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Ni EEUU ni China: el país que nadie esperaba tendrá pronto un 'portaaviones' de drones
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La apuesta de Portugal

Ni EEUU ni China: el país que nadie esperaba tendrá pronto un 'portaaviones' de drones

El país luso tendrá listo su primer buque portadrones durante la primera mitad de 2026. Todo apunta a que será el primer país europeo en disponer de uno, antes incluso que China o EEUU

Foto: Concepto del buque portadrones D. João II. Nótese los drones y lanzadrones sobre la cubierta de vuelo, así como el spot de popa para helicóptero. (Damen)
Concepto del buque portadrones D. João II. Nótese los drones y lanzadrones sobre la cubierta de vuelo, así como el spot de popa para helicóptero. (Damen)

Hay un país que acaba de colarse en una liga inesperada, la de aquellos que cuentan en sus filas, o contarán muy pronto, con un portadrones. Fundamentales en la guerra en Ucrania, hay un entorno en el que los drones todavía no cuentan con la importancia que les corresponde: la batalla naval. El último en tomar la decisión de incorporar un ‘drone carrier’ no es ni EEUU, ni China ni ninguna de las potencias militares mundiales. Lo tenemos al lado: es Portugal.

El pasado 24 de noviembre, el astillero neerlandés Damen anunció, junto con el gobierno luso, la firma del contrato para la adquisición de un buque peculiar. Una nave clasificada como Plataforma Naval Multifuncional (PNM) y que será bautizada como A-5209 NRP D. João II. Su entrada en servicio se espera para el primer semestre de 2026.

Se trata de un barco cuya función principal es la gestión, es decir, mando y control de drones, así como su lanzamiento y posterior recogida. ¿Qué tipo de drones? Todos: aéreos (UAVs), de superficie (USVs) y submarinos (UUVs). En palabras del AJEMA, el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada portuguesa, podría controlar hasta 50. Además, se plantea utilizarlo en misiones de investigación oceanográfica, búsqueda y rescate (o SAR), apoyo en emergencias, seguridad marítima y operaciones navales de apoyo. En resumen, todo aquello que puede considerarse como acción del Estado en la mar.

En el apartado técnico, presenta una eslora de 107 metros, una manga de 20 metros y un desplazamiento de 7.000 toneladas. El diseño portugués deriva del hermano menor de la familia Multi-Purpose Support Ship (MPSS) comercializada por Damen. Según el astillero, es capaz de ofrecer una velocidad máxima de entre 15 y 20 nudos -algo reducido para operaciones aéreas-, una autonomía de 45 días a 10 nudos, y un alcance a velocidad de crucero de más de 10.000 millas náuticas. Unas cifras ideales para Portugal, un país con dos archipiélagos en el océano Atlántico y la segunda mayor zona SAR del mundo.

Foto: Señuelo inflable de un blindado. (Reuters/Eva Korinkova)

Aparte de la gestión de drones, Damen oferta sus MPSS como buques capaces de llevar a cabo tareas de apoyo anfibio limitado, ayuda humanitaria en caso de emergencias -hospital ROLE 2 y la posibilidad de embarcar hasta 200 personas-, búsqueda y rescate, apoyo a buceadores -puede albergar una cámara hiperbárica-, operaciones de rescate de submarinos y operaciones aéreas con medios de ala rotatoria y drones.

Estas actividades aéreas se desarrollan en la cubierta de vuelo, que tiene unas dimensiones de 96 metros de largo por 11 mentros de ancho. Dicha cubierta se estructura en 7 ubicaciones o spots para drones y un spot, en popa, para un helicóptero pesado de hasta 15 toneladas. Cabe recordar que la Esquadra 751 opera los AgustaWestland EH-101, los ángeles de la guarda en su zona SAR. Para labores de mantenimiento, la isla del portadrones cuenta con tres hangares, dos para UAV y uno para helicóptero de hasta 10 toneladas. En los mencionados spots pueden operar tanto drones de despegue y aterrizaje vertical (VTOL), como drones lanzables desde catapulta.

