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¿Cómo afectará la subvariante de ómicron a China? Tres escenarios y su impacto mundial
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RÉCORD DE LA PANDEMIA

¿Cómo afectará la subvariante de ómicron a China? Tres escenarios y su impacto mundial

El país confina a millones de personas en su peor momento de la pandemia, pero con esta versión del virus la estrategia se hace insostenible. ¿Vamos hacia un desastre sanitario?

Foto: Foto: EFE/EPA/Alex Plavevski.
Foto: EFE/EPA/Alex Plavevski.
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Mientras en España el segundo aniversario del estado de alarma de marzo de 2020 ha pasado como un leve recuerdo, sin pena ni gloria frente a otras preocupaciones, el país en el que comenzó el covid vuelve a temblar. Con más de 5.000 casos, este martes marcó el récord de contagios de toda la pandemia en China, y allí no se andan con bromas. Millones de personas vuelven a sufrir un confinamiento tan estricto como el de Wuhan de hace dos años, especialmente en la provincia de Jilin, en el extremo norte, y en Shenzhen, al sur. El cierre de esta ciudad, pegada a Hong Kong, es un duro golpe económico por ser un destacado centro tecnológico. Otras ciudades y barrios enteros de Shanghái también están sufriendo las restricciones, pero nada detiene a las autoridades chinas, decididas a seguir con su política de 'covid cero' pase lo que pase.

Sin embargo, esta vez todo parece diferente. El volumen del brote, que a estas alturas sería insignificante en la mayoría de los países del mundo, hace temer que por primera vez en China se produzca una transmisión comunitaria a escala nacional. La situación de Hong Kong en las últimas semanas es un aviso importante: esta región administrativa especial, que sigue manteniendo un estatus distinto, ha visto cómo sus hospitales colapsaban y las morgues se llenaban. Además, ya no estamos ante el mismo virus que salió del país. La variante ómicron y, dentro de ella, la subvariante BA.2, que se está imponiendo en todo el mundo, es extremadamente contagiosa. Alrededor de un tercio de los casos que están registrando las autoridades sanitarias chinas en estos últimos días son asintomáticos. Todos estos elementos forman un cóctel inédito e inquietante. ¿Volverán a ser capaces de contener el brote? ¿Qué pasará si el país más poblado del mundo se ve desbordado?

Foto: Foto: Reuters/Tyrone Siu.

¿Un 'covid cero' igual de eficaz?

El primer escenario es que la estrategia de 'covid cero' siga siendo igual de efectiva, una posibilidad que los expertos consideran cada vez más difícil. “Ya les costó que funcionara”, advierte Quique Bassat, epidemiólogo del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona. “Lo consiguieron a base cierres drásticos”, recuerda, y fue uno de los pocos países que pudieron mantener esta política a costa de implementar medidas draconianas impuestas en muchos casos con la colaboración del ejército. Sin embargo, “no es una estrategia sostenible y mucho menos con ómicron y sus subvariantes, mucho más transmisibles” que el virus original.

El linaje BA.2 está en clara expansión en todo el mundo y, al parecer, buena parte de los nuevos casos en China se pueden atribuir a esta subvariante de ómicron. A nivel mundial, ya supone más de un 70% de todos los contagios (aunque estas cifras están sesgadas debido a la diferente capacidad de los países para realizar secuenciación genómica). También en España es muy probable que se convierta en el linaje dominante en las próximas semanas, según el Ministerio de Sanidad. Con respecto a la situación del gigante asiático, lo más importante es que las mutaciones frente a BA.1 lo hacen aún más transmisible que esa primera versión de ómicron, aunque el riesgo de hospitalización y de fallecimiento es similar.

