Es noticia
Un coloso en alta mar: el portaaviones USS Gerald Ford es una señal de lo que viene
  1. Tecnología
CONFLICTO EN ORIENTE PRÓXIMO

Un coloso en alta mar: el portaaviones USS Gerald Ford es una señal de lo que viene

La invasión a gran escala de Israel en Gaza no ha llegado tan rápido como se esperaba a la espera de que EEUU proteja sus bases en la región. Para ello, ha hecho un despliegue sin precedentes en la zona

Foto: El portaaviones más grande del mundo, el USS Gerald Ford (derecha). (Reuters)
El portaaviones más grande del mundo, el USS Gerald Ford (derecha). (Reuters)

La nueva fase de hostilidades abiertas entre Israel y Hamás se ha convertido en un asunto muy preocupante. No se trata solo de las dos partes protagonistas de este conflicto, es también el riesgo existente de contagio a Líbano y la cada vez más beligerante postura de Irán. De fondo, el apoyo sin fisuras del gobierno estadounidense, que además de abastecer a su aliado de todo lo necesario, ha desplegado una fuerza pocas veces vista en la zona. Dos portaaviones, uno de ellos el nuevo USS Gerald R. Ford, un LHD así como otros tantos buques, son la respuesta de EEUU a esta crisis.

Lo que ahora estamos presenciando en Oriente Próximo ha ensombrecido hasta la propia guerra que se sigue librando en Ucrania, para disgusto de un Zelenski que ve como su lucha contra el invasor ruso deja de ocupar las portadas de periódicos y telediarios. Mientras, Irán con su apoyo a Hamás está mostrando una agresividad que ha contagiado a las facciones insurgentes de toda el área.

Respecto a la temida entrada de tropas terrestres, ya se están realizando incursiones, que desde fuentes israelíes se califican como "selectivas". Se trata de penetraciones en territorio de Gaza buscando células terroristas y se han visto movimientos de tropas precedidas de blindados de ingenieros abriendo camino, por ahora todo próximo a la frontera. Sin embargo, hay concentraciones de tropas, carros de combate, artillería y vehículos listos para entrar en acción, a la vez que los reservistas están recibiendo un adiestramiento intensivo en combate urbano.

Los motivos de que la preparada entrada en Gaza a gran escala se esté retrasando pueden obedecer a varios factores. Uno podría ser el temor dentro de los propios mandos militares a meterse en un combate que, seguro, implicará muchas bajas. Todo el trabajo que se realice con ataques previos, facilitará la tarea. También se comenta que este tiempo de espera podría contribuir a enfriar los ánimos de unos soldados deseosos de devolver, quizás multiplicado, el dolor recibido en los ataques terroristas del día 7 de octubre.

placeholder El USS Gerald R. Ford (CVN-78)en navegación por el Atlántico. (US Navy)
El USS Gerald R. Ford (CVN-78)en navegación por el Atlántico. (US Navy)

Pero el motivo más sólido podría ser el hecho de que es Estados Unidos quien sigue pisando el freno. La explicación podría estar en el temor de que a Netanyahu, presionado por la línea dura de su Gobierno, se le fuera la mano tras la entrada en Gaza. Pero sobre todo, por el hecho de que una posible acción de Teherán contra Israel pueda desatar un huracán de violencia o que estas amenazas se materialicen en acciones ofensivas contra intereses americanos. En ambos casos, Washington necesita fortalecer su posición y para eso precisa de algo de tiempo para que un segundo portaaviones y otros refuerzos lleguen a la zona.

Nadie pone en duda la enorme capacidad, sin rival a nivel mundial, que tienen los Estados Unidos para movilizar un gran número de fuerzas militares y posicionarlas en cualquier lugar. Es la base de su estrategia de defensa y el porqué mantienen —y seguirán haciéndolo— once enormes portaaviones en servicio. Ya lo han demostrado en otras ocasiones, como el caso de las tensiones con China hace unos años. Ahora, con los sucesos de Gaza y los roces con Irán, lo están volviendo a demostrar.

