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Xiaomi, Apple, Foxconn... Por qué ahora cualquiera puede vender coches eléctricos
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AVALANCHA DE FABRICANTES TECNOLÓGICOS

Xiaomi, Apple, Foxconn... Por qué ahora cualquiera puede vender coches eléctricos

La misma empresa china que hasta hace dos días te vendía teléfonos por dos duros ahora anuncia su primera fábrica para hacer sus propios vehículos. Y no es la única. Así están asaltando las tecnológicas el negocio de la automoción

Foto: Lei Jun, fundador de Xiaomi, durante una presentación. (EFE/EPA/Xiaomi)
Lei Jun, fundador de Xiaomi, durante una presentación. (EFE/EPA/Xiaomi)
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El mismo fabricante chino que hasta hace dos días era conocido mayormente por vender 'smartphones' a dos duros está a punto de montar una fábrica para hacer sus propios coches. Hace unas semanas, Xiaomi anunció a bombo y platillo que había creado una división automovilística, Xiaomi EV Inc, a la que regaría con 10.000 millones de dólares durante la próxima década. Ahora, ha dado un paso más y ha anunciado el emplazamiento de una planta de producción, la primera, que será capaz de dar forma y montar 300.000 vehículos eléctricos cada año.

Foto: Un Tesla 'reposta' en un parking en Suiza. (Arnd Wiegmann)

El lugar escogido para levantarla han sido las afueras de Pekín, como el propio Gobierno regional confirmó. De esta manera, la firma china completa su enésima mutación y quizá la más ambiciosa de todas. Empezaron con móviles, siguieron con 'wearables', pero no tardaron en mostrar su músculo creando aparatos para el hogar, desde televisiones hasta robots aspiradores. Pero los dispositivos móviles y los electrodomésticos son, como quien dice, 'primos hermanos'. La pregunta es inevitable: ¿por qué se meten en este fregado?

Si esto fuera una excepción, se podría hablar de la locura de Xiaomi para asaltar el negocio de las cuatro ruedas. La cuestión es que no lo es. Grandes firmas de tecnología de todo el mundo, especialmente de China (donde se concentran la mayor parte de ellos), han movido pieza. Entre ellos se encuentra el Apple Car que tanto ha dado que hablar en los últimos meses. Pero no son, ni mucho menos, los únicos casos. Sony, Baidu o incluso Foxconn han anunciado incursiones similares.

Mucho más fácil que la combustión

Uno de los motivos que empujan estos movimientos es que la materia no les es tan extraña como lo eran los motores de combustión. Es decir, los automóviles eléctricos tienen una base tecnológica (baterías, conexiones...) que les es mucho más familiar y más accesible desde el punto de vista del conocimiento para meter un pie en esta nueva actividad, en el caso de que quieran hacerlo en solitario.

placeholder Foto: Reuters/Kim Hong-Ji.
Foto: Reuters/Kim Hong-Ji.

A la industria automotriz también les interesa buscar alianzas y matrimonios de conveniencia con estos advenedizos actores. Las tecnológicas les llevan años de ventaja en la investigación en materias como inteligencia artificial, clave para la conducción autónoma; o en las baterías, algo que llevan trabajando y mejorando muchos años. Un buen ejemplo de esto último es como LG Chem, una división del gigante surcoreano, se está planteando dividir su estructura y crear un nuevo negocio solo para baterías a medida que los coches eléctricos empiezan a carburar.

La otra gran razón son las expectativas de negocio. No hace falta recordar que Tesla recientemente superó el billón de dólares de capitalización. El mundo está convencido de la transición hacia el vehículo eléctrico y las expectativas no van a dejar de crecer año tras año, tanto en el ámbito privado como en el público.

S-Vision y Apple Car

Aunque Xiaomi ha sido la primera en anunciar una fábrica, no ha sido la primera marca de electrónica de consumo que ha puesto a rodar uno. Uno de los que se adelantó fue Sony con su S-Vision, un modelo presentado antes de la pandemia en el Consumer Electronic Show de Las Vegas, en enero de 2020. En diciembre realizó pruebas en Austria. El problema es que los japoneses no han dado más datos. No se sabe el precio, la autonomía ni cuándo podría llegar al mercado. Algo que ha hecho que este proyecto quede un poco en segundo plano.

Mucho más se ha hablado del Apple Car o Project Titán. Y eso que tampoco se ha confirmado nada sobre los planes de los de Cupertino. Se sabe con certeza que desde hace varios cursos ha fichado ingenieros especializados para impulsar esta línea de negocio y un sistema de conducción autónoma. Se ha especulado también con que en 2024 podría tener un primer modelo funcional. Sin embargo, la falta de informaciones concretas ha desatado las especulaciones. Muchos ven la posibilidad de que Apple, que mantuvo conversaciones con Hyundai, cree un sistema de conducción autónoma y lo licencia, más allá de que se dedique a construir sus propios automóviles.

placeholder Concepto de Apple Car. (Industry Leaders)
Concepto de Apple Car. (Industry Leaders)

Más allá de la vía Xiaomi o Sony, hay otros que han optado por dar la mano a un fabricante de automóviles y caminar juntos hacia esta nueva era. Es el caso de Foxconn. Es probable que poco o nada hayas oído hablar de ella. Se trata de una multinacional taiwanesa que se ha especializado en fabricar las creaciones de otros y ensamblarlas. Es un proveedor al que recurren nombres como Amazon, Apple, Nintendo, Sony... Recientemente, Fiat Chrysler le escogió para crear coches eléctricos para el mercado chino. No es su primer movimiento de este tipo. Ya había firmado acuerdos con Byton, una 'startup' de movilidad eléctrica, para escalar su primer SUV eléctrico y producirlo en masa. También se ha asociado con sus compatriotas de Yulún Motors para crear una línea de coches bajo el sello Foxtron.

