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ChatGPT, Bard, Grok, Claude... Quién es quién en la guerra de la IA generativa
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MUSK TAMBIÉN SE HA SUMADO

ChatGPT, Bard, Grok, Claude... Quién es quién en la guerra de la IA generativa

Elon Musk acaba de presentar su alternativa a ChatGPT y Bard. Esto supone un nuevo contendiente en la carrera por convertirse en el gran gigante de la IA en los próximos años

Foto: Elon Musk, durante el AI Safety Summit en Londres. (PA Wire/Kirsty Wigglesworth)
Elon Musk, durante el AI Safety Summit en Londres. (PA Wire/Kirsty Wigglesworth)

Elon Musk también quiere batallar la guerra de la inteligencia artificial generativa. El magnate ha anunciado este fin de semana el lanzamiento de Grok, el chatbot que ha desarrollado xAI, su compañía de IA presentada el pasado julio. Por ahora, solo está disponible para un grupo reducido de usuarios y, pronto, para suscriptores de pago de X, antes conocida como Twitter. "En algunos aspectos importantes, es lo mejor que existe por ahora", asegura el fundador de SpaceX. El objetivo es claro: hacer frente a otras herramientas similares que llevan meses copando el mercado, como ChatGPT o Bard, para convertirse en el gran gigante de la IA.

Tras el anuncio de Musk, xAI lanzaba una explicación más extensa de cómo habían desarrollado el proyecto durante los últimos cuatro meses. Su modelo de lenguaje, en este caso, tiene el mismo nombre y ha sido bautizado como Grok-1, sucesor de Grok-0, con el que hicieron la primera fase de entrenamiento, para la que contaron con 33.000 millones de parámetros y apenas un par de meses. El nombre, por cierto, es un homenaje a la novela Forastero en tierra extraña, de Robert A. Heinlein, publicada en 1961. Ahí acuñó el término grok, que podría traducirse como una comprensión profunda e intuitiva sobre un determinado asunto.

Si bien por ahora la información con la que se ha entrenado está limitado hasta julio de 2023, también tiene acceso a información actualizada a través de una conexión permanente con X. Es algo que, defienden, es "una gran ventaja sobre otros modelos", pese a las preocupaciones por la difusión de información falsa en la plataforma (de hecho, no han aclarado qué tipo de filtros utilizan para evitar errores con estos datos).

"También responderá preguntas interesantes que son rechazadas por la mayoría de los demás sistemas de IA", defienden en su presentación, donde recalcan que "es importante diseñar herramientas de IA que sean útiles para personas de todos los orígenes y opiniones políticas". Es un mensaje claramente dirigido a una de las mayores obsesiones de Musk: la supuesta manipulación de internet en favor de la izquierda woke, un saco en el que incluye hasta a Wikipedia.

La hoja de ruta pasa porque, además de los usuarios que se registren en lista de espera y sean seleccionados, todos los usuarios de X Premium+ —antes llamada Twitter Blue— pueden usar la primera versión. Es decir, para quien pague la suscripción más cara, de 19,36 euros mensuales. En cualquier caso, en xAI advierten de que Grok está en fase beta y mejorará semanalmente. "El sistema de Grok está diseñado para tener un poco de humor en las respuestas", explicó también Musk, poniendo el ejemplo de qué ocurría si le preguntabas cómo hacer cocaína paso a paso. Después de proporcionar una serie de pasos, la respuesta acaba indicando que "solo estaba bromeando".

En todo lo anterior, cabe recordar que este proyecto supone un extraño vaivén para los planteamientos de Musk, que fue uno de los fundadores de OpenAI. El pasado marzo, el hombre más rico del mundo firmó una carta en la que mostraba su preocupación por los avances tecnología y, junto a otras personalidades tecnológicas, pedía paralizar todos los grandes experimentos relacionados con esta. En concreto, abogaban por una moratoria de, al menos, seis meses.

Sin embargo, y casi a la vez que hizo pública su adhesión, Business Insider reveló que Musk estaba efectuando una importante inversión para hacerse un hueco en la tecnología de moda. En concreto, adquirió un total de 10.000 unidades de procesamiento gráfico (GPU, por sus siglas en inglés), necesarias para entrenar el modelo que ha presentado y que busca competir en un nicho cada vez más saturado. Aunque ya es todo un bosque de proyectos, hay algunos árboles que sobresalen sobre el resto.

ChatGPT: la IA que prendió la mecha

A estas alturas, ChatGPT no necesita mucha presentación. El chatbot de OpenAI fue el que hizo estallar el boom de la inteligencia artificial hace casi un año, cuando se produjo su lanzamiento. El pelotazo fue tal que Microsoft apenas necesitó unas semanas para hacer una inversión de 10.000 millones de dólares y hacerse con el 51% de la firma, que ha centrado la gran mayoría de los debates sobre la IA desde entonces.

En un inicio, se basaba en el modelo de lenguaje GPT-3.5, desarrollado por la propia compañía, pero luego evolucionó a GPT-4. La diferencia entre ambos es sustancial. GPT-4 es, lógicamente, mucho más potente y rápido, ya que fue entrenado con 1,5 billones de parámetros, frente a los 175.000 millones de su predecesor. Es algo que le permite ser mucho más preciso, pero también otra serie de características que hasta ahora no existían, como la generación de imágenes a partir de descripciones de texto.