Un despliegue impresionante

En estos momentos tienen ya en situación de intervenir, si fuera preciso, el Carrier Strike Group (CSG) del portaaviones USS Gerald R. Ford, el más nuevo y tecnológicamente avanzado de toda su flota. También tienen ya estacionado en el Golfo de Omán un grupo naval formado por el enorme LHD USS Bataan y el USS Carter Hall, este último un buque tipo LSD que complementa al Bataan con una fuerza de Marines.

Solo con lo anterior ya harían temblar a casi cualquier país del mundo. Tan solo el poder aéreo que son capaces de desplegar es tremendo. El Grupo Aéreo del Ford con su Ala Embarcada n.º 8 (Carrier Air Wing 8) puede lanzar cerca de 50 F/A-18E y F/A-18F Super Hornet de ataque. Aparte dispone de un escuadrón de EA-18G —la versión de guerra electrónica del Super Hornet— más los aviones de alerta temprana E-2D Hawkeye y helicópteros de apoyo.

Además, el CSG del Ford cuenta con una escolta de un crucero de la clase Ticonderoga y tres destructores de la clase Arleigh Burke, más uno o dos submarinos nucleares y buques de apoyo. Por si fuera poco, en el Mediterráneo oriental está desplegado también el USS Mesa Verde (LPD-19), un buque con capacidad para asaltos anfibios que lleva a bordo una unidad de operaciones especiales.

placeholder Interesante imagen para comparar el USS Gerald R. Ford y el USS Harry S. Truman, de la clase Nimitz. (US Navy)
Interesante imagen para comparar el USS Gerald R. Ford y el USS Harry S. Truman, de la clase Nimitz. (US Navy)

Por su parte, el USS Bataan y el USS Carter Hall llevan a bordo buena parte del 26º MEU (Marine Expeditionary Unit), incluyendo un grupo de operaciones especiales, junto a sus habituales helicópteros de ataque Cobra, MV-22 Osprey y modelos utilitarios. Este grupo naval tiene un gran efecto disuasorio, pues puede proyectar una importante fuerza anfibia en cualquier punto de la costa.

Por si todo lo que ya se encuentra en la zona fuera poco, un segundo portaaviones, el USS Dwight D. Eisenhower (CVN-69), se dirige hacia el Mediterráneo oriental formando a su propio CSG, que incorpora su ala embarcada (Carrier Air Wing 3) con una fuerza similar a la del Ford y una escolta y apoyo equivalente.

Respecto al envío del segundo portaaviones, se ha especulado sobre si respondía a una necesidad real de acumular aún más fuerza en la zona o si se debía a que para el USS Gerald Ford es su primera operación real y han preferido enviar un segundo buque ya más que probado, ante la eventualidad de que aflorase algún problema en su unidad más nueva y moderna. No hay que olvidar que, pese a su alarde tecnológico, la puesta en servicio del Ford tuvo numerosos problemas y sufrió importantes retrasos.

¿Por qué despliegan esa abrumadora fuerza?

En general, una fuerza militar solo se despliega por dos motivos: para disuadir o para intervenir. Se podría quizás añadir un tercer supuesto, que sería aplicable al caso que nos ocupa y que, además de los anteriores, supondría materializar un apoyo explícito hacia el gobierno de Netanyahu. En el primer caso el objetivo es acumular un importante poder destructivo que haga que el enemigo, Irán en este caso, se piense dos veces tomar alguna acción ofensiva contra intereses israelíes y norteamericanos.

El segundo caso implicaría, por un lado, tomar acciones defensivas y ofensivas ante movimientos enemigos. Ya se han producido varios ataques de cohetes o misiles lanzados por milicias sirias apoyadas por Irán y por grupos insurgentes de Yemen. La respuesta ha sido en el primer caso atacar dos almacenes de municiones y armas utilizadas por la Guardia Revolucionaria de Irán y grupos de milicias apoyados por Teherán. El ataque fue realizado el pasado 27 de octubre por dos aviones norteamericanos. Por otra parte, el 19 de octubre, el destructor USS Carney, de la clase Arleigh Burke, interceptó con sus misiles antiaéreos varios cohetes (o misiles) y drones lanzados por las milicias hutíes, como se sabe también respaldadas por Irán.

