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Nadie al volante: Amazon está fabricando un taxi que no puede conducir ningún humano
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Sin conductor, volante, ni pedales

Nadie al volante: Amazon está fabricando un taxi que no puede conducir ningún humano

Zoox es el proyecto menos conocido de Amazon pero uno de los más ambiciosos. Igual que Google, Jeff Bezos está fabricando un taxi sin conductor que ha empezado a vender ya a las ciudades

Foto: Zoox, el coche autónomo de Amazon. Es simétrico, eléctrico y autónomo, sin espacio para el conductor. (Foto: Cedida)
Zoox, el coche autónomo de Amazon. Es simétrico, eléctrico y autónomo, sin espacio para el conductor. (Foto: Cedida)
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Se llama Zoox, es un coche eléctrico, sin conductor ni volante, alcanza los 125 kilómetros por hora y es el plan de Amazon para llevar los vehículos autónomos a las ciudades, algo que de momento nadie ha conseguido con éxito. Amazon y Google (a través de su subsidiaria Waymo), son los dos únicos gigantes tecnológicos que aún siguen vivos en este terreno, plagado de retrasos, fallos técnicos y promesas incumplidas. La compañía más avanzada en este frente, Cruise (propiedad de General Motors), se ha quedado sin licencia en San Francisco tras embestir su vehículo a un peatón. El resto de fabricantes, con Tesla a la cabeza, aún no se atreve a hablar de coche autónomo, sino de "funciones" de conducción autónoma. Mientras todos recogen cable, Amazon está convencido de que el taxi del futuro será una especie de cápsula que no puede conducir ningún humano.

Amazon aterrizó en este sector hace cuatro años por la vía rápida, a golpe de talonario. En el verano de 2020, la compañía pagó 1.200 millones de dólares para comprar la startup Zoox, con sede en Foster City, California. Zoox tenía un coche eléctrico propio, software avanzado y cientos de ingenieros y diseñadores industriales especializados en automoción. La idea era crear el primer taxi autónomo del mundo. Era la época en la que aún creíamos que el coche nos llevaría al trabajo mientras veíamos Netflix recostados en el asiento del copiloto. Elon Musk llevaba prometiendo algo así cada año para el año siguiente desde el 2014, pero aún teníamos fe.

Casi un lustro después, seguimos perdiendo media vida en los atascos, y los mayores expertos en coches autónomos dicen que la cosa va para largo. La complejidad tecnológica, aseguran, es mucho mayor de lo esperado. Habían subestimado el problema. Amazon, sin embargo, no parece pensar lo mismo. Hay algo que obsesiona a Jeff Bezos, y no son los atascos ni mejorar el transporte en las ciudades. Su fijación es automatizar al máximo los centros logísticos que tiene esparcidos por el mundo. Robotizar para ahorrar costes.

Un buen ejemplo de esto lo tenemos en España. El mayor almacén de Amazon en nuestro país, ubicado en El Prat de Llobregat (Barcelona), emplea a 3.000 trabajadores y el doble de robots, 6.000. La compañía opera en EEUU una unidad solo dedicada a fabricar aparatos para automatizar tareas en sus almacenes. Se llama Amazon Robotics, y entre sus dos plantas ubicadas en Massachusetts es capaz de fabricar 330.000 nuevos robots cada año. ¿Por qué meterse también en coches autónomos?

Foto: Jaime Waydo, durante una presentación del coche autónomo de Waymo (Google) en 2015. (Reuters)

"Amazon tiene muchísimo dinero, se puede permitir gastar y probar. Más allá de la automatización en almacenes está todo el frente del reparto. A Bezos le da igual transportar personas que paquetes. Si funciona para unos, funciona para otros. Por eso está probando con drones y otros robots. Si da con un vehículo autónomo fiable capaz de entregar paquetes, en rutas definidas, con entornos algo más controlados que en tráfico abierto, sería un negocio muy, muy rentable", explica a este diario Javier Alonso-Mora, director del Laboratorio de multi robots autónomos de la Universidad de Delft (Holanda) y uno de los académicos europeos con mayor experiencia en la investigación de vehículos autónomos.

placeholder El lateral del Zoox, el taxi autónomo de Amazon. (Foto: M. Á. M)
El lateral del Zoox, el taxi autónomo de Amazon. (Foto: M. Á. M)

Alonso-Mora señala que el avance en tecnología de conducción autónoma ha sido espectacular en la última década, pero aún estamos lejos de lograr vehículos 100% autónomos capaces de mezclarse en el tráfico de las grandes ciudades. "Piensa en Madrid, Roma, Ámsterdam... Son capitales muy densas, meter ahí un aparato autónomo es el escenario más complejo, el nivel de imprevistos es casi infinito. Por eso creo que veremos primeros coches y camiones autónomos en autopistas, donde hay mucha menos dificultad. Para entrar en la ciudad, el conductor tendrá que tomar el control", explica.