Foto: Sam Altman, CEO de OpenAI, durante su visita a Madrid. (IE University)

Otra gran diferencia es la actualización de la información. En GPT-3.5, el entrenamiento se finiquitó en junio de 2021, de modo que si se le hacía alguna consulta sobre un acontecimiento posterior, la respuesta de ChatGPT era que no tenía datos que ofrecer. En cambio, su sucesor sí lo consigue, por lo que se le pueden hacer consultas sobre cuestiones de actualidad.

Por supuesto, esa ventaja no es gratis. El uso de ChatGPT es gratuito siempre que se use la versión sin actualizar de su modelo de lenguaje. Si quieres tener todas las ventajas de GPT-4, toca pasar por caja y abonarse a ChatGPT Plus, que tiene un precio de 22,5 euros al mes. Sin embargo, hay una opción de usar GPT-4 de forma gratuita, y es a través de Bing Chat, el chatbot desarrollado por Microsoft, que también se nutre de este modelo.

Bard, el contraataque de Google

Google llevaba tiempo trabajando en su propio modelo de lenguaje en la trastienda, pero la irrupción de ChatGPT aceleró sus planes. De hecho, hasta hizo alguna presentación un tanto accidentada sobre el que estaba llamado a ser uno de sus productos estrella. Finalmente, Alphabet aprovechó su conferencia para desarrolladores del pasado mayo para la puesta de largo de su propio chatbot, Bard. No obstante, tardaría un par de meses más en llegar a la Unión Europea, debido a cuestiones regulatorias.

Bard funciona con un modelo de lenguaje de la casa, PaLM-2, que ha sido entrenado con 340.000 millones de parámetros. En su caso, ofrece las mismas ventajas que GPT-4, como información actualizada o creación de imágenes. Eso sí, en este caso, su uso es totalmente gratuito y, por ahora, Google no ha lanzado ningún servicio de suscripción para este chatbot.

placeholder La presentación de Bard. (Google)
La presentación de Bard. (Google)

La apuesta de Amazon en esta guerra

Los hermanos Daniela y Dario Amodei, extrabajadores de OpenAI, son los fundadores de Anthropic, una de las empresas de IA que más ruido han hecho en los últimos meses. La razón está en las grandes cantidades de financiación que ha recibido por parte de las principales tecnológicas. En total, solo en 2023 han captado 4.140 millones de dólares.

El pasado marzo, Google invirtió 300 millones, pero hace unas semanas Amazon subió la apuesta con el desembolso de 1.300 millones, ampliables a 4.000. Hace unos días, se revelaba que los creadores de Bard han añadido otros 2.000 millones al proyecto.

Foto: Los hermanos Daniela y Dario Amodei, fundadores de Anthropic. (Anthropic)

Su chatbot ha recibido el nombre de Claude, y el funcionamiento también es muy similar al de ChatGPT, aunque solo enfocado a texto. La diferencia es que la visión de los hermanos Amodei adquiere tintes de mayor carácter académico, enfocándose en que los resultados que ofrecen sean más seguros y la conversación más fluida. Su modelo de lenguaje, llamado también Claude y que va por su segunda versión, ha sido entrenado por 130.000 millones de parámetros.

En cualquier caso, tiene un modelo de gratuito y otro de pago, pero en lugar de apostar por las suscripciones, se paga según el número de consultas mediante un sistema de tókenes. Eso sí, por ahora no está disponible en España y resto de países de la Unión Europea.

El código abierto de Meta

Por ahora, el enfoque de Meta —matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp— en la inteligencia artificial generativa ha pasado por las políticas de código abierto, lanzando un buen puñado de herramientas de IA en asuntos tan dispares como la traducción de voces, la generación de música sintética o la creación de stickers. "Más que construir una alianza en particular, Meta parece querer facilitar que cualquiera pueda deshacerse de las demás", han deslizado en The Information.

Es el mismo planteamiento que han adoptado para LlaMa 2, su propio modelo de lenguaje, entrenado con 70.000 millones de parámetros. Sin embargo, la peculiaridad es que Meta aún no ha lanzado chatbot, sino que simplemente ha dejado disponible esta herramienta para todo aquel que la quiera descargar y desarrollar aplicaciones a partir de ella. De este modo, no hay forma de probar por ahora un equivalente exacto a ChatGPT o Bard.

Elon Musk también quiere batallar la guerra de la inteligencia artificial generativa. El magnate ha anunciado este fin de semana el lanzamiento de Grok, el chatbot que ha desarrollado xAI, su compañía de IA presentada el pasado julio. Por ahora, solo está disponible para un grupo reducido de usuarios y, pronto, para suscriptores de pago de X, antes conocida como Twitter. "En algunos aspectos importantes, es lo mejor que existe por ahora", asegura el fundador de SpaceX. El objetivo es claro: hacer frente a otras herramientas similares que llevan meses copando el mercado, como ChatGPT o Bard, para convertirse en el gran gigante de la IA.

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