“Si miras el número de casos y muertes que han tenido ellos y nosotros, la diferencia es abismal”, reconoce Joan Carles March, epidemiólogo de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Por eso, al menos en términos de resultados sanitarios, su estrategia de control radical ha sido un éxito. Sin embargo, “en estos momentos es muy difícil realizar un seguimiento de casos. Pueden hacer muchas cosas, pero no las harán de la misma forma y, en cualquier caso, tampoco les va a ir igual de bien”. En opinión de este experto en salud pública, un factor clave es el elevado número de asintomáticos que hay en la actualidad. Por mucho que se realicen grandes cribados, este factor complica extraordinariamente el seguimiento de contactos y, en general, el control de la enfermedad. Además, en el caso de los sintomáticos, el plazo desde el contagio hasta la aparición de síntomas se acorta con respecto a otras variantes.

¿Un Hong Kong a gran escala?

En definitiva, cada vez es más complicado que la estrategia actual ofrezca resultados tan buenos como en 2020. Por eso, el temor es que ocurra lo contrario y el gigante asiático se encamine hacia una situación tan dramática como la de Hong Kong. La diferencia es que la antigua colonia británica es una especie de ciudad-Estado de 7,5 millones de habitantes y China suma 1.400. Sin embargo, no todos los países que abandonan la estrategia 'covid cero' están encaminados al desastre. Singapur, Nueva Zelanda o Corea del Sur han registrado en las últimas fechas una incidencia muy elevada, pero el número de fallecimientos solo se ha disparado en Hong Kong. Para los expertos, la diferencia está muy clara: la población vulnerable está muy poco vacunada. En particular, solo el 33% de los mayores de 80 años había recibido una dosis hasta el pasado mes de febrero. Según los analistas, la percepción del riesgo ha sido muy baja, precisamente porque la estrategia de erradicación había funcionado hasta ahora.

placeholder Cola para hacerse un test en China. (EFE)
Cola para hacerse un test en China. (EFE)

En ese sentido, el caso de China es diferente porque su tasa de vacunación es buena (más del 87% de la población tiene la pauta completa). Al menos, “si nos creemos las cifras oficiales”, advierte Bassat. La falta de transparencia de este país siempre hace desconfiar a los expertos, pero en este caso, existe otro motivo de preocupación: las vacunas de China no son las mismas que se han utilizado en Occidente. ¿Cuál es su verdadera efectividad? Lo cierto es que Sinovac, Sinopharm y CanSino no han pasado el filtro de entidades reguladoras internacionales tan exigentes como la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no las ha puesto en entredicho, pero hace meses recomendó que se pusieran al menos tres dosis y en ese aspecto la cobertura vacunal china todavía está coja, puesto que ronda el 40%. Frente a estas dudas, un factor favorable es que la pirámide poblacional aún es bastante más joven que en Europa y otros países.

¿Podemos estar seguros de que no se producirá un colapso como el de Hong Kong? “En una población tan gigantesca, cualquier paso en falso puede ser una catástrofe”, reconoce el epidemiólogo del ISGlobal. La experiencia de otros países hace ver que “cuando ómicron entra, es imposible de controlar”. Si España registró en plena sexta ola cientos de miles de contagios diarios, en China serían millones.

Foto: Foto: EFE/EPA/Jérôme Favre.

La capacidad de respuesta del sistema sanitario chino es otra de las variables que están en juego. Está claro que “tienen los recursos y la capacidad de movilización necesaria”, según Bassat, especialmente con un sistema autoritario y jerárquico, que ya levantó un hospital en Wuhan en 10 días en febrero de 2020. Frente a Hong Kong, es posible que los recursos económicos sean menores, pero incluso en el peor de los escenarios los expertos descartan situaciones dramáticas de falta de atención como las vividas en la India, entre otros países.

¿Medidas de contención al estilo occidental?

Si el éxito de la estrategia 'covid cero' es cada vez más improbable, pero tampoco es previsible un gran desastre sanitario, el futuro de la pandemia en China podría parecerse más a la estrategia de contención que han tratado de seguir, con mayor o menor éxito, los países europeos en las diferentes olas de la pandemia. “Está claro que ómicron ha hecho que aquí cambien muchas cosas y ellos también tendrán que modificar cosas ante la nueva situación, pero siempre han marcado su propia política y es posible que sigan haciendo algo diferente al resto de los países”, comenta March. “¿Qué se pueden sacar de la manga? No lo sabemos, pero cuentan con algunas bazas; por ejemplo, su sistema tecnológico para el seguimiento de los casos es mucho mejor”, añade.