placeholder Vista lateral del dron A-5209 NRP D. João II. En la parte inferior del buque se observa la orza abatible para la colocación de sensores científicos. (Wikimedia Commons)
Vista lateral del dron A-5209 NRP D. João II. En la parte inferior del buque se observa la orza abatible para la colocación de sensores científicos. (Wikimedia Commons)

Además, el D. João II no solo es un buque madre de drones, sino que también hace las veces de buque de investigación oceanográfica. Algo similar al A-33 BIO Hespérides operado por la Armada española. Dispone de laboratorios y de alojamiento para unos 40 científicos. Cuenta con diversos sensores y tiene instalado un sistema de posicionamiento acústico, que le permite operar con UUV. También puede trabajar con vehículos submarinos remotamente tripulados (ROVs), como el ROV LUSO, desplegado actualmente en el R/V Sarmiento de Gamboa del CSIC.

Gracias al uso de componentes civiles (COTS), el buque tiene un precio contenido. El coste total asciende a unos 130 millones de euros, de los que 37,5 millones serán aportados por el gobierno luso y el resto se cubrirá con fondos del Mecanismo Europeo de Recuperación y Resiliencia de la Unión Europea. No solo el precio es reducido, sino también su dotación, apenas 50 personas para marinar un barco de 7.000 toneladas. Por comparar, los Buques de Acción Marítima de la Armada española, también conocidos como Clase Meteoro, desplazan unas 2.500 toneladas y precisan de 46 marineros.

En resumen, es un barco ideal para un país con un presupuesto de defensa contenido y unas carestías de personal notables -algo que está azotando a muchas marinas europeas-. Estos factores obligan a los Estados Mayores a recurrir a sistemas de armas con un mayor grado de robotización, es decir, que dispongan de un mayor número de drones; así como a la implementación de técnicas de automatización y de inteligencia artificial.

placeholder El dron X-47B toma tierra por primera vez en la cubierta del portaaviones CVN-77 USS George H.W. Bush en 2013. (Wikimedia Commons)
El dron X-47B toma tierra por primera vez en la cubierta del portaaviones CVN-77 USS George H.W. Bush en 2013. (Wikimedia Commons)

Lo interesante de este nuevo portadrones es que no es una decisión aislada de Portugal. El país vecino se ha tomado el asunto de los vehículos remotamente tripulados muy en serio. En 2017, creó la Célula de Experimentaçao de Veículos Não Tripulados (CEOV). Por si fuera poco, el mayor ejercicio a nivel OTAN -conocido como Dynamic Messenger- sobre experimentación con este tipo de aparatos se realiza en la península de Troia, al sur de Lisboa.

Además, el pasado mes de febrero crearon la unidad X31 con la intención de operar todo tipo de sistemas remotamente tripulados, así como de generar la doctrina y entrenamiento necesarios. La nación lusa dispone de varios sistemas aéreos en servicio como el UAVision Aeronautics Ogassa OG42 o el Tekever AR3. También están desarrollando USV y, con respecto a los UUV, OceanScan-MST ofrece su LAUV.

En definitiva, el D. João II forma parte de una revolución en la composición de la Marina Portuguesa. Pues, en palabras de su AJEMA, plantean operar únicamente tres plataformas en un futuro cercano: patrulleros, submarinos y el PNM. Algo sorprendente, pues dejarían de contar con capacidades ofensivas y defensivas de cierto porte. Sin duda, es una apuesta muy arriesgada.

¿Y el resto de países?

Los turcos fueron los primeros en reclamar el mérito de haber sido los pioneros en esto de fabricar buques portadrones. Sin embargo, aquel anuncio fue una maniobra de marketing para apoyar a su potente industria local y sus más que conocidos Baykar Bayraktar TB-3 y Kizilelma. A día de hoy, no hay constancia de que ninguno de esos drones haya operado desde el L-400 TCG Anadolu, uno de los tres hermanos del LHD Juan Carlos I, comercializado por Navantia como ATHLAS 26000.

placeholder El buque turco  L-400 TCG Anadolu, desde el que, supuestamente, Turquía habría lanzado drones. (Türk Deniz Kuvvetleri)
El buque turco L-400 TCG Anadolu, desde el que, supuestamente, Turquía habría lanzado drones. (Türk Deniz Kuvvetleri)

A esta carrera por ser los primeros, también se ha sumado Irán, que desde enero del año pasado está trabajando en la conversión de un buque civil para operarlo como ‘drone carrier’. Será bautizado como Shahdid Bagheri.

