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Alquilar un Tesla como si fuera un patinete: la idea asturiana para que no compres un coche
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EL 'BOOM' DEL 'CARSHARING'

Alquilar un Tesla como si fuera un patinete: la idea asturiana para que no compres un coche

Guppy es una 'startup' de alquiler de coches compartidos por horas o minutos. Es parte de una tendencia que está creciendo en España, donde ya hay 3.500 vehículos de este tipo

Foto: Uno de los Tesla de la flota de Guppy. (Cedida)
Uno de los Tesla de la flota de Guppy. (Cedida)

Abrir una aplicación, buscar un vehículo cercano, reservarlo y hacer un pequeño trayecto con él. Desde hace años, es la operativa que ha seguido cualquier persona que quisiera alquilar un patinete, bicicleta o ciclomotor en alguna ciudad española. Sin embargo, hay un modelo menos conocido, pero que está creciendo en un segundo plano. Se trata del carsharing, que consiste en hacerse con un coche híbrido o eléctrico con la misma fórmula, con un préstamo de horas o, incluso, minutos.

Es un negocio que ha estado presente, casi exclusivamente, en Madrid. Fue en 2015 cuando llegó a la capital de la mano de Car2go, ahora renombrada como Share Now. Después, llegaron más empresas con un negociado similar, como Wible o Zity. Sin embargo, una empresa asturiana está tratando que el carsharing llegue a otros puntos del país y, además, conectarlos entre sí para ofrecer una alternativa de movilidad.

Su nombre es Guppy, una startup con algunas peculiaridades sobre el resto del mercado. "Somos un poco la rara avis del carsharing", comenta el fundador, Pablo Campos-Ansó, en conversación con El Confidencial. La idea comenzó al ver lo que estaba ocurriendo en Madrid, pero que no llegaba a otros puntos donde consideraban que podía ser potencialmente útil. "Teníamos dudas de si las ciudades o provincias de tamaño medio podían adaptarse a un modelo así. Estuvimos desarrollando la infraestructura durante seis meses y construimos el mínimo para salir al mercado", indica.

Aquello fue en 2019, cuando empezaron con 50 vehículos en Gijón, donde tiene la sede el Grupo Junquera Marítima, socio promotor de la empresa. Es algo que les diferencia de otros competidores, ya que detrás de las marcas suele haber fabricantes o empresas relacionadas con el mundo del motor (por ejemplo, Wible está participada por Repsol y Kia, mientras que Zity es de Renault España). Además, hace un par de semanas, anunciaron una inyección de un millón de euros de la empresa pública Sociedad Regional de Promoción (SRP).

Foto: Una de las bicis de OFO 'abandonadas' en Madrid, que lleva semanas en la misma posición, sin moverse. (Foto: Michael Mcloughlin)

"Somos una empresa de capital 100% asturiano", defiende Campos-Ansó, que explica que en Gijón tienen una plata fotovoltaica que genera más de la mitad de la energía de toda la flota, compuesta por 250 vehículos; entre ellos, 40 Tesla Model 3. "El resto de electricidad la compramos, pero es 100% renovable. Es algo temporal, porque queremos tener una fotovoltaica en cada ciudad en la que operamos", comenta.

Esa expansión está siendo progresiva. Primero, llegaron a Cantabria, donde están presentes en Santander y Torrelavega. Más tarde, comenzaron a operar en Madrid y Bilbao, a la par que ofrecían sus servicios también en Oviedo y Avilés. Es ahí donde está la clave de su negocio respecto al resto del mercado.

placeholder El equipo de Guppy. (Cedida)
El equipo de Guppy. (Cedida)

"No solo había que trabajar en provincias, sino conectarlas entre sí. Ahora mismo somos los únicos que permitimos comenzar el viaje y acabarlo en dos regiones distintas. De esta forma, se puede hacer la ida y vuelta con nosotros, pero también solo la ida", explica sobre este punto, subrayando que "el coche compartido ya es una solución para las grandes ciudades, pero también lo puede ser para largas distancias". "Muchos de nuestros clientes nos lo dicen: no quieren comprar un coche solo para hacer viajes puntuales, porque no lo necesitan en su día a día", ejemplifica.

