Me he subido al coche eléctrico del futuro y tiene muchas papeletas de provocar accidentes

Abres la puerta, te sientas al volante y todo el salpicadero frente a ti es una gigantesca pantalla táctil, de lado a lado. Con ella puedes hacer prácticamente lo mismo que haces en tu móvil, portátil o tele conectada en el salón: ver series, jugar, realizar una videollamada o seguir en 3D la ruta hasta tu destino. Pronto podrás hacer algo más, hablar con un asistente inteligente al que le podrás pedir que te reserve una mesa en el restaurante italiano más cercano a tu ubicación. Todo en tiempo real. Esa es la visión que fabricantes como Honda, Mercedes, BMW o Kia, y tecnológicas como Google o LG, están presentando estos días en el CES de Las Vegas para el futuro del coche eléctrico. Una visión que se enfrenta, entre otros, a un enorme reto: evitar que semejante avalancha tecnológica sobre ruedas te distraiga al conducir.

Entrar en uno de estos vehículos de nueva generación es como una explosión mental. Las pantallas y las casi infinitas funciones disponibles simplemente abruman. Ocurre, por ejemplo, al subir al Mercedes EQS 580 4Matic. La compañía alemana ha mostrado su última versión en el CES, cargada de nuevas funciones gracias al sistema operativo propietario que están desarrollando, denominado MB OS (Mercedes-Benz OS). Mercedes incluso está diseñando sus propios procesadores para incorporar aplicaciones de inteligencia artificial generativa. Dicho de otra forma, para meter una especie de ChatGPT en el coche que sirva de copiloto inteligente y virtual.

"Con la inteligencia artificial vamos a lograr que el coche conozca a su dueño mejor que nunca. Sabrá quién conduce y le ofrecerá sugerencias basadas en la ubicación, el momento del día o la batería restante. Es lo que llamamos un vehículo hiper personalizado", ha explicado durante el CES Markus Schäfer, jefe tecnológico mundial de Mercedes. "Tener una conversación natural con tu coche, a través de un asistente personal, es el próximo gran paso que vamos a dar. Hablamos de un asistente que es inteligente, empático y proactivo", aseguró Magnus Östberg, jefe de software del fabricante.

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Manuel Ángel Méndez. Las Vegas

Mercedes planea seleccionar a lo largo del año un socio tecnológico en IA (Microsoft, OpenAI, Google...) para introducir su asistente virtual en coches eléctricos como el Concept CLA. Este vehículo es todavía un prototipo, pero cuenta con un rango de 750 kilómetros y la posibilidad de cargar 400 kilómetros extra en solo 15 minutos. Sirve además de batería sobre ruedas, es capaz de almacenar energía que se puede usar luego al llegar a casa para alimentar aparatos en el hogar.

En esta carrera por inventar el coche eléctrico más avanzado, BMW ha firmado un acuerdo con el fabricante de procesadores Qualcomm para equipar los interiores con enormes pantallas. Es el caso del BMW i7 xDrive 60, una bestia de 536 caballos (pasa de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos) con un rango de carga de hasta 510 kilómetros. Ya está a la venta desde 124.000 euros y es una muestra de lo que viene: vehículos cargados de entretenimiento. La pantalla principal del salpicadero es un panel curvado desde el cual puedes desplegar en la parte trasera una enorme pantalla 8K abatible de 31 pulgadas. Ponerte al volante del i7 xDrive 60 no genera tanto 'mareo' tecnológico como el Concep CLA de Mercedes, pero se acerca. ¿Cómo va a afectar esto a nuestra capacidad de atención?

"Es cierto que tanta tecnología provoca cierta sensación de desbordamiento al entrar en el coche. Con la inteligencia artificial eso va a ir a más. La clave es que muchas de esas funciones no se puedan usar mientras conduzcas, que estén bloqueadas. Muchos fabricantes optan por dividir el salpicadero digital en dos partes, una para el acompañante, con muchas funciones, y otra para el conductor, con muchas menos. Es una opción. A nivel regulatorio, se van a tener que marcar ciertas reglas", explica a El Confidencial Craig Piersma, vicepresidente de Gentex.

Esta compañía, con sede en Michigan (EEUU), muestra en el CES un retrovisor digital capaz de monitorizar en tiempo real el estado del conductor. Si detecta que se duerme, puede activar un sonido a gran volumen, hacer vibrar el asiento para despertarlo, o llamar directamente a la policía en caso de accidente. Permite también realizar una videollamada desde el retrovisor, viendo a los compañeros de trabajo en pequeños recuadros, casi como si uno estuviera delante del ordenador.

Honda ha sido otra de las compañías en presentar en el CES su próxima línea de coches eléctricos que comenzarán a estar disponibles a nivel comercial en todo el mundo a partir de 2026. Uno de ellos, bautizado como Saloon, se aparta de la línea de Mercedes y BMW, e intenta ser minimalista en tamaño y uso de tecnología. Su otra nueva línea, denominada Space-Hub, recuerda más a una especie de pequeña furgoneta futurista.

"Compacto, ligero e inteligente". Son los tres valores que guían el diseño de estos coches, según el CEO de la japonesa, Toshihiro Mibe. Honda mantiene además una alianza con Sony para el desarrollo del coche Afeela, que llegará a EEUU también en 2026. Está por ver cómo aplicará la inteligencia artificial para simplificar y personalizar la experiencia de conducir, pero todo apunta a que será una de sus herramientas clave para evitar que la tecnología nos paralice al volante.

"Nosotros hemos optado por integrar un asistente inteligente que te ahorra mucho tiempo y te ayuda a configurar el coche usando solo la voz, en lugar de tener que ir manualmente a los ajustes de la pantalla", explica a este diario Mike Pohlable, ingeniero del fabricante chino de coches eléctricos Nio. Esta compañía intenta plantar cara a Tesla en el segmento de vehículos premium y, al igual que Mercedes, quiere convencernos de que tener un asistente inteligente al que hablar y pedirle cosas es una buena idea.

Estamos a bordo de un Nio ET7, una berlina eléctrica que, además de en China, ya se vende en varios países en Europa (desde 64.000 euros). Nio planea llegar a España este año y a EEUU en 2025. Una de las novedades que llama la atención nada más subir es una pequeña bola con ojos en el salpicadero que mira a un lado y otro esperando que le pidas cosas. Se llama Nomi. "Hola, Nomi. ¿Puedes bajar las ventanillas?". Tarda un poco, pero lo hace. "Hola Nomi, ¿puedes abrir el puerto de carga?". Hecho.

Nomi, sin embargo, tiene problemas en cuanto hay un poco de ruido ambiente o le preguntas usando frases informales, en lenguaje natural. "Tengo frío, ¿puedes ajustar la temperatura a 22 grados?" Silencio. "¿Hola, Nomi?". Hay demasiado ruido. Estiro el cuello para acercarme al micrófono ubicado en una esquina del techo. "Hola, Nomi". Estoy mirando a Nomi y a la pantalla en el salpicadero mientras pego la boca al micrófono y, supuestamente, intento conducir. Todo a la vez. Lo primero que se me pasa por la cabeza es lo fácil que es distraerse en esta situación y acabar teniendo un accidente. Por suerte, es solo una prueba. Lo que ocurrirá de verdad lo empezaremos a ver muy pronto cuando estos asistentes empiecen a colarse en los coches eléctricos del futuro.