Así pudo ser el coche de Apple que ya nunca veremos

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A finales del pasado mes de febrero, Apple canceló el “Proyecto Titán”, es decir, aquel a través del cual había dedicado sus últimos años al diseño y fabricación de un coche eléctrico 100 % autónomo. Comenzó en 2015 y la compañía invirtió miles de millones de dólares que, al final, no dieron ningún tipo de fruto. La ambición desmesurada fue la que finalmente dio al traste con él.

No debe olvidarse que la idea de Apple era construir un vehículo con un nivel 5 de conducción autónoma o, lo que es igual, que no requiriese en ningún momento de la intervención del conductor. El problema no está solo en que este tipo de vehículos se encuentren prohibidos en la mayoría de países del mundo (entre ellos, España y el conjunto de la Unión Europea), sino que la tecnología actual no es suficiente para fabricarlos. Solo hay que echar un vistazo al mercado para comprobar que únicamente hay unos pocos modelos que alcanzan el nivel 3.

También hay que considerar los grandes problemas a los que se ha enfrentado Tesla debido a su sistema de conducción autónoma, que recibe el nombre de Autopilot. Todo ello llevó a que Apple cancelase el proyecto y dedicase los recursos a la inteligencia artificial generativa, que previsiblemente llegará a sus usuarios en el último trimestre de 2024.

Hasta la fecha, no se conocían demasiadas cosas acerca de cómo sería el coche autónomo de Apple. Sin embargo, Mark Gurman, que es uno de los filtradores más importantes del entorno de la compañía, ha revelado multitud de detalles. Desde luego, si finalmente hubiese sido comercializado, no habría dejado a nadie indiferente.

Así hubiese sido el coche de Apple

Apple tenía claro que no quería que su vehículo autónomo 100 % eléctrico se pareciese en nada a un SUV, un sedán, un deportivo o, en líneas generales, a cualquier coche de Tesla. Su idea era que tuviese el diseño de una furgoneta futurista. Especialmente, a partir de 2020. Por ello, se pusieron en contacto con Canoo, una firma especializada en este tipo de automóviles a la que la firma de Cupertino pensaba adquirir los chasis.

El resultado hubiese sido el de una especie de furgoneta redondeada con el mismo diseño en la parte delantera que en la trasera. De este modo, al circular, el coche de Apple siempre hubiese transmitido la sensación de ir hacia delante. Asimismo, la marca contemplaba que el techo fuese completamente transparente, si bien es cierto que permitiría a los usuarios elegir entre diversos tipos de opacidad. Hubiese empezado a comercializarse solo en blanco.

Por su parte, el interior del coche no iba a tener pedales ni volante. Al fin y al cabo, si conseguía que alcanzase el nivel 5 de autonomía, no sería necesaria la conducción de un ser humano. Lo que sí tendría sería un mando con forma de joystick muy parecido al utilizado por algunas videoconsolas que permitiese obtener el control del vehículo en situaciones de emergencia. Mark Gurman especifica que Apple se planteó incluso mantener el automóvil conectado permanentemente a un centro de control para que expertos pudiesen conducirlo de forma remota en caso de que fuese necesario.

El interior del coche de Apple también sería un espacio para el trabajo y el entretenimiento. Al fin y al cabo, los ocupantes podrían aprovechar el tiempo del modo que quisieran al no tener que conducir. La compañía pensaba dotar la cabina de pantallas, ordenadores y otros dispositivos multimedia para tal fin.

En un principio, Apple quería que las puertas del vehículo fuesen correderas. Sin embargo, después cambió de idea y quiso hacer que se abriesen hacia arriba. Un concepto que ya hemos visto en el Tesla Model X, por ejemplo. En cualquier caso, la realidad es que el Proyecto Titán está cancelado y que nunca veremos circular este coche. También parece poco probable que la firma dirigida por Tim Cook lo retome en el futuro tras la experiencia sufrida.