Su flota ya ha recorrido más de cinco millones de kilómetros y el servicio ya lo han probado 40.000 usuarios, de los que estiman que alrededor del 25% hacen un uso habitual. Frente al vandalismo que han tenido que enfrentar las bicicletas o patinetes compartidos, en Guppy recalcan que es algo con lo que rara vez se encuentran. "La experiencia en el plano cívico es muy positiva. Tenemos dos o tres incidentes semanales, pero son sin mala fe y parte derivada del negocio. No es una cifra elevada con 600 alquileres diarios", señalan.

La empresa, que tiene una plantilla que ya roza las 40 personas, también desarrolla su propia tecnología. "Es algo que nos aporta valor sin depender de terceros y también nos permite premiar la conducción responsable de los clientes", comenta.

Un negocio que crece silenciosamente

Según el informe más reciente de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive), ya en 2022 había 3.500 coches compartidos en España, donde ocho de cada 10 son eléctricos y el resto, híbridos. En ellos, se hicieron alrededor de seis millones de viajes. El auge del carsharing, además, se está dando de una forma mucho más sigilosa que el de los patinetes o las bicicletas compartidas, que han tenido un eco social y mediático mucho mayor.

"La movilidad eléctrica es una opción cara para muchas personas, y el carsharing está permitiendo que se adopte sin necesidad de comprar un coche y con tarifas económicas. Es pura eficiencia, porque te permite que haya menos coches en una ciudad, porque hace que quien no le dé un uso habitual, no tenga que comprarlo", explican fuentes de Aedive sobre esta cuestión. "En España, tenemos soluciones de movilidad compartida punteras. A nivel europeo, no existen tantas opciones y tan variadas como aquí. Es algo que comentamos con nuestros compañeros de otros países, porque les llama la atención lo que ocurre aquí".

Foto: Foto: EFE/Alexander Becher.

Durante los últimos meses, distintas empresas del sector han presumido de sus cuentas. Fue el caso de Zity, que en 2022 anunció que Madrid se convertía en la primera ciudad en la que alcanzaban la rentabilidad —también opera en París, Milán y Lyon—, tras aumentar un 19% su facturación y un 13% el número de usuarios registrados. Wible, por su parte, también sacaba pecho en verano. "Si el segundo semestre del año es como el primero, alcanzaremos la rentabilidad. Si no lo hacemos, nos quedaremos a las puertas", dijeron entonces.

Preguntado por el estado de salud del negocio, Campos-Ansó se limita a comentar que han alcanzado el ebitda positivo en aquellas ciudades en las que llevan más de dos años. "El resto necesitan más tiempo", añade. En este sentido, remarca que un negocio como este "es intensivo en capital en los primeros años, así que abrir en una nueva ciudad siempre es un reto enorme; se necesita madurez, y eso hace que los primeros años sean muy duros".

"No tenemos ninguna ronda abierta, pero estamos activos en búsqueda de capital"

Sobre este punto, el fundador remarca que "la diferencia de capital es enorme" respecto a la competencia. "Ahora mismo no tenemos ninguna ronda abierta, pero estamos activos en búsqueda de capital, siempre que valoren a la compañía y nos permitan dar un salto", continúa al respecto. El otro gran obstáculo, señala, es la regulación en los ayuntamientos.

"Hay muchas diferencias entre ellos, porque algunos lo ven como una gran herramienta para favorecer la sostenibilidad y otros como todo lo contrario, así que imponen unas trabas que acaban poniendo en duda la viabilidad del negocio o imposibilitándola", lamenta antes de poner un ejemplo práctico: "Hay casos en los que te piden que el ticket de parking se renueve de forma manual cada dos horas, y eso hace que no tenga sentido, porque el coche puede estar aparcado 5 minutos u horas hasta que lo use un cliente".

Abrir una aplicación, buscar un vehículo cercano, reservarlo y hacer un pequeño trayecto con él. Desde hace años, es la operativa que ha seguido cualquier persona que quisiera alquilar un patinete, bicicleta o ciclomotor en alguna ciudad española. Sin embargo, hay un modelo menos conocido, pero que está creciendo en un segundo plano. Se trata del carsharing, que consiste en hacerse con un coche híbrido o eléctrico con la misma fórmula, con un préstamo de horas o, incluso, minutos.

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