No hay que olvidar que, además del papel de apoyo defensivo a Israel, que se podría ver atacado por misiles iraníes de largo alcance, estas fuerzas desplegadas contribuirían a defender las numerosas e importantes instalaciones que los Estados Unidos mantienen en la zona. Conviene recordar que tienen bases aéreas en Irak (3), Kuwait, Baharein, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Omán (4), Arabia Saudí (3) y Jordania, alguna de ellas muy importante. También están presentes en diez instalaciones navales, repartidas entre Egipto, Arabia Saudí, Omán, Emiratos, Baréin y Yibuti, más seis del US Army y una estación de radar.

placeholder Avión de alerta temprana E-2D Hawkeye. (US NAVY)
Avión de alerta temprana E-2D Hawkeye. (US NAVY)

Todas esas instalaciones militares son susceptibles de ser atacadas por Irán en una hipotética escalada de los acontecimientos y siempre que la disuasión no haya funcionado. En ese caso, la respuesta norteamericana sería sin duda un ataque a una escala significativa de determinados objetivos iraníes.

El ataque norteamericano se realizaría con misiles —los famosos Tomahawk— y bombardeos aéreos, bien lanzados desde las bases en tierra, que ya se están reforzando de manera urgente, bien desde los propios portaaviones, apoyándose en las instalaciones terrestres. También con ataques de aviones que se hayan posicionado en dichos puntos y siempre contando con el empleo de reabastecimientos en vuelo. Infraestructuras de apoyo importantes tenemos la iraquí de Al Asad o la Base Aérea Al Udeid en Qatar, la mayor estadounidense en el Medio Oriente, a unos 32 kilómetros al suroeste de Doha y donde se estima que hay desplegados 10.000 militares.

Los buques posicionados en el Mediterráneo, frente a Israel y Gaza, podrán atacar cualquier objetivo en Líbano o Siria, a la vez que contribuirían con su sistema antimisil a defender a Israel de posibles ataques iraníes. Conviene tener presente que han desarrollado una amplia gama de misiles de todo tipo, muchos de gran alcance. Con varios de ellos podrían tener Jerusalén y cualquier punto israelí en su rango operativo; por supuesto que cualquiera de las bases americanas de la zona estaría expuesta.

placeholder Vehículos blindados anfibios AAV-7 entrando en el dique de uno de los LHD. (US NAVY)
Vehículos blindados anfibios AAV-7 entrando en el dique de uno de los LHD. (US NAVY)

Hay modelos como el Paveh, del que se estima un alcance de más de 1.600 km, el Sejjil, con ojiva de 750 kg y alcance de 2.00 km, o cualquiera de la familia Khorramshahr, con alcances superiores a los 2.000 km. Cualquiera de ellos podría ser utilizado. El problema de los iraníes es que la precisión y calidad de sus misiles deja bastante que desear, por ello están ávidos de recibir tecnología rusa.

Además, lo que sería un logro para su ejército, atacar con éxito alguno de los portaaviones norteamericanos, está francamente fuera de su alcance. Por más que se diga que los grandes buques son objetivos fáciles de alcanzar, la realidad es otra. Un ataque de ese estilo necesitaría, en primer lugar, de una inteligencia y capacidades ISR de las que Irán hoy por hoy carece. Además, requeriría armas muy sofisticadas, de muy alta precisión y largo alcance y, por último, realizar ataques de saturación, pues la cortina antiaérea de un CSG, con sus destructores y cruceros, es muy difícil de penetrar.

La nueva fase de hostilidades abiertas entre Israel y Hamás se ha convertido en un asunto muy preocupante. No se trata solo de las dos partes protagonistas de este conflicto, es también el riesgo existente de contagio a Líbano y la cada vez más beligerante postura de Irán. De fondo, el apoyo sin fisuras del gobierno estadounidense, que además de abastecer a su aliado de todo lo necesario, ha desplegado una fuerza pocas veces vista en la zona. Dos portaaviones, uno de ellos el nuevo USS Gerald R. Ford, un LHD así como otros tantos buques, son la respuesta de EEUU a esta crisis.

Tecnología militar Defensa
El redactor recomienda