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La polémica de las ratas que muestra cómo la ley de bienestar animal se volvió una trampa
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Choque por una ley para mascotas

La polémica de las ratas que muestra cómo la ley de bienestar animal se volvió una trampa

El ruido generado en torno a un punto que ni siquiera se aborda en la ley es un ejemplo de cómo lo que iba a ser una norma estrella se convirtió en un asunto delicado para el Gobierno

Foto: Manifestación contra la ley de bienestar animal. (EFE)
Manifestación contra la ley de bienestar animal. (EFE)
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En noviembre de 2022, el presidente de la Real Federación Española de Caza, Manuel Gallardo, lanzaba una reflexión sobre una reforma del Código Penal que preparaba el Gobierno. Según su lectura de los cambios impulsados por la Dirección General de Derechos de los Animales y el Ministerio de Justicia para proteger a los animales, la nueva normativa podría llevarte a la cárcel por lesionar o matar a un ratón que entrase en casa. Era solo un ejemplo, pero la imagen de ser encarcelado por matar a una rata se viralizó sin freno. Tanto, que expertos en derecho e impulsores de los cambios tuvieron que salir a corregir la declaración. ¿Funcionó? Hace solo unos días, con la nueva ley de bienestar animal recién inaugurada, el influencer Frank Cuesta volvió a tirar del ejemplo para criticar esta norma (que no menciona nada de las ratas) y pedir su derogación en un vídeo con más de 300.000 visualizaciones.

Desde que en octubre de 2021 se presentase el primer borrador de la ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales, el ruido alrededor de esta normativa no ha cesado hasta convertirse en un asunto delicado para el Gobierno central. La polémica de las ratas es solo un ejemplo que se une a escándalos, bulos, cambios y críticas de científicos, veterinarios o incluso animalistas que han enturbiado su desarrollo. Se ha confundido la ley con los cambios en el CP, se ha acusado a la norma de amenazar a varias especies, ser víctima del wokismo, despenalizar la zoofilia o prohibir incluso matar a una mosca. La última polémica llegó esta misma semana, cuando se habló de la multa de 500 euros puesta a una mujer en Vigo por dejar a su perro atado a la puerta de una farmacia, lo que acabó resultando ser solo un aviso sin castigo alguno. ¿Cómo se ha llegado hasta aquí? Expertos y defensores de la ley reflexionan sobre ello.

Foto: Foto: Getty/Lauren DeCicca. Opinión

"Creo que se mezclan muchas cosas. Primero, obviamente, que la ley toca sectores que aún tienen mucha fuerza como la caza, que han apretado para desprestigiar la norma y proteger sus intereses. Todos ellos, además, han jugado con el beneplácito de una parte de la industria mediática y política que vio que podía hacer daño al Gobierno con esto y que no dudó en tirar de medias verdades o bulos para hacerlo", comenta Juan Ignacio Codina, periodista e historiador experto en animales. "Y a esto se han sumado las críticas de lo que yo llamo 'populismo animalista'. Entornos relacionados con la defensa de los animales, pero que solo quieren y viven de pedir máximos y ante cualquier situación que no cumpla con lo que ellos exigen se posicionan en contra", añade.

Pese a que la norma acaba de ser aprobada sin desarrollar muchos de sus puntos clave, las polémicas sobre esta ley se han ido sucediendo sin que el Ejecutivo haya sido capaz de controlar lo que se decía de ella o calmar las aguas. La ley, pensada desde el origen desde un prisma con tendencia animalista (Sergio García Torres, director General de los Derechos de los Animales, viene de ese ámbito) y apoyándose en otras normas europeas, incluso perdió el apoyo de muchos defensores de este movimiento tras dejar fuera de la ley asuntos como el de los perros de caza o de trabajo. En la España con más mascotas de la historia, donde se tienen más perros que hijos menores de 14 años, la primera ley nacional centrada en estos animales de compañía ha acabado en un conflicto nacional.

placeholder Manifestación por la protección del galgo y otros perros de caza. (EFE)
Manifestación por la protección del galgo y otros perros de caza. (EFE)

"Es una norma que mejora la situación de los animales de compañía y que por primera vez toca temas que ni siquiera se había pensado en legislar desde la llegada de la democracia a nivel nacional. Obviamente, hay mucho margen de mejora y cosas que se pueden hacer, pero en un terreno como este no es posible cambiar todo de la noche a la mañana, ni siquiera es factible", comenta Daniel Dorado, abogado experto en derecho animal. "Por ser prácticos, si se hubiera decidido incluir todo lo que se exigía en la norma, habría sido imposible aprobar la ley", añade Dorado. Las polémicas por la ley llegaron tan lejos que estuvieron a punto de tumbar su aprobación en las cámaras y acabaron saliendo por la mínima. Eso sí, con bastantes cambios respecto al texto original.

