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Medio millón por estar 90 minutos en el espacio: los otros viajes para ricos que llegan este verano
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LA PRUEBA DE FUEGO DE VIRGIN GALACTIC

Medio millón por estar 90 minutos en el espacio: los otros viajes para ricos que llegan este verano

Virgin Galactic, propiedad de Richard Branson, está a punto de ser la primera empresa en realizar viajes comerciales al espacio. Eso sí, rodeada de dudas sobre su viabilidad

Foto: (Virgin Galactic)
(Virgin Galactic)

Los viajes comerciales al espacio están a punto de convertirse en realidad, y esta vez no es un decir. El próximo martes, Virgin Galactic se pondrá la medalla de ser la primera empresa privada en realizar una expedición de este tipo. Esta misión inicial —bautizada como Galactic 01— tendrá un carácter científico, pero la siguiente —Galactic 02— está prevista para este mismo agosto, y ahí sí que llegarán los primeros turistas espaciales. Estos últimos han pagado hasta 450.000 dólares para asegurarse una plaza. Si nada falla la semana que viene, el presidente y fundador de esta firma, Richard Branson, dará un nuevo paso en la carrera espacial de los multimillonarios, aunque enfrente tiene a dos de las mayores fortunas del mundo, Elon Musk y Jeff Bezos. Además, las dudas sobre su viabilidad son más que razonables.

Según ha informado Virgin Galactic, la semana que viene viajarán tres miembros de las Fuerzas Aéreas de Italia y del Consejo Nacional de Investigación (CNR, por sus siglas en inglés), que se dedicarán a estudiar las condiciones de microgravedad. La tripulación intentará despegar el 27 de junio, aunque si algo falla, podrán seguir intentándolo hasta el día 30. Se tratará de una misión suborbital, ya que la nave SpaceShip2 se elevará algo por encima de los 80 kilómetros, justo donde la NASA marca el inicio del espacio exterior. No obstante, la Federación Aeronáutica Internacional (FAI) considera que hay que superar la línea de Kárman, a 100 kilómetros de altura, para que se pueda considerar como tal.

Foto: El sumergible Titan. (Reuters/OceanGate Expeditions)

En caso de que todo salga según lo previsto, unas pocas semanas después llegará el turno de los primeros turistas espaciales, que han pagado entre 200.000 y 450.000 dólares por sus billetes. Es un precio similar al que pagaron los tripulantes del sumergible Titan para visitar el Titanic (en ese caso, 250.000 dólares). No obstante, aquí el precio ha variado según el momento de la reserva, ya que las primeras se hicieron hace ya diez años.

De acuerdo con Bloomberg, cerca de 800 personas estarían en lista de espera para permanecer en el espacio durante 90 minutos, el tiempo estipulado para estas experiencias. Por ahora, se desconoce quiénes serán los primeros en hacer ese viaje. En caso de que todo salga según lo previsto, los planes de la empresa pasan por hacer un viaje de este tipo, en el que solo pueden ir seis tripulantes, con periodicidad mensual, algo que se iría acelerando para bajar precios.

Una década en el limbo

El lanzamiento se llevará a cabo en dos fases. En un primer momento, un avión —VSS Unit, también de Virgin Galactic— es el encargado de remolcar la nave desde el despegue hasta el límite del espacio exterior, un punto en el que se desacopla y empieza a funcionar de forma autónoma. Es un mecanismo que se lleva probando desde hace diez años —la empresa se fundó en 2004—, aunque no fue hasta el pasado mayo cuando consiguieron finalizar con éxito su vuelo de prueba. En esa ocasión, los seis tripulantes eran empleados de la empresa, incluyendo al propio Branson.

"No son tecnologías totalmente nuevas ni están llevándolas a los límites de la física, sino que han integrado distintas partes que ya funcionaban en otros proyectos", explica Juan Merino, ingeniero industrial con más de 15 años de experiencia internacional en el sector espacial, donde ha dirigido el segmento espacial en el Instituto de Aplicaciones de la Agencia Espacial Alemana en Múnich. "Eso no es algo malo. Cuando se creó el iPhone también usaron muchas de las tecnologías que existían, pero hay que encontrar una forma de integrarlas y crear un mercado para que todo funcione", matiza.

Foto: La impresora 3D de Relativity Space. (RS)

Sobre este punto, Merino comenta que el tipo de lanzamiento en dos fases ya se ha probado antes con cargas útiles. "Lo que no existía era la calificación para vuelos tripulados. Es algo que intentó el Ariane 5, y no lo consiguió, pero ellos con una tecnología similar sí, algo que indica que cuentan con una serie de elementos de calidad y capacidades", incide, recalcando su potencial de reutilización, donde ve una de sus fortalezas. "No tiene una probabilidad de fracaso muy grande", considera.

Las naves de Virgin Galactic ya han estado en el espacio en otras tres ocasiones, ya que estaba previsto que los viajes de este verano llegaran a finales del pasado año, pero una serie de problemas técnicos han dilatado esa espera. Así, cabe recordar que estas pruebas se han llevado tanto la vida de un piloto como la de tres trabajadores de una subcontrata.

placeholder El multimillonario y presidente de Virgin Galactic, Richard Branson, durante su viaje espacial de 2021. (Cedida)
El multimillonario y presidente de Virgin Galactic, Richard Branson, durante su viaje espacial de 2021. (Cedida)

Ya en 2021, Branson había conseguido realizar un viaje suborbital con otros cinco empleados de Virgin Galacitc. Aquello también fue una de las batallas de la carrera espacial que los multimillonarios protagonizan desde hace años: Bezos hizo un vuelo similar, pero diez días después. No obstante, aquella primera experiencia estuvo lejos de ser exitosa, ya que la nave se desvió de la ruta prevista, algo que acabó con una investigación de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos. Aunque acabaron teniendo permiso para nuevos lanzamientos, decidieron esperar mientras afinaban su operativa.

