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Si quieres una Roomba que friegue de verdad, que sea como estas. El resto es tirar el dinero
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Si quieres una Roomba que friegue de verdad, que sea como estas. El resto es tirar el dinero

Hay una nueva generación de robots aspiradores que, por fin, friegan y no se dedican a escupir agua y arrastrar un paño sucio por la casa una y otra vez. Hemos probado un modelo que por fin hace todo por ti

Foto: Foto: EC Diseño.
Foto: EC Diseño.

Los robots aspiradores hace mucho tiempo que dejaron de ser meros robots aspiradores. Han pasado años desde que se popularizaron esas Roomba todo en uno que además de aspirar prometían fregarte la casa. Quien dice fregar dice arrastrar una suerte de bayeta húmeda por el suelo del salón, la cocina o la habitación. Los odiaba con todas mis fuerzas. Su forma de trabajar me recordaba a un compañero de piso que tuve en mi época de becario lejos de casa tras acabar la universidad. Un mozo muy gracioso y simpático, pero con pocas dotes para las tareas domésticas y menos para el noble arte de pasar el mocho.

No terminaba de barrer bien antes de empezar a pasar la fregona, no la limpiaba las suficientes veces, lo hacía a todo correr, no acertaba con la cantidad de agua (o utilizaba una cantidad irrisoria o no escurría lo suficiente y el suelo acababa encharcado). A veces el cubo, sin vaciar, se quedaba en la esquina de la terraza 24, 30 o 40 horas hasta la siguiente ocasión que alguien preguntaba por el instrumental de limpieza.

Foto: Foto: EC.

Salvando las distancias, es lo mismo que les ocurre a los robots aspiradores clásicos cuando intentan fregar. Escupen un poco de agua en el trapo que tienen en su parte inferior y hacen una o dos pasadas superficiales, insuficientes para quitar cualquier mancha minimamente seria. A veces, especialmente en el caso de los modelos más baratos, la bayeta acaba arrastrando algún resto de porquería por toda la casa porque no ha podido ser succionado por el aparato.

A todo esto, hay que añadir el asunto de la mopa. La máquina vuelve a casa y se seca por intervención divina. O te preocupas de quitarla y limpiarla o tienes muchas papeletas para que acabe cogiendo olores o siendo un nido de bacterias. Eso se solucionaba quitándola, limpiándola y dejándola secar y volviéndola a colocar cada vez que fuésemos a usar la máquina o casi siempre. Y no nos engañemos, eso le quita bastante encanto a un invento cuya razón principal de ser es que nos podamos desentender de ciertas tareas domésticas.

Esto ha empezado a cambiar. Hay pocas opciones, pero en España ya empieza a asomar la patita una nueva generación de robots aspiradores que limpia, entendiendo limpiar como aspirar y fregar, como dios manda. Hemos pasado varias semanas con el más nuevo de todos, el Q Revo de Roborock, y nuestra experiencia sirve para explicar cuáles son los cambios clave para esta mejora.

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Q Revo Roborock
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Un verdadero todo en uno

Lo primero que llama la atención de este dispositivo es su enorme base de carga. Disponible en blanco y negro, ocupa lo mismo que un cubo de basura de cocina generoso. En la parte de abajo vemos la zona donde estaciona el dispositivo. El resto del cuerpo sirve para albergar los diferentes depósitos. Por supuesto, incorpora la función de vaciado automático de la porquería que haya recogido en nuestra casa, que se almacenan en una bolsa (2,7 litros) que tendremos que cambiar cada pocas semanas.

También se puede utilizar sin la bolsa y simplemente vaciar el compartimento cuando esté lleno, pero eso es algo menos higiénico. Dentro de la base también hay dos tanques de agua. Uno de agua limpia (cinco litros) y otro donde se almacena el agua sucia (4,2 litros). Ambos tienen capacidad para aguantar también varias semanas sin que nos tengamos que preocupar de rellenarlos o vaciarlos. Por cierto, la caja no incluye bolsas de repuesto ni otros consumibles, así que habrá que estar al tanto para comprarlas por separado.