El desgaste de la crítica

La ley de bienestar animal es una iniciativa de Unidas Podemos y uno de los requisitos que esta formación estableció para la creación del Gobierno de coalición. Sin embargo, basta echar un vistazo a las diferencias entre la propuesta que había en su programa y lo aprobado para ver los cambios en este sentido. Según el programa, la ley "introducirá una rebaja del IVA de los servicios veterinarios del 21% actual al 10% y de los productos de alimentación animal del 10 % actual al 4 %, un incremento en la protección a través de la creación de unidades especializadas en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, la tipificación del delito de maltrato de animales salvajes y una elevación de penas al abandono de animales". Muchos de estos puntos están presentes o en la ley o en la reforma del CP, pero otros, como las rebajas de precios, ni aparecen.

Además, la propuesta también hablaba de implementar "mejoras en el control de los animales domésticos y la posibilidad de incluirlos sin problemas en medios de transporte, centros públicos, albergues e instituciones de protección. Se mejorará el control de la producción de animales de consumo, con la instalación de cámaras, con inspecciones y con la exigencia del aturdimiento previo al sacrificio, y se pasará a métodos éticos para el control poblacional de animales silvestres. En esta dirección de garantizar el bienestar animal, se eliminarán las ayudas y subvenciones relacionadas con la tauromaquia y se prohibirán espectáculos que impliquen maltrato animal". De nuevo, una de cal y otra de arena. La ley no toca ni el aspecto de los animales de consumo ni la tauromaquia, aunque sí limita otros espectáculos y abre la entrada de mascotas en todos los establecimientos.

Lo cierto es que el primer borrador de la ley fue más cercano a esta propuesta que la norma final, pero su desgaste empezó desde la misma presentación, en octubre de 2021. El 16 de octubre de aquel año, un grupo de más de 800 investigadores publicaba una carta en la que alertaba de que el borrador del anteproyecto era "profundamente desacertado y erróneo" por sus contradicciones y por colisionar con normativa existente. Atacaba aspectos clave como el de los animales de trabajo o la cría de especies exóticas en cautividad. Ya fuera esa presión o la que vino en los siguientes meses, lo ocurrido surtió efecto y el reglamento introdujo numerosos cambios.

Ahora, ya aprobada, la ley corrige la mayor parte de los aspectos criticados en la carta (salvo alguna excepción como la legislación sobre las colonias felinas) o no legisla sobre ellos, se limita al ámbito de los animales de compañía y deja sin efecto la ley para muchos otros grupos. Por si fuera poco, de momento no entran en vigor algunos aspectos clave como el seguro obligatorio para mascotas o la listas de animales domésticos permitidos.

Además, la ley es bastante más permisiva de lo comentado con aspectos como el de la cría o las tiendas de animales. No se multará a nadie por que su perra tenga crías, solo se le exigirá que lo registre y las tiendas podrán seguir vendiendo mascotas, excepto perros, gatos y hurones. Lo curioso es que pese a todos estos detalles, algunos medios, influencers o asociaciones ya hablan de listas, multas o abandono de animales. Con el Gobierno en funciones y sin saber cómo será el futuro del Ejecutivo, grandes aspectos del reglamento quedan a merced de una articulación posterior, pero eso ha pasado a un segundo plano.

placeholder Manifestación de cazadores en Madrid. (Sergio Beleña)
Manifestación de cazadores en Madrid. (Sergio Beleña)

Según los impulsores, la mayoría de los recortes en la ley vinieron del lado socialista del gobierno, que desde el principio fue crítico con la normativa. El problema para ellos es que ni siquiera esta justificación sirvió para calmar a una parte de sus defensores, que sintieron que los cambios traicionaban el espíritu de la ley. Un hartazgo que se notó durante las elecciones de mayo (creció PACMA y cayeron los partidos relacionados con Podemos) del que se aprovechó lo que llama Codina, el "populismo animalista". "Hay grupos e incluso partidos políticos que han preferido ponerse contra la norma, aunque claramente es un avance para su lucha", comenta. Dorado es de los que piensa que queda mucho por hacer, pero entiende que aún es pronto. "Venimos de la nada en este ámbito, es normal que las normas vayan poco a poco", añade.