Sin embargo, quizás sean los chinos los primeros en llevarse el gato al agua. A principios de marzo, una fotografía, publicada en redes sociales chinas, del enorme astillero de Jiangnan (en este mismo astillero se ha construido el último portaaviones de la Marina Popular China, el Type 003), revelaba la construcción de un buque de grandes dimensiones, que podría coincidir con los recurrentes rumores de una nueva clase de LHD, el Type 076, algo más grande que el Type 075. Se espera que el Type 076 disponga de capacidad para operar con drones de ala fija y ala rotatoria.

¿Y Estados Unidos? La US Navy lleva tiempo trabajando en el desarrollo de drones de todo tipo, sin embargo, no se ha planteado diseñar un buque específicamente para estos aparatos. Tampoco la Marine Nationale frandesa ni la Royal Navy de UK lo están haciendo, aunque algunas voces apoyen su construcción. Eso no quita que sí los estén probando. Los británicos evaluaron en noviembre del año pasado el General Atomics Mojave en el portaaviones HMS Prince of Wales.

Con respecto a España, la Armada anunció, en abril de 2023, la intención de adquirir sistemas remotamente tripulados de clase III -masa mayor a 600 kg- para operar desde plataformas navales. El candidato ideal propuesto por la industria nacional sería el SIRTAP. Además, el pasado mes de febrero la Armada, expresó la necesidad de incorporar buques de cubierta corrida para emplearlos.

El plan portugués no serviría en España

Aunque se pueda pensar que el ejemplo portugués sería interesante para nuestras fuerzas navales, en realidad, está lejos de encajar en nuestra realidad. Para España, la opción más lógica -desde el punto de vista de la Armada- pasa por diseñar un buque con cubierta corrida y más centrado en operaciones aéreas que el actual LHD Juan Carlos I. Algo que estaría entre las 10.000 y las 30.000 toneladas, como indican desde Defensa.com. Además, si se quiere operar drones de cierta envergadura como el Mojave, sería preciso ampliar la cubierta de vuelo a lo ancho.

Al mismo tiempo, tanto la Armada como el Ejército de Tierra y el Ejército del Aire y del Espacio necesitan reducir las inercias al cambio. Es decir, deben agilizar el proceso de evaluación e incorporación de nuevas tecnologías (drones, sistemas láser...) al campo de batalla.

placeholder El buque de la Armada española Juan Carlos I. (Wikimedia Commons)
El buque de la Armada española Juan Carlos I. (Wikimedia Commons)

Es bastante preocupante que, en la tercera década del siglo XXI, la Armada apenas haya trabajado con USV o UUV -el año pasado se adquirieron dos ejemplares del iQua Robotics Sparus II de fabricación española-. Ya no es solo hablar de adquisición, sino de probarlos y ensayarlos, como hizo en noviembre la Royal Navy. Pues, es así y no de otra manera como se aprende a operarlos, y, posteriormente, desarrollar la doctrina y los planes de instrucción necesarios.

Una iniciativa que podría ser interesante para solventar este inconveniente es la construcción de un Centro de Ensayos UxV Naval. Sobre el papel, sería un centro de experimentación para todo tipo de drones (aéreos, superficie y submarinos) asociado a un polígono de tiro en la mar. En su interior, se plantearían problemas tácticos con el objetivo de que se propongan soluciones empleando sistemas no tripulados en un ambiente lo más parecido a la realidad. Evidentemente, es una idea difícil de llevar a cabo, pero, nuestros vecinos han montado ya dos unidades para evaluar drones. Si Portugal puede, ¿por qué no España?

Hay un país que acaba de colarse en una liga inesperada, la de aquellos que cuentan en sus filas, o contarán muy pronto, con un portadrones. Fundamentales en la guerra en Ucrania, hay un entorno en el que los drones todavía no cuentan con la importancia que les corresponde: la batalla naval. El último en tomar la decisión de incorporar un ‘drone carrier’ no es ni EEUU, ni China ni ninguna de las potencias militares mundiales. Lo tenemos al lado: es Portugal.

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