El de agua limpia, además de servir para el repostaje del depósito que tiene el propio robot, se utiliza para limpiar las fregonas de la parte inferior. Hay otra cosa que hace esta estación además de cargarle las pilas al Q Revo: secar las mopas después de limpiarlas. ¿Cómo lo hace? Pues la verdad es que sorprendentemente bien. La faena ha sido de aliño y así se evitan la proliferación de hongos o de olores.

placeholder La base, con el depósito de sólidos abierto. (M. McLoughlin)
La base, con el depósito de sólidos abierto. (M. McLoughlin)

Es probable que nada de lo expuesto hasta ahora te llame la atención, porque ya había modelos que hacían algunas de estas cosas. Bases que vacíen la suciedad hay a patadas. Que además cambien el agua, hay menos. La propia Roborock lanzó una para sus modelos más punteros el año pasado y el anterior. Que sequen las mopas, también hay un modelo de Dreame (W10), una marca china con poco recorrido en España. Pero lo novedoso en este caso es que lo hace todo. La propuesta más parecida era la última, la de Dreame, y esa prescinde del depósito de sólidos. El logro de la Q Revo es juntarlo absolutamente todo. Hasta ahora solo Ecovacs, otra marca china, había hecho algo similar.

Lo que más me ha sorprendido es que su precio de lanzamiento no ha sido exagerado

Al contrario de lo que se podría pensar con esta carta de presentación, el Q Revo no hace lo que hace a un precio estratosférico. Es un robot aspirador de alta gama y, por tanto, tiene un coste elevado para el bolsillo del común de los mortales: 849 euros. La cuestión es que si lo comparamos con otros modelos mencionados, el precio es sensiblemente menor. El Dreame (el modelo más parecido) llegó al mercado a unos 1.400 euros, aunque su precio se ha desplomado hasta estar en un terreno similar. iRobot, el fabricante de las Roomba, vende su J7+ Combo (que friega de la manera tradicional y trae una estación más sencilla) por mil euros. La propia Roborock tiene modelos más punteros que superan por varios cientos de euros.

Pero, ¿cómo limpia?

El diseño del robot aspirador en sí no tiene demasiado misterio. Es redondo, como casi todos los que hay en el mercado, y en la parte superior tiene un bulto donde se esconde el LiDAR, que es uno de los sensores que le ayudan a navegar por las diferentes partes de la casa. Es un aspecto bastante genérico y estándar, que podrá colarse por debajo del sofá y de la mayoría de mesas sin mayor problema. Lo verdaderamente interesante está abajo. La clásica mopa que suelen montar estos aparatos ha sido sustituida por dos mopas o cepillos circulares.

Esto me parece clave para la mejora del fregado. Las marcas habían probado con soluciones como sistemas vibratorios que movieran rápidamente la mopa para emular el efecto de frotar el suelo y el resultado mejoraba, pero creo que estaba un pasito por detrás de lo que aquí tenemos. La efectividad aquí es mucho mejor que cualquier robot aspirador tradicional, gracias a esas dos minifregonas que van girando constantemente en direcciones opuestas y que están constantemente humedecidas por la máquina. Solo se ha dejado algunos restos cuando la mancha era especialmente dura (para las pruebas utilizamos un buen cucharón de mermelada y otra que incrustamos dándole con el secador).

placeholder El Roborock Q Revo, en su parte inferior. (M. McLoughlin)
El Roborock Q Revo, en su parte inferior. (M. McLoughlin)

El Dreame W10, que también tuvimos la oportunidad de probar en su momento, también ofrecía un resultado en el fregado muy bueno, pero lo cierto es que en aspiración no rendía tan alto. En este caso, la aspiración del Revo Q es bastante buena por diversos motivos. En primer lugar, porque tiene 5500PA de poder de succión, uno de los más altos que se puede encontrar en el mercado a día de hoy.

En segundo lugar, porque el rodillo central y las aletas son de goma. Roborock ya no incluye cepillos de pelos en esta pieza y, particularmente, me parece una decisión de diseño acertada porque esta fórmula es mucho más efectiva. En suelos duros se maneja perfectamente. También ha podido manejarse sin problemas en la alfombra de mi salón. El resultado de aspiración ha sido muy bueno, aunque está un peldaño por detrás de las máquinas de más de 1.000 euros. También es probable que si estás pensando hacer una inversión así es que estés dando el salto desde un modelo bastante antiguo.