¿Se puede pelear contra el relato?

En un mundo como el del animalismo, donde activistas y otros influencer tienen un peso muy importante en los movimientos, la pérdida de ese apoyo por parte del ministerio supuso otro golpe. Está el caso de Cuesta, un naturalista que se ha mostrado claramente en contra de la ley y con unas posiciones más cercanas a las defendidas por los cazadores, pero no es el único. Del ámbito animalista también salió la polémica que aseguraba que la nueva legislación del Código Penal despenalizaba la zoofilia y la red se ha llenado de bulos sobre la ley que sus impulsores han sido incapaces de controlar. Caras como el propio Torres han intentado salir todo lo posible en medios y redes sociales para cambiar la idea sobre la norma, pero como se ve en el caso de las ratas, no han conseguido acallar los escándalos.

placeholder Manifestación en Madrid contra la Ley de Bienestar Animal. (EFE)
Manifestación en Madrid contra la Ley de Bienestar Animal. (EFE)

"Hay que pensar que España es un país receloso de los cambios y con una relación muy peculiar con los animales. Todo lo que se establece en esta ley se ha probado en otros países, no son ocurrencias, pero aquí hay sectores con mucha fuerza como el de la caza o la tauromaquia que tienen miedo a perder privilegios y por eso la han atacado. Es algo que se entiende mejor si echas un ojo a la historia española. Es verdad que la sociedad va cambiando pero hay que tener presente de dónde venimos", comenta Codina. Dorado, más pragmático, cree que se ha hecho una lectura simplista de la norma en muchos foros y que en estos casos esa simplicidad tiene mucho efecto. "Alguien te dice que te meten a la cárcel por matar a una rata y se queda con eso. Eso te lo puede decir un influencer en un vídeo de 5 minutos. Para desmentir esto, un experto debería hacer un vídeo de una hora que no iba a ver nadie. Es algo complicado", añade.

Volviendo al caso de las ratas. El cambio de la norma tiene como objetivo evitar que quede impune el maltrato de animales que no sean domésticos. Acabar con casos como el de unos excursionistas que en 2017 despeñaron a un jabalí en los Picos de Europa y salieron impunes por vacío legal en el CP. "Era una actualización que se pedía desde hace años", comenta Dorado. Sin embargo, la imagen que ha quedado de ese cambio es la de una persona que acaba con pena de cárcel por echar a una rata a escobazos. "

Torres, la cara más visible de los impulsores, sigue saliendo casi a diario en redes o medios para intentar hacer pedagogía sobre la norma, pero sus apariciones chocan con decenas de titulares o tertulias. El último brote de desinformación al que se enfrenta su equipo es el de la lista positiva. Aprobada en la norma, debe establecer qué animales estarán permitidos para tener en casa y cuáles no. Si uno busca en la red es posible ver supuestos listados de animales que están permitidos por la ley y los que no lo estarán, la cosa es que esa lista de momento no existe.

En noviembre de 2022, el presidente de la Real Federación Española de Caza, Manuel Gallardo, lanzaba una reflexión sobre una reforma del Código Penal que preparaba el Gobierno. Según su lectura de los cambios impulsados por la Dirección General de Derechos de los Animales y el Ministerio de Justicia para proteger a los animales, la nueva normativa podría llevarte a la cárcel por lesionar o matar a un ratón que entrase en casa. Era solo un ejemplo, pero la imagen de ser encarcelado por matar a una rata se viralizó sin freno. Tanto, que expertos en derecho e impulsores de los cambios tuvieron que salir a corregir la declaración. ¿Funcionó? Hace solo unos días, con la nueva ley de bienestar animal recién inaugurada, el influencer Frank Cuesta volvió a tirar del ejemplo para criticar esta norma (que no menciona nada de las ratas) y pedir su derogación en un vídeo con más de 300.000 visualizaciones.

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