El tanque que cambiará el futuro del Ejército de EEUU y la guerra terrestre

La imagen sobre estas líneas es el futuro del campo de batalla, la nueva plataforma blindada totalmente autónoma e inteligente desarrollada por el brazo de investigación avanzada del Pentágono para ganar las guerras terrestres del futuro. Es el núcleo de una nueva generación de tanques y vehículos diseñados para operar sin tripulación, transformando las estrategias militares y nuestra idea del combate terrestre.

La Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA) inició su programa RACER (siglas en inglés Autonomía Robótica en Entornos Complejos con Resiliencia) en octubre de 2020. La iniciativa tiene como objetivo el desarrollo y despliegue de vehículos autónomos todoterreno de alta velocidad para aplicaciones militares. El proyecto, que empezó a tomar forma a principios de 2022 y ahora ha resultado en el primer vehículo de gran tonelaje, se centra en la creación de algoritmos de autonomía para que vehículos terrestres no tripulados (UGV) naveguen por terrenos complejos que anteriormente sólo podían ser conducidos por humanos. Según Stuart H. Young, el director del programa RACER en DARPA, el objetivo es obtener “un rendimiento de software que permita a estos vehículos viajar fuera de la carretera a velocidades comparables a las logradas por un conductor humano experto".

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El nuevo RACER Heavy Platform

El primer prototipo del RACER Heavy Platform (RHP) es un vehículo autónomo que pesa 12 toneladas y tiene tracción de oruga. No requiere tripulación humana, usando los algoritmos desarrollados en estos últimos cuatro años. Según Young, en lugar de mejoras incrementales, el programa persigue un progreso revolucionario en algoritmos que pueden operar a través de una amplia gama de sistemas, mejorando drásticamente las capacidades de este tipo de vehículos.

Y parece que funciona, según apuntan los resultados del programa: el RHP ha demostrado su capacidad para atravesar diversos terrenos en Texas, adaptándose de forma autónoma a todo lo que encontraba sin tener ningún dato previo sobre los mismos. El vehículo fue capaz de sortear obstáculos a la carrera, adaptándose como lo haría un experto piloto humano, algo que DARPA dice es un gran salto en la robótica militar.

Las pruebas se llevaron a cabo en campos de entrenamiento militar, navegando por un área de 39 kilómetros cuadrados llena de obstáculos naturales como vegetación, zanjas, vías fluviales, grandes conjuntos de rocas y todo tipo de obstáculos geológicos. El RHP completó más de 30 carreras autónomas, recorriendo trayectorias de hasta 16 kilómetros de largo a velocidades de hasta 50 kilómetros por hora. Para comparar, la velocidad punta teórica de un tanque M1 Abrams es de 72 kilómetros por hora pero el Ejército norteamericano indica a sus comandantes que los tanques deben operar a unos 40 kilómetros por hora en terrenos con obstáculos. En otras palabras: el RHP pasó el test con gran éxito, igualando la capacidad humana que busca DARPA.

En total, los vehículos navegaron durante más de 240 kilómetros por su cuenta. Según Young, "los primeros resultados de las actividades de la Fase 2 demuestran que el rendimiento de las tecnologías de RACER se adapta fácilmente a todo tipo de entornos en cualquiera de los sistemas robóticos en los que las hemos probado, independientemente de su tamaño".

La revolución en la guerra terrestre que viene

DARPA cree que la introducción de vehículos autónomos revolucionará las tácticas y estrategias militares. Estos vehículos pueden realizar misiones de reconocimiento, transportar suministros o participar en el combate sin poner en riesgo vidas humanas, transformando los roles humanos y las estrategias tradicionales de las fuerzas armadas. Estas plataformas podrán operar de forma independiente en entornos demasiado complejos y peligrosos para soldados humanos, con lo que el Pentágono podrá añadir nuevas capacidades tácticas a su arsenal. Según DARPA, tanto el Ejército como el Cuerpo de Infantería de Marina de EEUU siguen de cerca el programa RACER para su futura integración en sus fuerzas actuales.

Pero antes de que eso pase tendrán que resolver varios desafíos. Uno de ellos es la integración de estas nuevas tecnologías en la infraestructura militar existente para que puedan operar en coordinación con unidades tripuladas. Para conseguirlo, DARPA continuará refinando los algoritmos y mejorando las capacidades de los vehículos RACER en las siguientes fases de desarrollo para aumentar la velocidad, la eficiencia y la resistencia de estos sistemas autónomos.