Siempre está el asunto de las esquinas y algunos rincones, que es algo con lo que tienen que lidiar todos los aspiradores del mundo. En este caso, como tiene esa capacidad de succión, no lo hace mal, aunque es cierto que también depende un poco de la fortuna y de que el cepillo lateral arrastre la suciedad al centro. Nada te va a librar de coger cada cierto tiempo un aspirador de mano o un cepillo y rematar algún punto.

placeholder El Roborock Q Revo. (M. McLoughlin)
El Roborock Q Revo. (M. McLoughlin)

Si te estás preguntando qué hace con las mopas cuando va a dar cuenta de una alfombra u otra superficie que no debe fregar, lo que hace es elevarlas ligeramente. No es una solución tan llamativa como la de iRobot (que creó una visera que coloca la mopa en la parte superior para evitar que alguna gota se escape) pero es bastante funcional. Respecto al ruido, comentar que tiene cinco niveles de limpieza diferentes y es bastante silencioso cuando se utilizan los más básicos. Eso sí, a cambio de sacrificar profundidad de limpieza. Cuenta con una batería de 5.200 mAh y eso es suficiente para hacer una limpieza profunda de un piso de unos 100 metros cuadrados del tirón, según mis cálculos. Si se queda sin gasolina, hace lo que todos, vuelve a la base, se recarga y arranca desde donde lo dejó.

Algunas renuncias

A diferencia de los modelos más premium de la propia marca, esta Revo Q prescinde de la cámara dual y la visión por inteligencia artificial de los mejores modelos. Una cámara, por cierto, que también se puede utilizar para hacer videollamadas a distancia o como cámara de vigilancia. Una cámara que, junto al software, permite al aspirador no solo esquivar los objetos, sino también tomar una foto para poder saber si tu perro ha defecado cuando no estabas, te has dejado una zapatilla olvidada o es el pie de una lámpara o una regleta que convendría cambiar de sitio para facilitar su trabajo.

placeholder El depósito de agua limpia. (M. McLoughlin)
El depósito de agua limpia. (M. McLoughlin)

Aquí tenemos un sensor LiDAR que trabaja conjuntamente con un sensor de infrarrojos. Me ha parecido algo menos ducho en la navegación y esquivando algunos obstáculos, aunque he de reconocer que en líneas generales lo hace bastante bien. Los mapas de la casa también los clava bastante. Un último apunte sobre la aplicación. En general, el software es muy completo. Puedes dividir las estancias, programar rutinas, modular la intensidad del trabajo, controlar el ruido... Es interesante que puedes pedir al robot aspirador que se cargue en horas valle para ahorrar un pellizquito en la factura de luz. Me parece una de las mejores apps y eso que he tenido que lidiar con unas cuantas en los últimos años.

La pregunta que hay que hacerse ahora es si merece la pena comprarse este aparato. Independientemente de si te gusta esta marca o no, encuentres un ofertón de algo parecido, mi consejo es que si quieres desentenderte de todo te compres un modelo que cuente con una base así de completa. Sobre la eficiencia del fregado, particularmente me decantaría por el modelo de las mopas giratorias, especialmente si cuentas con la función de secado. También existe la posibilidad que tengas una casa con muchas alfombras y moquetas. En ese caso, huiría de este tipo de máquinas y me centraría en una con gran capacidad de aspiración como pueden ser las mejores Roombas, las mejores Roborock o incluso los robots de Dyson.

Otros modelos mencionados en el artículo

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Dreame W10
Compra por 849€
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Roomba Combo J7 +
Compra por 999€
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Los robots aspiradores hace mucho tiempo que dejaron de ser meros robots aspiradores. Han pasado años desde que se popularizaron esas Roomba todo en uno que además de aspirar prometían fregarte la casa. Quien dice fregar dice arrastrar una suerte de bayeta húmeda por el suelo del salón, la cocina o la habitación. Los odiaba con todas mis fuerzas. Su forma de trabajar me recordaba a un compañero de piso que tuve en mi época de becario lejos de casa tras acabar la universidad. Un mozo muy gracioso y simpático, pero con pocas dotes para las tareas domésticas y menos para el noble arte de pasar el mocho.

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