A pesar de ser casi un fantasma, Foxconn es la tercera tecnológica más valiosa del planeta. Solo está superada por Apple y por Samsung. Es a la electrónica de consumo lo que TSCM a la fabricación de chips y semiconductores. Ahora quieren diversificarse y dar el salto a nuevos nichos más allá de consolas, teles, móviles u ordenadores. Para ello, ha habilitado MIH, una colección de soluciones de componentes, pero también de 'software' para los que quieran comercializar coches eléctricos, cuyos responsables han definido como "un Android de la automoción", que reducirá las barreras de entrada a aquellos que quieran probar suerte en este negocio. Entre los componentes clave que Foxconn planea fabricar en el futuro se encuentra una batería de estado sólido, que se lanzará al mercado en tres años.

En este sentido, Foxconn compró a Lordstown Motors, un fabricante en apuros, una planta por 230 millones de dólares. Como parte de esta operación, se ocupará de la producción de los autobuses eléctricos que comercializa esta compañía, aunque utilizará esta infraestructura para cubrir pedidos de terceros.

Este es un ejemplo perfecto de cómo las 'big tech' se pueden aprovechar de las dificultades de algunas firmas de este sector para ganar posiciones con relativa facilidad. Su pulmón financiero también les permitiría hacerse con empresas emergentes que estén despuntando, pero que necesiten capital para seguir creciendo. Esta sería una vía rápida de acceder a muchísima propiedad intelectual y desarrollos. La propia Apple intentó adquirir una 'startup' llamada Canoo dedicada a la fabricación de vehículos eléctricos para acelerar el desarrollo de su propio coche, aunque las conversaciones quedaron en punto muerto, ya que los fundadores buscaban financiación sin perder el control de la compañía. Acabaron saliendo a bolsa en diciembre de 2020.

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Foto: Reuters.

La manzana sí que consiguió, en 2019, adquirir Drive.AI, una 'startup' californiana que había conseguido 77 millones de capital riesgo para explotar sus tecnologías de conducción autónoma. La diferencia es que Drive.AI estaba en horas bajas y la compra acabó resultando un chollo.

China, el caldo de cultivo

Es normal que sea China el lugar donde se esté cociendo este gran cambio de paradigma. El régimen de Pekín lleva alimentando durante décadas el desarrollo de sus tecnológicas patrias, aunque esa libertad acumulada le haya obligado a meter en cintura a muchas de ellas para mantener su poder. Eso les ha servido para convertirse en una pista de pruebas perfecta. Y las autoridades quieren aprovecharlo.

En 2019, estableció una hoja de ruta para que uno de cada cuatro coches en el país para 2025 fuesen eléctricos. Este año actualizó el objetivo: en 2035, el 50%. Para lograrlo, lleva más de 10 años subsidiando la industria local con un ambicioso plan que disparó las compras a mediados de la pasada década. En 2019, apretó el acelerador, relajó las condiciones para empresas extranjeras y consiguió atraer una 'gigafactory' de Tesla, que entró como un elefante en una cacharrería en aquel país.

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Foto: Reuters/Florence Lo.

Es probable que hayan oído hablar de Baidu, el Google chino. Pues bien, esta compañía lleva años trabajando en 'software' de conducción autónoma, mapas y cientos de productos. Apollo, una especie de sistema operativo para coches que pusieron sobre la mesa, se ha convertido en un consorcio mundial que incluso ha despertado el interés de Ford o Toyota.

Sin embargo, ahora quieren pasar de lo intangible a lo tangible. Por eso, han anunciado que iniciarán la producción de sus propios coches. Para eso se ha asociado con Geely, un conglomerado propietario de Volvo, entre otras marcas.

Esta empresa será la que se ocupe de la fabricación del coche. El resultado puede ser similar al que ha tenido Huawei con BAIC para crear el Arcfox Alpha S, un modelo que llegará al mercado a lo largo de 2022. Se trata de un vehículo con un nivel de autonomía de 3 (sobre un máximo de cinco), que viene equipado con el sistema operativo Harmony OS y un auténtico arsenal tecnológico obra de los de Shenzen. Un sensor Lidar, 13 radares ultrasónicos, más de una decena de cámaras y un chip con una potencia superior a 350 TOPS ('teraoperations' por segundo).

El mismo fabricante chino que hasta hace dos días era conocido mayormente por vender 'smartphones' a dos duros está a punto de montar una fábrica para hacer sus propios coches. Hace unas semanas, Xiaomi anunció a bombo y platillo que había creado una división automovilística, Xiaomi EV Inc, a la que regaría con 10.000 millones de dólares durante la próxima década. Ahora, ha dado un paso más y ha anunciado el emplazamiento de una planta de producción, la primera, que será capaz de dar forma y montar 300.000 vehículos eléctricos cada año.

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