Foto: Un taxi autónomo de Cruise, propiedad de GM, circulando en San Francisco. (M. McLoughlin)

Los ingenieros de Amazon, sin embargo, apuestan por lo contrario, por fabricar coches que no pueda conducir un humano. "Mi función favorita es que puedes entrar de frente a aparcar en una plaza en paralelo. Es lo bueno de que giren las 4 ruedas", explica a este diario Nahuel Battaglia, uno de los responsables del diseño industrial del coche autónomo de Amazon. Battaglia lleva una década trabajando en Zoox, justo desde el nacimiento de la startup en 2014. "Siempre tuvimos claro que queríamos crear un coche muy compacto, pensado para funcionar de taxi urbano en tráfico denso. Lo que más me gusta es que es como un carruaje del siglo XXI. Solo le falta los caballos", bromea.

Visto desde un lateral, la simetría del Zoox recuerda en efecto a una especie de carruaje futurista. Dentro tiene capacidad para cuatro pasajeros, sentados en parejas frente a frente. Al entrar, uno se siente desorientado. No hay salpicadero, no hay espacio para el conductor, solo 4 asientos y una gran zona central. Cada uno de esos asientos va equipado con su propia pantalla, desde la que se puede arrancar o parar el viaje, subir y bajar las ventanillas o cargar el móvil en un panel inalámbrico.

Amazon quiere montar con Zoox el primer servicio de taxi autónomo del mundo y está probando el vehículo en Fosters City, San Francisco, Las Vegas y Seattle. En 2022 tuvo un total de 42 accidentes de tráfico, pero ninguno de gravedad, según datos oficiales del Estado de California. Es un 17% del total de 252 accidentes sufridos por todos los vehículos autónomos operando en California en ese periodo. La peor parada ha sido Cruise.

El pasado octubre, uno de sus aparatos embistió a una mujer en San Francisco y la arrastró varios metros al intentar seguir circulando. El incidente le supuso la retirada de la licencia para operar en la ciudad y la de su flota de 950 robo-taxis. "Cruise ha perdido la confianza que habíamos depositado en ella, tiene que empezar de cero otra vez", resumía Aaron Peskin, presidente del Consejo Supervisor de San Francisco.

placeholder Un taxi autónomo de Cruise en San Francisco, antes de la retirada de su licencia por atropellar a un peatón. (Reuters)
Un taxi autónomo de Cruise en San Francisco, antes de la retirada de su licencia por atropellar a un peatón. (Reuters)

Para investigadores como Alonso-Mora, los coches autónomos son en realidad más seguros que los conducidos por humanos. "Los datos demuestran que están involucrados en menos accidentes. Es imposible que sean 100% fiables, que nunca haya accidentes. La clave es que deben ser al menos igual de seguros que los convencionales. Igual tardamos 10 años más en conseguirlo, pero va a ocurrir", señala.

Google reunió datos de 11,4 millones de kilómetros recorridos por Waymo en Phoenix, Los Ángeles, y San Francisco y los comparó con datos de coches conducidos por humanos. Encontró que sus vehículos estaban involucrados en accidentes casi siete veces menos que los vehículos convencionales. Google, a través de su unidad Waymo, está a punto de comenzar a operar comercialmente su servicio de robo-taxis en Phoenix (Arizona), y los está probando también en San Francisco, Austin y Los Ángeles.

placeholder Uno de los coches autónomos de Google, de su subsidiaria Waymo. (Reuters)
Uno de los coches autónomos de Google, de su subsidiaria Waymo. (Reuters)

A diferencia de Amazon, Google no ha optado por una especie de supositorio futurista para transportar viajeros. Subirse a uno de sus vehículos es igual que hacerlo a uno actual, con salpicadero, pedales y asiento de conductor, solo que no hay una persona al volante. Gira solo. La sensación es probablemente igual de inquietante o más que subirse a un Zoox, pero la realidad es que quien ha probado un Waymo sale sorprendido. Funciona.

"La cosa va muy bien, estamos creciendo. Hacemos 10.000 viajes por semana", desvelaba recientemente Saswat Panigrahi, el jefe mundial de producto de Waymo. A la vez, reconocía que fabricar un coche 100% autónomo es un gigantesco reto tecnológico. Sus ingenieros ahora están inmersos en lograr que los sensores y el software no se vuelvan locos si hay niebla o se desata una tormenta. Luego le meterán mano a la nieve. Así, año tras año probando cada mínima eventualidad. "Da igual lo duro que trabajes. Esto simplemente lleva tiempo".

Se llama Zoox, es un coche eléctrico, sin conductor ni volante, alcanza los 125 kilómetros por hora y es el plan de Amazon para llevar los vehículos autónomos a las ciudades, algo que de momento nadie ha conseguido con éxito. Amazon y Google (a través de su subsidiaria Waymo), son los dos únicos gigantes tecnológicos que aún siguen vivos en este terreno, plagado de retrasos, fallos técnicos y promesas incumplidas. La compañía más avanzada en este frente, Cruise (propiedad de General Motors), se ha quedado sin licencia en San Francisco tras embestir su vehículo a un peatón. El resto de fabricantes, con Tesla a la cabeza, aún no se atreve a hablar de coche autónomo, sino de "funciones" de conducción autónoma. Mientras todos recogen cable, Amazon está convencido de que el taxi del futuro será una especie de cápsula que no puede conducir ningún humano.

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