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Los sábados toca limpieza en la ISS

Cómo los astronautas luchan contra la porquería espacial

En un espacio cerrado como una nave espacial es fundamental mantener las superficies limpias para evitar la proliferación de microorganismos y la obstrucción de las entradas de aire

Foto: La Estación Espacial Internacional. (NASA)
La Estación Espacial Internacional. (NASA)

Igual que pasa en la Tierra, el sábado es el día oficial de limpieza en la Estación Espacial Internacional, una nave espacial con 11 personas que sobrevuela la Tierra a 400 km de altura. Como todo hijo de vecino, los astronautas también le dedican un buen rato por la mañana a pasar la aspiradora y desinfectar las superficies a golpe de trapo.

La diferencia está en que mientras nosotros podemos holgazanear y dejar el zafarrancho de limpieza para otro día, los astronautas deben tener la nave impoluta para asegurar su salud y el éxito de la misión.

Foto: Una oblea con los chips de dos nanómetros de IBM. (IBM)

La astronauta italiana Samantha Cristoforetti comenta en una entrada en su blog para la ESA que es fundamental aspirar las entradas de aire de la nave con asiduidad. El flujo de aire acaba arrastrando todos los pequeños residuos que flotan en la cabina y estos terminan atrapados en las rejillas.

"Es muy importante mantener las rejillas limpias para garantizar un flujo de aire adecuado en toda la Estación", asegura Cristoforetti. "La depuración de dióxido de carbono y la introducción de oxígeno solo se producen en determinados lugares y una circulación adecuada garantiza que tengamos en todas partes una buena atmósfera para respirar".

Hace unos días entrevistaron por videoconferencia al astronauta francés Thomas Pesquet. Pasquet lleva solo unos días en la estación espacial y ya le ha tocado vivir uno de estos sábados. Tanto él como toda la tripulación de la estación espacial, pasan distintos tests para asegurar que no suben ningún patógeno a la nave.

"Tenemos que desinfectar todas las superficies que tocamos cada semana", comentó Pesquet. "También tenemos muchas medidas en la estación espacial que son similares a las que se pueden encontrar en los hospitales o en los aeropuertos y que están diseñadas para evitar la propagación de bacterias".

Pasquet y el resto de la tripulación celebraron el viernes 30 de abril el cumpleaños de un compañero, el astronauta americano Victor Glover cumplía 45 años. En las fotos se les puede ver celebrándolo con música en vivo y, probablemente abrieran alguna lata de las que les han preparado varios chefs con estrella Michelin para este tipo de ocasiones.

placeholder La fiesta de cumpleaños del astronauta Victor Glover (centro). (ESA/NASA)
La fiesta de cumpleaños del astronauta Victor Glover (centro). (ESA/NASA)

Tras el 'fiestorro' espacial tocó día de limpieza, sin resaca, eso sí porque las normas de la estación espacial prohíben la tenencia y consumo de alcohol. Los miembros de la tripulación suelen repartirse por zonas de limpieza que se van rotando todas las semanas. Las peores, según Cristoforetti son el Nodo 3, donde se encuentran el baño y la zona de ejercicio, y el Nodo 1, que es la zona reservada para comer.

"Tras la limpieza con aspiradora, utilizamos toallitas desinfectantes para limpiar las superficies de uso más frecuente: los pasamanos, los micrófonos de mano, los ordenadores", asegura Cristoforetti. "Y aprovechamos para hacer una comprobación general, por ejemplo, para asegurarnos de que no hay salidas o entradas de ventilación obstruidas".

Microbios en el espacio

Los microbios son el otro gran enemigo de los astronautas de la estación espacial. Los humanos llevamos puestas millones bacterias y otros microorganismos allá donde vamos y no solo no son perjudiciales para nosotros sino que son esenciales para nuestra supervivencia. Aun así, la proliferación de estos microorganismos en un espacio cerrado a cal y canto como es la estación espacial puede provocar grandes riesgos para la salud y para los sistemas de la nave.

La Agencia Espacial Europea publicó el año pasado un estudio sobre el ecosistema microbiano de la Estación Espacial Internacional utilizando muestras recogidas por la tripulación. Tras 20 años de funcionamiento y el paso de cientos de astronautas de distintas nacionalidades, descubrieron que la nave tiene una población estable con 55 tipos diferentes de microorganismos.

Entre estos microbios se encontraron bacterias, virus, mohos, hongos y protozoos que han sabido adaptarse a las peculiares características del espacio. La doctora Christine Moissl-Eichinger, la líder de la investigación, ha comentado a la BBC que en el estudio vieron que estos microorganismos no eran más resistentes a nuestros antibióticos que los que hay en nuestro planeta.

Sin embargo, el estudio reveló que los microbios consiguieron proliferar en las superficies metálicas y son capaces de alimentarse de ellas. Su acumulación puede afectar a los sistemas de la nave y, según Moissl-Eichinger, "a largo plazo, esto podría provocar dificultades en la gestión adecuada y segura de la estación espacial".

placeholder Los 11 miembros de la tripulación de la EEI. (ESA/NASA)
Los 11 miembros de la tripulación de la EEI. (ESA/NASA)

Entender mejor cómo actúa este tipo de organismos en el espacio es fundamental para las futuras exploraciones de Marte y la Luna. Los microbios del cuerpo de los astronautas se mantendrían dentro de los trajes espaciales, pero todavía no sabemos cómo evolucionarán los que vivan pegados a su parte exterior.

También existe la posibilidad de que nos traigamos de vuelta microorganismos marcianos, si es que existen. Si se da el caso, abriremos un melón que tendrá consecuencias impredecibles.

Igual que pasa en la Tierra, el sábado es el día oficial de limpieza en la Estación Espacial Internacional, una nave espacial con 11 personas que sobrevuela la Tierra a 400 km de altura. Como todo hijo de vecino, los astronautas también le dedican un buen rato por la mañana a pasar la aspiradora y desinfectar las superficies a golpe de trapo.

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