton que dice que "los objetos se mueven en línea recta a velocidad constante a menos que se les empuje". Para el investigador, esta definición no llega a explicar del todo cómo funciona la inercia y propone revisarla aplicando las extrañas leyes que rigen el mundo cuántico.

El motor imposible creado por IVO siguiendo los preceptos de McCulloch no necesita un propulsor para moverse, sino que consigue un empuje muy leve basándose en el funcionamiento de la mecánica cuántica. “No es tanto que hayamos roto las leyes de la física y hayamos dado con una nueva física como que estamos ampliando nuestra física actual con más física, que es en lo que todos los científicos deberían trabajar y no tener miedo", explicó, Richard Mansell, director general de IVO, antes del lanzamiento.

Su éxito se puede descubrir por internet

Estos motores ya han conseguido producir el empuje deseado en las pruebas de laboratorio. Ahora el Barry-1 lleva dos motores con configuraciones y niveles de potencia ligeramente diferentes para demostrar definitivamente si el concepto del propulsor cuántico funciona o no.

El Barry-1 utilizará el empuje creado por estos motores para subir y bajar su posición en órbita. "Si tenemos datos realmente claros después de nuestros primeros recorridos —a los dos meses del lanzamiento como pronto— deberíamos poder decir 'mira, esto está inequívocamente produciendo empuje”, aseguró Mansell.

Sin embargo, no va a hacer falta esperar a las conclusiones de IVO ni a ningún artículo científico para saber si la prueba ha sido un éxito. Como apunta Brian Wang, el responsable de Next Big Future, el Mando de Defensa Aeroespacial Norteamericano (Norad, en sus siglas en inglés) rastrea todos los satélites que hay en el espacio y, evidentemente, también está siguiendo al Barry-1. De hecho cualquiera que tenga interés puede ver su trayectoria a tiempo real entrando en esta web.

La cuenta atrás ha empezado

Según el Norad, el satélite Barry-1 se está desplazando ahora mismo a 7,6 kilómetros por segundo. Wang asegura que si en los próximos meses vemos que aumenta su velocidad en lugar de caer de su órbita tendríamos la prueba definitiva de que este revolucionario motor funciona.

La idea es que el sistema alcance los 50 milinewtons de empuje para elevar un satélite a una órbita superior y eso puede tardar semanas o meses en suceder. Aunque si alcanza una velocidad superior a los 7,6 km/s ya podríamos decir que el diseño produce empuje.

“Creo que tardaremos entre uno y seis meses para averiguarlo. Si no encienden [los otros motores del satélite] durante un mes, entonces un resultado concluyente debe suceder al mes de funcionamiento, si el efecto es el esperado”, asegura Wang. “Si el efecto es real, pero un 10% de lo esperado, entonces podría tardar entre dos y tres meses. Si el efecto es real, pero marginal, se necesitarán de cuatro a seis meses y un seguimiento. El seguimiento será necesario de todos modos, a menos que el resultado sea nulo al cabo de un año”.

El 11 de noviembre pasado, el satélite Barry-1 alcanzó la órbita baja de la Tierra abordo de un Falcon 9 de SpaceX. En su interior llevaba un par de Motores Cuánticos espaciales que en este momento están ya en funcionamiento. Si superan las pruebas de propulsión a las que están sometidos, este tipo de motores —llamados imposibles porque desafían las leyes del movimiento de Isaac Newton— podrían poner patas arriba el sector aeroespacial y la manera en la que viajaremos al espacio en el futuro.

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