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Los perros no se comportan como crees: por qué su agresividad no solo depende de la raza
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GENES Y ADIESTRAMIENTO, CLAVES

Los perros no se comportan como crees: por qué su agresividad no solo depende de la raza

La muerte de una joven en Zamora hace que muchos se pregunten si un simple perro pastor puede ser peligroso, pero los estudios indican que la raza no determina el comportamiento

Foto: Perro en una exposición canina. (EFE/Narendra Shrestha)
Perro en una exposición canina. (EFE/Narendra Shrestha)

La muerte de una joven enfermera de 27 años por el ataque de un grupo de perros en una localidad muy cercana a la ciudad de Zamora ha causado consternación. Los vecinos de Roales del Pan aún no se quitan el susto del cuerpo: "Le pasó a ella, pero nos podía haber pasado a cualquiera", aseguran. En la zona, que alberga caminos de concentración que sirven de lugar de paseo y esparcimiento, es habitual ver rebaños pastoreados por canes como los responsables de este suceso. En concreto, eran tres mastines y dos carea leonés, una raza de perro pastor autóctono de la meseta norte.

España cuenta con más de nueve millones de perros y este tipo de incidentes son extremadamente raros. Las estadísticas hablan de una media de una o dos muertes de personas al año víctimas de un can agresivo, pero el hecho de que pase en pocas ocasiones no resta inquietud y dramatismo a estos episodios. En los últimos años, han llamado la atención sucesos como el fallecimiento de una madre y su hija en Colmenar de Oreja (Madrid) por el ataque de sus propias mascotas, de la raza dogo de Burdeos; o las graves mordeduras sufridas por un niño de 15 meses y su abuela en Sopuerta (Vizcaya), causadas por dos perros rottweiler. Generalmente, pensamos que existen razas peligrosas, como estas, y otras que no lo son, pero ¿qué determina exactamente la agresividad en el animal que es, según el tópico, “el mejor amigo del hombre”?

Foto: La Guardia Civil investiga la zona donde murió una joven atacada por perros en Roales del Pan (Zamora). (EFE/Mariam A. Montesinos)

En los Países Bajos se elaboró una lista de 21 razas de perros peligrosos en 2017 y se exige un carné especial y un curso de formación para ser dueño de mascotas que pertenezcan a alguna de ellas. Entre esos perros con peor fama no faltan el bulldog americano, el dogo argentino o el pitbull americano. Sin embargo, los expertos consideran que los comportamientos no vienen completamente definidos por la raza, ni mucho menos. Dentro de cada una de ellas la variabilidad genética es fundamental y, por supuesto, la educación o adiestramiento que recibe cada ejemplar por parte de sus propietarios. Por eso, podemos encontrarnos con animales supuestamente peligrosos, pero muy tranquilos y, al contrario, un ataque inesperado por parte de canes cuya función es cuidar ovejas, como ha pasado en Zamora.

“Los animales y la biología en general no son matemáticas, hay una variabilidad individual muy importante”, afirma en declaraciones a El Confidencial Yolanda Cortés, bióloga de la Fundación Biodiversidad. No obstante, “la teoría es que los mastines son una raza que ha sido seleccionada durante miles de años para que defienda el ganado”, explica. Eso no significa que vayan a ser agresivos con el lobo u otros posibles agresores, sino que “desarrollan un comportamiento protector”. De esta forma, “cuando detectan una amenaza para lo que consideran su familia, las ovejas o las vacas, la defienden”.

placeholder La Guardia Civil investiga el suceso de Roales del Pan, en Zamora. (EFE)
La Guardia Civil investiga el suceso de Roales del Pan, en Zamora. (EFE)

Pero ¿es posible que el ser humano esté incluido en esas potenciales amenazas que percibe un perro pastor y, por lo tanto, pueda ser atacado? En principio, no son agresivos, precisamente, por esa selección artificial que los dueños han realizado tradicionalmente, generación tras generación. “Su trabajo es estar en el campo, con el ganado, y a veces sin ninguna persona a cargo”, comenta la experta. Además, lo normal en un mastín bien atendido y entrenado desde cachorro es que, “si persigue o ataca a gente, el ganadero corrija esas actitudes”. Aun así, si un individuo sale especialmente agresivo, lo habitual en cualquier pueblo o en cualquier explotación es que ese perro sea retirado del campo. Por ejemplo, podrían dejarlo atado en la nave. Solo en los casos más extremos se recurre al sacrificio. Asimismo, lo esperable por parte de los dueños sería “evitar que se reproduzca, porque este tipo de comportamientos suelen ser hereditarios”.

Los estudios sobre el comportamiento de los perros

En efecto, los estudios científicos apuntan a la importancia de los genes particulares y no tanto de la raza a la que pertenecen los animales. Una investigación publicada en la revista Science en 2022 rebatía claramente la idea popular de que cada tipo de can tiene comportamientos específicos y seguros. Tras estudiar 128 razas, a través del análisis genético de 2.000 perros, y encuestar a decenas de miles de dueños, los autores de la investigación determinaron que solo el 9% de las “diferencias de personalidad” entre cachorros estaban relacionadas con su raza. Por el contrario, la cuarta parte de sus características podrían explicarse por las características genéticas que han heredado.

placeholder Perro. (EFE)
Perro. (EFE)

En definitiva, el estudio llegaba a la conclusión de que, dentro de una misma raza, puede haber grandes diferencias, mientras que la genética concreta que le toca a cada ejemplar es mucho más determinante, explicando hasta una cuarta parte de su comportamiento. No obstante, con esas cifras, los investigadores llegan a la conclusión de que el ambiente es el factor que más pesa en el carácter del perro, es decir, cómo ha sido entrenado o adiestrado y a qué entorno ha sido expuesto. De nacimiento, un pitbull no es necesariamente más agresivo que otros perros, según explican los autores.