El problema es que si un país ha apostado por erradicar el virus, nunca es buen momento para cambiar de política, y mucho menos cuando los casos comienzan a subir. “Creo que les habría gustado arriesgarse con ómicron y, si realmente tienen una razonable cobertura vacunal, podrían confiar en que el impacto clínico fuera bajo”, comenta Bassat. Sin embargo, el desastre de Hong Kong hace muy complicado que opten por una apertura a corto plazo. “Sería difícil de justificar que después de tantos sacrificios ahora tuvieran un episodio con miles de muertes. Prefieren seguir siendo conservadores, aunque está claro que no es sostenible mantener una política que, por ejemplo, obliga a hacer una cuarentena de cuatro semanas a cualquiera que llega al país”, afirma.

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Covid en China. (EFE)

Los expertos coinciden en que el mejor momento para cambiar de estrategia es cuando las cifras son favorables, de manera que “quede claro que lo haces porque lo decides así, no por necesidad”. Si los chinos cambian ahora de estrategia, “sería reconocer que se les ha ido de las manos y quedaría como un fracaso de su sistema de vigilancia”. No obstante, Bassat cree que sería comprensible, “porque es imposible controlar a ómicron”, pero es muy poco probable que China admita algo así, sobre todo porque no están acostumbrados a nuestras elevadas cifras de contagios y de mortalidad. En cualquier caso, si la transmisión se dispara, tampoco será viable mantener decenas de ciudades gigantescas confinadas, y menos teniendo en cuenta que si el país quiere volver a abrirse al mundo, tendrá que enfrentarse a esta situación tarde o temprano.

Repercusión internacional

Así que todas estas incógnitas mantienen a los epidemiólogos pendientes de los próximos pasos de esta potencia mundial. Es evidente que con la guerra de Ucrania el mundo no está en el mejor momento para afrontar más problemas económicos derivados de un brote en China, pero ¿podría contagiarse también la crisis sanitaria? Los países occidentales ya han pasado una gran ola de ómicron, así que en ese sentido no habría mucho que temer. “El problema sería que, si se produce un contagio masivo en China, podrían aparecer nuevas variantes y no podemos descartar que fueran peores”, reconoce el experto del ISGlobal.

“Lo que pase en China puede repercutir de una forma u otra”, comenta March. “En el resto del mundo ha cambiado mucho la visión que teníamos de la pandemia y de las medias, pero si los chinos no son capaces de controlar la situación, podrían obligar a replantearnos cómo debemos actuar ante los brotes”, señala. En ese sentido, “siempre hay que hacer un seguimiento de lo que pasa: sin un control, se nos pueden disparar los casos y no sabemos hacia dónde podemos ir”. Por eso, este experto advierte de que tanto en España como en Europa la incidencia está dejando de bajar e incluso se están produciendo repuntes importantes. Por eso, “al margen de lo que pasa en China, me preocupa nuestro entorno; hay que analizar a qué se deben las subidas y tenerlas en cuenta para no equivocarnos”.

Mientras en España el segundo aniversario del estado de alarma de marzo de 2020 ha pasado como un leve recuerdo, sin pena ni gloria frente a otras preocupaciones, el país en el que comenzó el covid vuelve a temblar. Con más de 5.000 casos, este martes marcó el récord de contagios de toda la pandemia en China, y allí no se andan con bromas. Millones de personas vuelven a sufrir un confinamiento tan estricto como el de Wuhan de hace dos años, especialmente en la provincia de Jilin, en el extremo norte, y en Shenzhen, al sur. El cierre de esta ciudad, pegada a Hong Kong, es un duro golpe económico por ser un destacado centro tecnológico. Otras ciudades y barrios enteros de Shanghái también están sufriendo las restricciones, pero nada detiene a las autoridades chinas, decididas a seguir con su política de 'covid cero' pase lo que pase.

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