"Más allá de los problemas del pasado, es verdad que no tienen demasiadas horas de vuelo, y eso puede hacer que no se hayan validado todas las suposiciones que han hecho en el diseño de ingeniería, porque eso hace que tengas menos datos para la misión, como si la carga es realmente la correcta", continúa Merino. "Al principio, estos proyectos siempre conllevan riesgos, por lo que es complicado decir si hay peligros para los pasajeros, pero tienen que tener unos mínimos de seguridad para que el regulador les mantenga las licencias".

Este ingeniero también aprecia otra debilidad de cara al proyecto de Virgin Galactic. "Solo tienen un vehículo cualificado para hacer el vuelo suborbital. Si hay algún problema, aunque no ponga en riesgo vidas humanas, hay que repararlo, por lo que tendrían que interrumpir operaciones temporalmente. En estos casos, lo habitual es planear ciertos márgenes para realizar reacondicionamientos o subsanar problemas", avisa Merino, que pone un ejemplo: "Es como si una aerolínea solo tiene un avión para hacer la ruta Madrid-Nueva York y se avería. Solo pueden esperar".

¿Cuánto puede aguantar Branson?

Sin embargo, el apartado técnico es solo una cara de la moneda para el futuro de Virgin Galactic. "Esto es una guerra de tecnología y capital, donde quien tenga más talento y financiación acabará llegando antes, aunque también está la suerte", apunta por su parte Pepe Nieto, director de la firma de ingeniería aeroespacial Comet y presidente de Espai Aero, una asociación de empresas valencianas del sector (entre ellas, PLD Space, la responsable del primer cohete español).

Es precisamente en este apartado económico donde las costuras de Virgin Galactic salen a relucir. Los continuos atrasos han hecho que sus acciones en bolsa llevan años hundidas. Es cierto que el anuncio del inicio de los vuelos provocó un repunte del 41%, pero también que luego volvió a caer. En cualquier caso, su cotización —1.247 millones al cierre de esta edición— es diez veces menor que en junio de 2021, cuando alcanzó su máximo, y nunca ha sido tan baja como en los últimos meses.

Foto: El Starship, el último cohete lanzado. (SpaceX)

Hay más: Virgin Galactic lleva años en pérdidas. Solo en el primer trimestre de este año, declararon haberse dejado 159 millones y, en el mismo periodo de 2021, esa cantidad fue de 93 millones. Mientras tanto, su liquidez también ha ido menguando y, según sus cuentas de resultados, ahora cuentan con 874 millones, casi un 10% menos que el año pasado.

Hace dos meses, Branson ya declaró en bancarrota a su otra empresa espacial, Virgin Orbit, dedicada al lanzamiento de satélites. "No tenía mala pinta, pero no llegaron a conseguir beneficios y perdieron la confianza de los inversores, así que se quedaron sin dinero para pagar operaciones. El riesgo es que el flujo de caja positivo no llegue hasta que consigan asentar su modelo. Si seguimos con tipos de interés altos, eso podría complicar las cosas, aunque por ahora, tienen colchón para aguantar", apunta Merino al respecto.

placeholder Un lanzamiento de Virgin Orbit en 2019. (Cedida)
Un lanzamiento de Virgin Orbit en 2019. (Cedida)

Aun contando con que el modelo fuera más exitoso de lo que la propia empresa prevé, hay quien duda de su viabilidad. "Si Virgin Galactic pudiera transportar seis pasajeros a la semana y obtener un margen de ebitda del 20%, podría llegar a generar unos 30 millones de dólares de beneficios. Ahora mismo, su cotización es 40 veces mayor que esa cifra, mientras que en Southwest Airlines es cuatro veces. Para una empresa que ha incumplido tanto sus previsiones anteriores, la valoración de Virgin Galactic es lo que está fuera de este mundo", disparaba hace unos días el analista Robert Cyran en Reuters.

Además, el hecho de haber tomado la delantera en este tipo de viajes tampoco garantiza demasiado de cara su futuro. "Ser los primeros puede ser una fortaleza, pero no tiene por qué", considera Merino, que recuerda que Blue Origin, la aeroespacial de Bezos, tiene como objetivo ofrecer directamente vuelos orbitales. "Ellos o el propio Elon Musk pueden conseguir pasar la frontera suborbital, y ahí serían más atractivos", avisa.

Los viajes comerciales al espacio están a punto de convertirse en realidad, y esta vez no es un decir. El próximo martes, Virgin Galactic se pondrá la medalla de ser la primera empresa privada en realizar una expedición de este tipo. Esta misión inicial —bautizada como Galactic 01— tendrá un carácter científico, pero la siguiente —Galactic 02— está prevista para este mismo agosto, y ahí sí que llegarán los primeros turistas espaciales. Estos últimos han pagado hasta 450.000 dólares para asegurarse una plaza. Si nada falla la semana que viene, el presidente y fundador de esta firma, Richard Branson, dará un nuevo paso en la carrera espacial de los multimillonarios, aunque enfrente tiene a dos de las mayores fortunas del mundo, Elon Musk y Jeff Bezos. Además, las dudas sobre su viabilidad son más que razonables.

Espacio Aeronáutica Blue Origin
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