El nuevo dron ucraniano para bombardear a los rusos es implacable

Ucrania sigue armándose de drones para continuar con su resistencia ante la invasión rusa. Los últimos son 800 drones Revolver 860, un inusual cuadricóptero de combate creado por la empresa taiwanesa Dronesvision que es capaz cargar hasta ocho proyectiles de 60 milimetros y dejarlos caer con precisión sobre infraestructuras o vehículos enemigos.

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Así lo afirman el medio polaco WP Tech y Oryx, un grupo de análisis de inteligencia de defensa de los Países Bajos, que aseguran que la remesa de drones podría llevar varios días en manos del ejército ucraniano. Aunque hay rumores que apuntan que podrían haber llegado incluso antes, en el mes de junio.

Dronesvision, la empresa taiwanesa que produce estos drones, ha querido evitar problemas con sus vecinos chinos, enemigos y aliados de Rusia, y, según afirma en declaraciones para el medio local CM Media, solo ha suministrado equipos militares a empresas con sede en Polonia. Aunque, también sostienen en un comuncado de prensa colgado en su web que los "acuerdos de no divulgación" que tienen firmados con sus clientes, les impiden comentar dónde éstos las podrían transferir después.

Cómo es el Revolver 860

Como su propio nombre indica, este dron carga un tambor rotatorio que puede llevar hasta ocho proyectiles de 60 milímetros, pero la compañía asegura que también podría llevar calibres de 81 y 120 milímetros, aunque en menor cantidad. El sistema está pensado para soltar las bombas una a una encima de los objetivos enemigos con un gran nivel de precisión.

Según las especificaciones compartidas por Dronesvision, el Revolver 860 es un dron plegable que pesa 42 kilogramos cuando va totalmente cargado. Tiene 1,35 metros de diámetro y puede volar hasta 20 kilómetros o permanecer en el aire entre 20 y 40 minutos gracias a sus cuatro brazos y ocho propulsores.

También puede emitir video en alta resolución a tiempo real lo que permite a sus operadores alcanzar sus objetivos con gran precisión. El Revolver 860
no es del todo silencioso, pero puede volar a gran altura y ocultar su ruido entre los ataques de la artillería.

Sus creadores aseguran que este dron es ideal para operaciones especiales debido a su capacidad de carga pesada y su fácil personalización que les permite adaptarse a diferentes situaciones de combate. Su gran precisión le permite alcanzar objetivos como infraestructuras, personal o vehículos de combate con gran facilidad. Pero su capacidad de cargar hasta ocho proyectiles lo hace ideal para bombardeos de saturación, que tienen como objetivo lograr la destrucción completa de un área lanzando bombas a medida que se mueve.

La guerra de drones

El Revolver 860 se uniría así a la serie de drones, tanto los de combate como los de uso recreativo, que Ucrania ha usado con gran éxito en este conflicto como ya ha contado Teknautas en otras ocasiones. El más temible de ellos ha sido el Bayraktar TB2 turco, un dron barato que se ha convertido en la pesadilla del ejército ruso desde que empezó la guerra. Este dron tiene 12 metros de envergadura, 6 de longitud y un peso máximo de 700 kilos, de los que 150 corresponden a las armas que carga, como los minimisiles MAM-C y MAM-L.

Baykar, su fabricante, ya prepara el siguiente modelo que tendrá capacidades de ‘invisibilidad’ y podrá alcanzar una velocidad casi supersónica. Su lanzamiento está previsto para el año que viene, con lo que no sabemos si llegará a estrenarse en la guerra de Ucrania. Lo que sí sabemos es que si lo hace no será del lado ruso. La compañía turca ha declarado en diversas ocasiones su apoyo a Ucrania y ha asegurado que no venderá sus drones al Kremlin.

También se han usado ampliamente los Switchblade 300, un dron ‘suicida’ muy ligero y barato de fabricación estadounidense. Cuenta con una cabeza de combate pequeña, equivalente a una granada de 40 milímetros, que es letal contra los soldados o los vehículos no protegidos. Sus creadores, la compañía Aerovironment, ya ha creado una versión superior, el Switchblade 600, que es más pesado y lleva cabezas de guerra capaces destruir un carro de combate.

También se han utilizado drones de reconocimiento, como el Orlan-10 ruso, que han ayudado a la infantería ucraniana a localizar objetivos antes de lanzar un ataque. Ese mismo uso han tenido los drones recreativos como los de DJI, de fabricación china, que además han servido para grabar vídeos que se han usado para alimentar la maquinaria propagandística ucraniana.

El uso extensivo de los drones en este conflicto es solo un aperitivo de lo que podrían ser las guerras del futuro. Por lo que estamos viendo de los nuevos avances en tecnología militar de EEUU y China, todo indica que la tendencia será usar tanto armas autónomas como a control remoto que reduzcan la presencia de humanos en combate. El que consiga una ​​mejor aviónica, comunicaciones y, sobre todo, una mejor inteligencia artificial tendrá una gran ventaja sobre el resto.