“Dentro de algunos rasgos generales del comportamiento, hay una clara vertiente genética”, coincide Yolanda Cortés. No obstante, eso también está relacionado con las características que atribuimos a cada raza, aunque no sea complemente determinante. “Las razas están seleccionadas por el hombre por unas características particulares. Los perros de caza, porque tienen muy buen olfato y saben seguir muy bien los rastros; los que acompañan a los invidentes, porque son tranquilos y confiables; y lógicamente, dentro de destinados a la guarda o incluso a la pelea, se han ido seleccionando los más agresivos para cruzarlos entre sí”, relata. De hecho, los rasgos que se van perfilando no son solo de comportamiento, sino físicos.

placeholder Ejemplar en una exposición canina. (EFE)
Ejemplar en una exposición canina. (EFE)

Diferencias entre agresivo y peligroso

La diferencia es que esos atributos saltan a la vista: por ejemplo, que un sabueso tiene las orejas largas. Sin embargo, medir la agresividad de un animal no es una tarea sencilla. ¿Es posible hacerlo de forma objetiva? En este tipo de análisis, los expertos recurren a datos cuantitativos, como las estadísticas de agresiones a humanos o los casos registrados en clínicas. También existen test de conducta de los animales. Finalmente, suelen recabarse las opiniones de expertos como veterinarios y educadores caninos, basadas en su propia experiencia, según explica Álvaro Olivares Moreno, profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, en un artículo publicado en The Conversation.

En cualquier caso, nuestras relaciones con los perros están ligadas a la subjetividad humana. ¿Qué factores nos hacen percibir peligro o agresividad en un animal? Sin duda, el tamaño es una cuestión crucial y puede resultar engañosa. Si nos ladra un gran perro, nos ponemos en alerta; pero si lo hace un chihuahua, probablemente nos dará la risa. Sin embargo, un estudio publicado en 2021 en Scientific Reports, revista del Grupo Nature, advertía de que los canes más pequeños tenían conductas más violentas. Sin embargo, los autores del trabajo tampoco relacionan esta cuestión con la raza, sino con el entorno. La explicación a ese carácter estaría en que los perros de menor tamaño están sobreprotegidos por sus dueños, no son entrenados como los grandes y acaban por desarrollar una conducta más miedosa.

placeholder Pequeña mascota. (EFE)
Pequeña mascota. (EFE)

Además, si hiciéramos una encuesta sobre cuál es la raza más peligrosa, poca gente nombraría ni al chihuahua ni a otro perro que destacó en un estudio publicado hace unos meses: el cocker spaniel inglés es, según un estudio británico, el más agresivo del mundo. Sin embargo, cuando entramos en los detalles de la investigación, descubrimos que, en realidad, poco más del 4% de los ejemplares muestra estos rasgos de comportamiento. Demasiado poco como para estigmatizar a una raza entera, según los partidarios de suprimir este tipo de clasificaciones, como la Real Sociedad Canina de España.

Conceptos en entredicho

En España, la ley 50/1999 establecía hasta ahora ocho perros peligrosos: pitbull terrier, staffordshire bull terrier, american staffodshire terrier, rottweiler, dogo argentino, fila brasileiro, tosa inu y akita inu. Durante la tramitación de la Ley de Bienestar Animal, que acaba de entrar en vigor, se especuló con la posibilidad de modernizar la normativa eliminando el concepto de razas peligrosas, pero finalmente no ha sido así. Lo que sí hace esta nueva norma es exigir un seguro de responsabilidad civil para todos los perros y cursos de formación para los dueños.

Foto: Manifestación contra la ley de bienestar animal. (EFE)

En el caso concreto del ataque a la joven zamorana, “si el dueño tenía conocimiento de que estos perros atacaban, aunque fuera a otros perros, lo normal es que no estuvieran sueltos en el campo y menos en un número tan elevado”, apunta la zoóloga. De hecho, la circunstancia de que convivan varias razas distintas compartiendo la misma tarea puede ser un factor determinante. “Entre ellos se pican, incluso un animal muy tranquilo, cuando tiene el estímulo de perseguir y correr, puede entrar en el juego”.

Por otra parte, el alcalde de Roales del Pan, David García, ha relacionado la muerte de la joven enfermera debida al ataque de los perros pastores con la proliferación del lobo en la zona, ya que "altera el normal comportamiento de estos animales". Sin embargo, los expertos rechazan este tipo de vinculación, especialmente en la provincia de Zamora, donde la presencia de este depredador siempre ha sido muy importante. “Eso no tiene ninguna base”, afirma la bióloga, “los perros no se comportarán de una manera más agresiva por este motivo”.

La muerte de una joven enfermera de 27 años por el ataque de un grupo de perros en una localidad muy cercana a la ciudad de Zamora ha causado consternación. Los vecinos de Roales del Pan aún no se quitan el susto del cuerpo: "Le pasó a ella, pero nos podía haber pasado a cualquiera", aseguran. En la zona, que alberga caminos de concentración que sirven de lugar de paseo y esparcimiento, es habitual ver rebaños pastoreados por canes como los responsables de este suceso. En concreto, eran tres mastines y dos carea leonés, una raza de perro pastor autóctono de la meseta norte.

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