Los coches Tesla dejan tirados a conductores en EEUU: se congelan y no se pueden cargar

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Si Fernando Fernan-Gómez decía que Las bicicletas son para el verano, Tesla puede afirmar que los coches eléctricos no son para el invierno. Al menos, cuando tienen que enfrentarse a temperaturas tan extremas como las ocasionadas por la última ola de frío que ha sufrido la ciudad estadounidense de Chicago. La urbe ha registrado temperaturas inferiores a los -20 °C y una sensación térmica hasta 10 grados inferior, lo que llevó a las autoridades a activar el plan de emergencia para este tipo de situaciones.

Todo el mundo está acostumbrado a que esta clase de fenómenos climatológicos provoquen la cancelación de vuelos y atascos kilométricos en las autopistas a causa de las nevadas. Sin embargo, no se está tan habituado a contemplar auténticos “cementerios” de coches eléctricos incapaces de arrancar debido al frío. En esto precisamente se han convertido las estaciones de carga de Tesla en la ciudad de Chicago, tal y como puede observarse en este vídeo del canal Fox 32.

Hay varios factores que explican lo que está sucediendo en Chicago. En primer lugar, los 'supercargadores' de Tesla se han convertido en el estándar de carga más importante en Estados Unidos. Sin embargo, su principal punto débil está relacionado con el frío: cuando los termómetros descienden por debajo de los 0 °C, su rendimiento baja de forma notable.

Una “tormenta perfecta”

Eso sí, la reducción del rendimiento de los supercargadores Tesla no es el único factor a tener en cuenta. Según diversos estudios, la autonomía de los coches eléctricos se ve reducida hasta un 40 % cuando la temperatura exterior es inferior a los 0 °C. Es más, en casos tan extremos como este, ni siquiera es posible llevar a cabo el repostaje de energía eléctrica.

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Ambos factores han dado lugar a una “tormenta perfecta”. Por un lado, puesto que la autonomía de los coches eléctricos se reduce cuando aprieta el frío, un mayor número de conductores ha acudido a las estaciones de carga que Tesla tiene en Chicago. Por otro, los supercargadores de Tesla no son capaces de funcionar a pleno rendimiento, por lo que tardan más en devolver la autonomía a estos vehículos, si es que consiguen estar operativos.

Como dijo un conductor a la NBC, “hay que esperar dos horas como mínimo para poder conectar el coche a un cargador”. Sin embargo, hay testimonios de usuarios que han llegado a pasar hasta cinco horas aguardando su turno. Esto ha hecho que las estaciones de Tesla se conviertan en depósitos improvisados para vehículos eléctricos, cuyos propietarios finalmente se han visto obligados a buscar otras alternativas de transporte para llegar a su destino.

Los países nórdicos europeos, como es el caso de Noruega o Suecia, están mucho más acostumbrados a este tipo de olas de frío y, además, son líderes mundiales en la implantación del coche eléctrico en sus respectivos parques automovilísticos. El motivo de que en ellos no acontezcan sucesos como este es que prima la recarga en casa. Sin embargo, el número de hogares con puntos de carga en Chicago es muy inferior, lo que obliga a muchos conductores a utilizar las electrolineras de Tesla.